Vestido con un traje gris, camisa blanca y una corbata lila que le daba más aspecto de ejecutivo que de futbolista, Memphis Depay empezó el miércoles su grandilocuente presentación en Corinthians al descender de un helicóptero sobre el campo de juego del Parque San Jorge, sede social del club. La llegada del neerlandés ya había provocado en el aeropuerto Guarulhos un revuelo de hinchas en el equipo más popular de San Pablo, que es dirigido por Ramón Díaz, ocupa puesto de descenso en el Brasileirao y está clasificado a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, en los que enfrentará a Fortaleza.
La contratación de Depay, de 30 años, provocó un gran impacto, por su condición de delantero que deja atrás más de una década en equipos de primer nivel de Europa, como PSV Eindhoven, Manchester United, Olympique Lyon, Barcelona y Atlético de Madrid. En el seleccionado de los Países Bajos suma 46 goles y 32 asistencias en 98 partidos. Participó en la última Eurocopa y fue titular frente a la Argentina en los cuartos de final del Mundial de Qatar. Es el segundo goleador histórico de la Naranja, detrás de Robin Van Persie (50 tantos).
Locura entre los hinchas de Corinthians por Depay
Depay tuvo una segunda aparición pública este miércoles, a la noche, en el estadio Neo Química Arena, antes del encuentro de Corinthians frente a Juventude por la Copa Brasil. Con una campera negra con brillos, mostró la camiseta con el N° 94, año de su nacimiento.
Delantero creativo y de muy buenas condiciones técnicas, en ocasiones peca de exceso de individualismo. Esta faceta lo relegó en las preferencias de Diego Simeone, que lo dirigió durante las últimas dos temporadas. En el curso anterior estuvo en 23 cotejos de La Liga de España, pero solo en nueve fue titular, sumando un total de 887 minutos, con un promedio de 38 minutos por encuentro. Muy poco para sus pretensiones. Marcó cinco goles. Ya desvinculado del Atlético de Madrid, durante la Eurocopa le lanzó un dardo al Cholo: “Pude haber jugado más. Mi cuerpo necesita minutos, soy explosivo. Quizás hubiera sido bueno tener menos minutos de entrenamiento y más de partido. Siento que me quedé con energía en mi depósito”.
En Corinthians, Depay podrá tirar desmarques para las asistencias del media-punta argentino Rodrigo Garro. Firmó contrato hasta diciembre de 2026, por un monto total aproximado de 11 millones de euros. O sea, un salario de nivel europeo, que en este caso será solventado por el principal auspiciante de Corinthians, la casa de apuestas Esportes da sorte, que se había comprometido a traer un refuerzo que conjugara alto nivel futbolístico con impacto mediático. El estilo de juego y su apariencia extravertida, con peinado con trenzas y vincha dentro de la cancha, captan la atención. El otro atacante que se sumó a Corinthians es el peruano André Carrillo, que fue dirigido por el Pelado Díaz en Al Hilal.
El último partido de Depay fue el 10 de julio, en la derrota de Países Bajos ante Inglaterra por la Eurocopa. En los próximos días se determinará si debuta el próximo sábado, nada menos que contra Botafogo, puntero del Brasileirao. En el dorsal de su camiseta solo se leerá Memphis, como le gusta que lo llamen, desde que reconoció públicamente el distanciamiento irreversible con su padre: “Nunca lo perdonaré. No quiero explicar qué pasó exactamente en casa, porque no quiero darle pena a la gente. Y así seguirá siendo porque ya pasé la página. No tengo relación ni con él, ni con su familia y así seguirá”.
En 2021, Depay llegó en condición de libre a Barcelona como uno de los delanteros destinados a cubrir la salida reciente de Messi. Tuvo un comienzo auspicioso, marcó 12 goles en 28 partidos por la Liga de España en la primera temporada, mientras estuvo su compatriota Ronald Koeman. Con la llegada de Xavi fue perdiendo lugar. Ahora es la contratación extranjera más importante en la historia de Corinthians. El Pelado Díaz, siempre a gusto de tener figuras a las que dirigir, ya tiene a una de alto vuelo.
LA NACION