En un contexto de creciente expectativa por la evolución del tipo de cambio y la inflación en Argentina, el Gobierno nacional envió un mensaje contundente al sector empresarial: “No apuesten a que una devaluación los va a salvar”. La frase fue pronunciada por José Luis Daza, secretario de Política Económica y mano derecha del ministro Luis Caputo, durante una conferencia organizada por el Institute for International Finance (IIF) en Buenos Aires.
El evento, que reunió a referentes de bancos internacionales y del mundo financiero, sirvió como plataforma para que el Ejecutivo reafirmara su visión optimista sobre el rumbo económico del país. Daza no dejó lugar a interpretaciones. En su exposición, afirmó que el tipo de cambio actual llegó para quedarse y que el nuevo modelo económico impulsado por el Gobierno es estructural, no coyuntural.
“Si yo fuera un empresario y tuviera que tomar decisiones, me haría a la idea de que estos cambios serán permanentes. No haría planes pensando en que un salto devaluatorio me va a salvar si no soy competitivo”, sentenció.
El funcionario enfatizó que el tipo de cambio es flotante y que su valor real de equilibrio lo determina el mercado. En ese sentido, advirtió que apostar a una devaluación como estrategia de rentabilidad es un error, y que las empresas deben enfocarse en mejorar su competitividad real.
Uno de los puntos más llamativos de la presentación fue el enorme optimismo del Gobierno respecto al ingreso de divisas en los próximos años. Daza proyectó que la balanza comercial de los sectores de energía y minería alcanzará un superávit de USD 50.000 millones para 2030, y que podría llegar a USD 60.000 millones en 2033, duplicando el actual saldo del sector agropecuario.
Además, aseguró que Argentina tendrá uno de los índices de inflación más bajos del mundo, incluso por debajo del promedio global. Según sus palabras, la baja de la inflación “se consolidará” y será uno de los pilares del nuevo modelo económico.
¿Qué pasa con el dólar?
El mensaje de Daza también buscó disipar las dudas sobre una posible apreciación del tipo de cambio. Afirmó que el mercado podría comenzar a descontar un escenario de exceso de oferta de dólares, lo que reforzaría la estabilidad cambiaria.
En ese marco, sostuvo que el Gobierno monitorea la cuenta corriente, pero que el déficit actual —impulsado por el aumento de importaciones y viajes al exterior— no representa un riesgo sistémico. “Era esperable este rojo en un contexto de mejora de la economía. No tiene nada que ver con episodios críticos del pasado”, explicó, comparando la situación argentina con la de países como México o algunas economías europeas antes de crisis financieras, donde los déficits superaban el 7% del PBI.
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