El contenido de la reunión debía ser secreto o por lo menos no trascender las paredes del Salón Blanco de la Cámara de Diputados Baja. La idea era terminar con el escándalo que explotó con la visita a Alfredo Astiz y otros represores condenados por delitos de lesa humanidad del 11 de julio pasado en la cárcel de Ezeiza. Barajar y dar de nuevo. Pero no fue así.
Todo terminó a los gritos, con empujones, un portazo, denuncias de violencia de género y una guerra de grabaciones cruzadas, que desnudó una vez más la desconfianza que reina entre libertarios en Diputados y que derivó, finalmente, en la expulsión de la mendocina Lourdes Arrieta, decidida en las últimas horas del viernes por Karina Milei y la cúpula de La Libertad Avanza.
Pero antes, en esa reunión llena de acusaciones, Martín Menem, presidente de Diputados, hizo un fuerte descargo en el que se volvió a despegar de las declaraciones de Arrieta, que días atrás lo había responsabilizado en una comisión por el tour a genocidas.
Según pudo reconstruir Clarín, Menem fue tajante. “Me siento un poco estúpido teniendo que decir esto otra vez, que alguien pueda pensar que yo pueda saber dónde va uno de ustedes, diputados, cuando utilizan un auto, es algo que roza la canallada”, manifestó el riojano. “Hablaría muy mal de mí si yo supiera dónde va un diputado de los 256″.
“A veces hay que poner blanco sobre negro, hay que poner un limite, que no se vulnere la verdad. Nosotros vinimos a la política para terminar con los privilegios y asumimos un compromiso el año pasado, el compromiso es acompañar al presidente Milei, que es el único dueño de los votos que hicieron que todos nosotros estemos acá, el me diga que tiene votos propios es un mentiroso crónico”, lanzó.
Menem hizo hincapié en la necesidad de resolver los problemas internos en ese ámbito, al interior del bloque, y no andar ventilando peleas en los medios o a través de denuncias judiciales, como la presentada por Arrieta a principios de agosto en el juzgado federal N°2 de Lomas de Zamora, donde acusó a su compañero de bancada Beltrán Benedit, al cura Javier Olivera Ravasi, hijo de un represor preso, y a un grupo de abogados con filiación con exmilitares condenados, por la visita a la cárcel.
“Nosotros tenemos una sola obligación en este bloque hasta 2027 y es hacer caso. Todo lo demás, está de más. Tenemos que hacer caso. Si tenemos diferencias las metemos adentro, salimos de acá y le damos la derecha siempre al espacio que nos puso acá, porque vuelvo a repetir: no tenemos un solo voto”, esgrimió el presidente de Diputados.
Menem les pidió a los diputados libertarios aprender algo de todo este berenjenal en el que los metió la visita a represores y los posteriores coletazos después de que Arrieta y Rocio Bonacci revelaran públicamente detalles de cómo se gestó la reunión con Astiz.
“Espero que lo que pasó sirva para aprender, que hay cosas que no podemos cometer. No nos vamos a señalar con el dedo, yo no estoy acá para decirle a alguien ‘vos sos culpable, vos sos inocente’ porque la verdad podemos equivocarnos todos. De hecho nos equivocamos todos los días. El que más hace más se equivoca, dicen. Y el que más se equivoca más experiencia tiene. Y el que más experiencia tiene, tiene más posibilidades de tener éxito”, dijo casi en tono catártico.
Y siguió: “Los llamo a la reflexión, les pido que demos vuelta la página, que aprendamos a hacer caso. No podemos ser librepensadores, cuando somos un espacio en formación que tiene menos de dos años de existencia. Tenemos que comprometernos a terminar con las pequeñeces, a terminar con las diferencias que no le mejoran la vida a nadie. Tenemos que aprender a perdonar, más allá de alguna situación puntual que hemos vivido, aunque duela”.
Martín Menem cerró su discurso citando una anécdota de su tío, el expresidente Carlos Saúl Menem. “Menem perdonó a la persona que no le permitió ir al velorio de su mamá”, dijo, algo emocionado, en referencia a que uno de los primeros indultos que firmó el riojano en 1989 fue el del general Albano Harguindeguy, exministro del Interior de la dictadura, que había ordenado detenerlo en 1976.
Lejos de pacificar los ánimos del bloque, tras el discurso de Menem todo voló por los aires. Según se desprende de la denuncia que Lourdes Arrieta presentó antes la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia, la diputada estalló a los gritos tras haber sido apuntada por dos de sus compañeros de bloque: Lorena Villaverde y Nicolás Mayoraz, que la trataron de loca.
Arrieta cuenta que le recriminaron la denuncia que realizó en la Justicia por el tema represores. “Villaverde empezó con chicanas políticas, que había que apoyar al Presidente, al presidente de la Cámara, que no puede ser que estemos peleando. Hizo alusiones sobre mi persona indirectamente, que no se pone ningún pato en la cabeza, que ella salió a hacer territorio, trabajar en la provincia, que hay cosas más importantes que hablar del tema de la denuncia”.
─El que no se sienta bien dentro de La Libertad Avanza que se vaya a un psicólogo… a un psiquiatra ─lanzó la diputada, dice Arrieta.
La mendocina, que fue viral semanas antes de toda la polémica de los represores por haberse puesto un patito kawaii en la cabeza en una reunión de comisión, luego denunció haber sido apuntada por Nicolás Mayoraz, diputado por Santa Fe. “Me mira a los ojos, empieza a cuestionar por qué la denuncia, que había cruzado todos los límites con la denuncia penal, por qué lo había hecho”, relató.
“Empezó a increparme, levantar el tono de voz. No recuerdo todo lo que me dijo, lo que sí también hizo alusión a que vaya al psicólogo y al psiquiatra como dijo Villaverde y que, si quería irme del espacio, que cada uno toma la decisión que quería, parafraseando porque no recuerdo bien”, describió Arrieta, que menciona también una arenga a favor de Martín Menem de Álvaro Martínez, libertario de su provincia, Mendoza.
─Por qué hablas, sos una maleducada. Quedate callada, sos una maleducada ─cuenta Arrieta que le gritó Villaverde.
La diputada denunció que le siguieron levantando la voz, ante el silencio de todos, incluido Martín Menem, y fue entonces cuando ella comenzó a responder de la misma forma: a los gritos, tal como quedó reflejado en uno de los audios del encuentro que se filtró a la prensa.
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La diputada de La Libertad Avanza tuvo un fuertísimo cruce con el titular de la Cámara baja por el escándalo de la visita a los genocidas detenidos en Ezeiza.
«No tuvieron los huevos para defender lo que tenían que defender. Yo pedí explicaciones y no tuvieron los huevos. A mi me… Martín, no tuviste los huevos para defendernos», se la escucha a Arrieta. «Yo recibí amenazas de muerte. Y ustedes que están acá. Eso es lo que están haciendo, me hicieron una cama«, continúa la diputada a los gritos, mientras de fondo se escuchan otras voces. Una de ellas comenta con sorna: «Nadie la consuela».
Esas palabras no figuran en la denuncia que pasó por la oficina de Violencia Doméstica de la Corte. Allí, Arrieta relata que mientras ella seguía gritando, ingresó su abogado Yamil Castro Bianchi y la sacó del lugar tomándola del brazo. Ya afuera, dijo, tres diputados del bloque se acercaron a calmarla, antes de que ella fuera a la comisaría de la Cámara de Diputados donde la atendió el servicio médico en medio de una crisis de nervios.
Antes la Justicia, redobló sus críticas al titular de Diputados. “Es un cobarde que calló, hizo silencio a la agresión a dos mujeres (por ella y Rocio Bonacci, la otra libertaria a la que apuntan por haber filtrado la foto y los datos del encuentro con genocidas)”.
“Específicamente a mi persona porque sabiendo que venía construyendo un espacio político para él en la provincia de Mendoza, en vez de apoyarme empezó a despegarse de mí”, le recriminó. Arrieta contó también que a raíz de todo lo sucedido empezó a ver a un psiquiatra y que está tomando medicación: Prebagalina y Astenix para poder dormir.
La diputada dijo sentirse aislada dentro del bloque de La Libertad Avanza. Contó que no la apoyan en ningún proyecto de los que presenta y que está cansada de la violencia que sufre, de que le digan “callate”, “no salgas a hablar”, “fingí demencia”, “no pasa nada”.
“Te someten a que tenés que creer que ellos son intocables, salvadores de Argentina y lo que dicen está bien y no podés mirar para un lado u otro, tenes que ser lo que dicen y no podés pensar distinto”, expresó en su declaración incluida en el legajo 6014/2024, en el que afirma que lo único que busca es que “cese el hostigamiento y el destrato”.
Pedido de expulsión, psicotécnicos y su descargo en X
La diputada Lilia Lemoine estuvo presente en la reunión del escándalo y no dudó en apuntar contra Arrieta por lo que llamó una “operación política del kirchnerismo”.
“Fue de cero a cien y empezó a golpear la mesa, insultar, yo decía ‘llamen a un psiquiatra’, y ella salió cagándose de risa. Los que hemos sufrido un ataque de pánico, de nervios, sabemos que uno no sale con una risa, fue una actuación. Salió a hacerle una denuncia por violencia de género a un diputado”, la criticó Lemoine. “Hay que pasar un test psicotécnico, yo pase varios psicotécnicos. No soy promedio pero pasé psicotécnicos”, dijo en su programa “#NoLaVen” en La RZ radio.
La experta en sistemas y cosplayer invocó, de alguna manera adelantando la estrategia oficial, la intención del oficialismo de echar a Arrieta de la bancada de La Libertad Avanza amparados en la ley de Ética Pública. “Parece que hay tres diputadas que se van”, deslizó, en referencia a Arrieta, Rocio Bonacci -que fue a la reunión con genocidas pero se negó a participar y tomarse fotos con ellos- y Marcela Pagano con la que Lemoine mantiene una disputa pública hace ya tiempo.
“Perdonen, salta el barro porque estamos pasando la hidrolavadora, vamos a hacer las cosas lo más humanamente posible. No tendría que estar en la Cámara una persona que hizo lo que hizo ella”, sostuvo sobre Arrieta, que en las últimas semanas se quedó con el sello partidario de La Libertad Avanza en su provincia, en medio de toda la polémica.
Horas más tarde, para reforzar sus ganas de que expulsen a los díscolos del bloque, tuiteó una sugestiva captura del artículo 2 del capítulo II de la ley que planean usar para expulsar del bloque a la legisladora del patito.
Arrieta, por su parte, optó por una cita bíblica. “Judas traicionó a Jesús con un beso pero no sabía que su traición estaba acercando a Jesús a su propósito. No te angusties, las personas que te dieron la espalda también son parte del plan”, escribió en una historia de Instagram que compartió para sus seguidores.
Sin embargo, cuando las versiones de su expulsión tomaban fuerza, publicó un descargo en X que acompañó con otro pasaje religioso extraido de Mateo 5:6. «Como LIBERAL, tengo todo el derecho indagar y tener un pensamiento crítico. 🤔¿Me quieren expulsar del Bloque? Aclaro que NADIE me lo ha dicho a los ojos. Siempre he ido DE FRENTE, con LA VERDAD, y buscando TRANSPARENCIA«, dijo.
«Mis valores como cristiana y diputada de la Nación, me llevan siempre por el camino de la VERDAD. Lamento que algunos quieran violentar la voluntad popular del 43% de los mendocinos al votarme como parte de La Libertad Avanza», sostuvo, desoyendo a Martín Menem cuando les dijo que los votos no eran de ellos, sino de Milei.
«Con la entrevista de @JMilei, me encuentro habilitada a referirme públicamente que NO ES LA AGENDA DEL PRESIDENTE la reivindicación de condenados por Lesa Humanidad. Mi denuncia en la justicia de Lomas de Zamora ha sido en busca de QUIÉNES organizaron y CON QUÉ intenciones», se defendió y dijo que nunca denunció a sus compañeros de bloque.
Sobre su audio a los gritos en la reunión de bloque era era reservada, manifestó: «Por lo visto, las reuniones de Bloque se graban a escondidas, a pesar de que no se dejan ingresar a asesores. NO TENGO MIEDO a que la grabación sea reproducida EN SU TOTALIDAD. Se podrá advertir quiénes están a favor o en contra de lo hoy expresado por el presidente de la Nación».
«En momentos de crisis, es donde más fe tengo, y es por eso que NO HAY DUDAS de la NECESIDAD de INVESTIGAR. Me destrataron, me humillaron, conspiraron contra mí desde mi mismo espacio, pero estoy firme en mis convecciones. NO traicionaré al electorado», escribió Arrieta que el martes dejará de formar parte del bloque libertario, según pudo confirmar Clarín con fuentes legislativas.
Si algo faltaba para la confirmación de la suerte de la mendocina era la palabra de Santiago Caputo, el principal asesor de Javier Milei y parte vital de «triángulo de hierro» que completa Karina Milei y que el Presidente considera intocable en su gestión. «El Síndrome del Heredero. La gente que le viene la cosa de arriba no valora lo que costó conseguirla», la fulminó en X a través de la cuenta @bprarg que usa.
LAS CLAVES DE LA INTERNA LIBERTARIA QUE EXPLOTÓ POR LA VISITA A REPRESORES
- La visita a Astiz y represores. El 11 de julio, los diputados Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, María Fernanda Araujo, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y Rocío Bonacci fueron a visitar represores a la Unidad 31 del penal de Ezeiza.
- ¿Quiénes estaban? Entre los represores estaban Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti, Carlos Guillermo Suárez Mason Jr., Adolfo Donda, y Antonio Pernías, entre otros condenados por delitos de lesa humanidad.
- La foto que reveló Clarín. El 6 de agosto, Clarín reveló la foto de los libertarios con los represores. Allí se ven a cinco integrantes del bloque de La Libertad Avanza sonrientes con genocidas. La única que no quiso salir en la imagen es Rocio Bonacci.
- La denuncia judicial. Lourdes Arrieta denunció en la Justicia que a la visita fue «engañada» y acusó a sus compañeros de bloque por amenazas. Aportó chats y contó que varios estaban trabajando en un indulto a los exmilitares presos.
- Acusaciones cruzadas. En la comisión que debate posibles sanciones a los diputados que fueron a ver represores, Arrieta culpó a Martín Menem y dijo que el viaje tuvo respaldo institucional.
- Escándalo, gritos y más denuncias. El miercoles 21 de agosto, la reunión de bloque de La Libertad Avanza terminó en escándalo con Arrieta a los gritos en una crisis de nervios. Hubo empujones y una denuncia por violencia contra dos diputados.
Arrieta recusó al fiscal que desestimó su denuncia e insiste
En paralelo, tras el pedido del fiscal Sergio Mola para desestimar la denuncia de la mendocina contra sus compañeros de bloque por la visita a represores, a la que calificó como “de un infantilismo que hiere la inteligencia”, el abogado de Arrieta, Yamil Castro Bianchi presentó una recusación contra el funcionario del Ministerio Público.
«Mi denuncia no fue desestimada, el fiscal decidió investigar una parte de mi presentación. Voy a insistir en la búsqueda de LA VERDAD COMPLETA. También es de público y notorio conocimiento, radiqué una denuncia por Violencia de Género por sucesos que me han tocado sufrir; y será la Justicia Federal, quien determine y me proteja ante la posible reiteración de hechos», informó la diputada.
En un escrito al que tuvo acceso Clarín, el abogado defensor de Arrieta sostuvo que se enteró por los medios del pedido de desestimación de la denuncia. “No solo implica una violación a la reserva del expediente, sino un adelantamiento de opinión de una cuestión a decidir, que pudiera también constituir el delito de prevaricato”, se quejó y lo vinculó al debate por los fondos reservados de la SIDE.
“No es casual que esto haya sido difundido el mismo día en que se debatiera en la cámara de diputados un Decreto vinculado a los servicios de inteligencia, como un suceso que terminó teniendo un estado público y que tiene DIRECTA vinculación a estas actuaciones”, escribió.