El secretario de Justicia, Sebastián Amerio, tiene un rol protagónico no sólo en el ministerio que formalmente conduce Mariano Cuneo Libarona sino también en el vínculo con los diferentes estamentos del Poder Judicial. A su favor juegan dos factores que favorecen esta tarea: su amistad con el poderoso asesor Santiago Caputo y su pertenencia a la denominada «familia judicial».
Es que antes de recalar en el Poder Ejecutivo, este joven abogado se desempeñaba como prosecretario letrado de la secretaría judicial 3, encargada de las temáticas penales, de la Corte Suprema, en un cargo en el que actualmente se encuentra de «licencia».
Amerio cuenta el respaldo del asesor presidencial «sin firma» a quien habría conocido en su juventud en un exclusivo country de la zona norte. Ese vínculo y su «expertise» en la materia le permitieron imponerse a otros candidatos -como Diego Guerendiain, cercano a Cuneo– y transformarse desde principios de año en el representante del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. «Ya en la jura como consejero pudimos advertir que era un ´judicial´. Mucha gente conocida lo saludó», recordó una fuente tribunalicia consultada.
A diferencia de delegados de otros gobiernos, Amerio se encuentra «en soledad» en la mesa del organismo que nombra y destituye jueces. Es que la Libertad Avanza no cuenta con representantes en la Magistratura por parte del Congreso o de los académicos, por caso. Este miércoles, de hecho, participará de una reunión de labor en la que se convocará a un plenario para la semana próxima. En agenda, entre otros temas, está el tratamiento de casos de acusación, como el de la jueza del caso por la desaparición del pequeño Loan, y el debate de varios concursos.
El funcionario mantiene un aceitado vínculo con los integrantes del Poder Judicial pero también de la política. “Yo soy el que maneja la relación (del gobierno) con la Justicia”, fue su carta de presentación hace unos días ante la mirada atenta de un senador de la oposición.
En los pasillos de tribunales coinciden que Amerio conoce el funcionamiento de los distintos fueros y que en el ministerio no sólo se encarga de la «cocina judicial» sino que tiene un rol preponderante también en temas de gestión como, por ejemplo, en la aplicación del sistema acusatorio en las provincias. También fue uno de los disertantes en el acto celebrado hace dos semanas en el ex CCK (Palacio Libertad) en el que se presentó la ley que promueve el juicio por jurados.
Algunas fuentes libertarias coinciden en que Amerio tiene buen vínculo con Juan Carlos Maqueda, uno de los jueces de la Corte Suprema que integra el grupo liderado por Horacio Rosatti. «Es de la otra banda», graficaron, con crudeza, en referencia a que el alto magistrado integra la mayoría que resistiría la llegada de Ariel Lijo al máximo tribunal, uno de los candidatos propuestos por Javier Milei.
En los papeles, el secretario de Justicia «junta los votos» para que el polémico integrante del fuero federal de Comodoro Py desembarque en la Corte. En verdad, es un rol que sí le reconocen distintos funcionarios del Ejecutivo tanto por su postura «institucionalista» como por su vínculo con Caputo, que lidera desde la Casa Rosada las negociaciones para que tanto Lijo como Manuel García Mansilla, el jurista católico también propuesto por el Presidente, completen las vacantes del alto tribunal.
Pero quienes transitan día a día la sede del ministerio de Justicia le reconocen a Amerio un inusual rol ejecutivo en la cartera, quizás, comparable a la influencia que tuvo el camporista Julián Alvarez cuando Julio Alak era el ministro del área durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner.
Como sea, la influencia del actual secretario de Justicia se visualizó a principios de julio cuando fueron relevados asesores de prensa que habían sido promovidos por el ex ministro Germán Garavano. «Cayó un batallón de asesores, muchos de 30 años, con mucha experiencia en el manejo de redes sociales», expresó una fuente oficial consultada que emparentó a estos jóvenes con el equipo que comanda Caputo en el Salón de los Patriotas de la Casa Rosada.