Luego de la difusión de los chats sobre cómo se armó la visita a represores a la cárcel de Ezeiza y de los proyectos para liberar a los condenados por delitos de lesa humanidad, Lourdes Arrieta habló este lunes y dijo temer por su integridad física.
«El juez Kreplak realmente se interesó y le dije: ‘Tengo miedo por mi vida’» ,contó en diálogo con radio Con Vos. Y agregó que el magistrado consideró otorgarle custodia, luego de la denuncia que realizó para que se investigue la vista.
El escándalo se desató cuando trascendió que el 11 de julio pasado un grupo de seis diputados libertarios visitó a una decena de militares condenados por delitos de lesa humanidad en la Unidad 31 del Penal de Ezeiza.
Del encuentro participaron los legisladores Benedit, Arrieta, María Fernanda Araujo, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y Rocío Bonacci, que fue la única que no participó de la foto de familia que se tomaron al final del encuentro.
«Nunca pensé que eran estos detenidos por crímenes de lesa humanidad, porque en esa unidad hay mujeres, una guardería, y yo como parte de la Comisión de Seguridad Interior cómo no voy a interiorizarme de una visita a un penal, es mi trabajo», expresó Arrieta.
La diputada, además, apuntó a Benedit y el cura Olivera Ravasi, que fue expulsado por el obispado de Zárate-Campana, como los organizadores del encuentro en el penal.
La diputada también se refirió a la posibilidad que sea expulsada del bloque de La Libertad Avanza, a partir del trascendido que detrás de esa decisión está la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
«Karina Milei dice que me va a expulsar. A mi nunca me llamó y no creo que se atreva, es insultar su nombre. No creo que una persona del Ejecutivo se atreva a decir este si o este no, fuimos elegidos», manifestó.
En esa línea, descartó la posibilidad de renunciar como diputada nacional, debido a que fue elegida -según dijo- por el 43% de los mendocinos, para que el gobierno del presidente Javier Milei tuviera a tres representantes legislativos de Mendoza en la Cámara Baja.
«Si me echan del bloque, me voy con la frente en alto peleando con un sistema de corrupción que para afuera parece que son todos de Javier, pero adentro se ve un régimen totalitario que no podés opinar distinto», manifestó.
La diputada también remarcó que el tema de beneficiar a los represores «no es la agenda» del presidente Milei y volvió a apuntar al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, por intentar encubrir el escándalo.
«Me tendieron una cama, fue así. Me querían expulsar de alguna manera del bloque. ¿Por qué? No sé», señaló. Y se refirió al escándalo que se generó en el Salón Blanco del Congreso, que derivó en una denuncia por violencia de género.
«Hay una userte de verticalismo. ¿De parte de quién? No lo sé, no sé a quién respnoden. Al Presidente estoy más que segura que no. No le agrada lo que está pasando y no nsé con quién quieren congraciarse con alguien, tal vez el presidente de la camara», sentenció en referencia a Menem.
Finalmente, al ser consultada respecto a qué decisión tomará si es expulsada del bloque libertario, respondió: «Realmente quiero terminar estos cuatro años legislando para bien. ¿Dónde voy a terminar? No lo sé. Dios sabe el futuro que me depare en el lugar que me toque en el Congreso, mi barrio, donde esté, donde sea, que sea sembrando una semilla de patriotismo y ayudando al prójimo».
Los chats del armado de la visita a Ezeiza
Arrieta decidió publicar en redes sociales todos los chats de cómo se armó el controvertido encuentro. Además, confirmó que un grupo de libertarios impulsa un proyecto de ley que beneficia a los condenados por delitos de lesa humanidad.
Allí, también reveló que hubo una visita previa a Campo de Mayo por parte de los diputados Benedit y Alida Ferreyra, que no trascendió.
La legisladora difundió los chats incluidos en el grupo «Visita», al que fue incorporada por su par de bancada Benedit, que fue creado 13 de julio a la salida del penal para armar un comunicado de prensa y la forma de comunicar las fotografías.
Luego, cuenta que se puso en marcha un operativo «limpieza» donde se pidió borrar las fotografías del encuentro con los represores para tapar lo que había sucedido. Sin embargo, una imagen trascendió y se pudo ver a los legisladores junto a represores condenados por delitos de lesa humanidad como Alfredo Astiz, entre muchos otros.
Posteriormente, decidió difundir un proyecto de ley y un decreto reglamentario supuestamente elaborados por sus compañeros libertarios con el presunto fin de beneficiar a los condenados por delitos de lesa humanidad.