Lo que el viernes 19 de julio se comunicó como un acuerdo entre partes, con los días se fue desdibujando y con la llegada de agosto directamente se convirtió en un nuevo conflicto. La disputa entre el Gobierno nacional y el porteño por el pago de la coparticipación no ha terminado y, parece, se va a extender en los próximos días. De fondo hay un reclamo porteño que involucra una deuda de $ 4,8 billones y un fallo de la Corte Suprema de Justicia que el Ejecutivo viene incumpliendo desde hace veinte meses.
El ultimo jueves, pasado al mediodía, en las oficinas de Uspallata se llevaron una sorpresa cuando el goteo de coparticipación transferido por los conceptos de julio volvió a ser 1,4% y no 2,95%, como días atrás se había negociado en la reunión entre Jorge Macri y Luis Caputo en el Ministerio de Economía. En el Gobierno porteño reconocen que no fue fácil el debate en torno a cómo se tenía que girar la plata, pero salieron de la cita con el compromiso de que Nación iba a cumplir con el pago del coeficiente.
La actualización del monto no sólo no llegó, sino que los avances que se habían logrado se truncaron. No alcanzó la reunión que el viernes tuvieron Carlos Guberman, secretario de Hacienda nacional, con Gustavo Arengo, ministro de Hacienda porteño. Todo lo que se había acordado se truncó y el conflicto volvió a estar latente como desde que Javier Milei asumió la presidencia.
Mientras en Nación hablan de un apresuramiento de Ciudad por salir a comunicar un acuerdo que la Rosada nunca formalizó en los medios, en el Gobierno porteño evitaron todo tipo de contacto con la prensa durante el fin de semana a partir de un leitmotiv que bajó el propio Jorge Macri a su equipo: «No hay nada para decir». Eso implica que, aun en un momento de mucho fastidio con el Gobierno, la Ciudad tratará de mantener perfil bajo en pos de seguir teniendo los puentes vigentes para recuperar la relación.
Eso no impidió que este lunes a primera hora en Parque Patricios se haya convocado una reunión de Gabinete en la que se decidirá qué camino tomar al respecto y qué se va a decir. La incógnita pasa por saber cuánto tiempo más aguantará Jorge Macri hasta reclamar nuevamente que se cumpla lo pactado y que se le pague a la Ciudad el dinero que determinó la Justicia en diciembre de 2022.
Del buen «gesto» a la comparación con los K
«Lo importante es que hubo una buena predisposición. Quiero rescatar este gesto, que fue un acuerdo al que hemos llegado. Son alrededor de $ 80.000 millones por mes, es mucho dinero, es plata muy necesaria para la Ciudad«, declaró Jorge Macri en la puerta de Economía hace exactamente 17 días, minutos después de sonreír en una foto con Caputo con aire a «acuerdo sellado».
El compromiso de Nación era que a partir del 1° de agosto se le iba a girar a la Ciudad la plata que la Justicia le reconoció, ese coeficiente de 2,95% que se le recortó a 1,4% durante el kirchnerismo después de que Alberto Fernández le diera esos fondos a la provincia de Buenos Aires, en septiembre de 2020. El capítulo de la deuda, se había consensuado, se trataría en la Corte: la Ciudad reclama unos 4,8 billones de pesos pero estaba dispuesta a sentarse a negociar ese punto. Lo innegociable era el coeficiente.
«En ningún momento se planteó una fecha en la que se iba a hacer el pago; si ellos estaban esperando que fuera el 1° de agosto fue un error de ellos, pero nadie fijó una fecha para la transferencia», es el comentario que se escuchó en Casa Rosada en relación a la negociación.
Pero además hay un punto de conflicto nuevo, que reconocen desde ambas partes: Nación no estaría dispuesta a pagar el 2,95% en los términos que decidió la Corte sino que habría puesto sobre la mesa otra oferta, que no se difundió en los medios, pero que fue la que escuchó Arengo en la reunión del viernes. Ciudad la descartó de cuajo.
Mientras tanto, Javier Milei evita meterse en un tema que, repite a todo aquel que lo consulta, lo tiene que definir el Ministerio de Economía con el Gobierno porteño. En el mileísmo quieren que uno de los funcionarios de Ciudad que se siente a negociar sea Roberto García Moritán, ministro de Desarrollo Económico.
Lo concreto es que no está en sus funciones el tema, sino en las de Arengo, ministro de Hacienda local, que viene de una larga experiencia con el asunto, ya que fue antes secretario de Martín Mura, el ministro del área durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
En el medio está la relación entre Jorge Macri y Milei, buena en público y con un último capítulo de cercanía evidenciado en el cierre de La Rural, hace una semana exacta, pero que perdió la cotidianeidad de otros tiempos, sobre todo porque el jefe de Gobierno porteño se cansó de que el Presidente no cumpliera con los compromisos asumidos.
En Uspallata no dudan en comparar, en este tema, a Milei con el kirchnerismo. Ningunos de los dos pagó lo que tiene que pagar a la Ciudad, argumentan.
El tema viene escalando desde principios de año, al punto que el mes pasado intervino Mauricio Macri, el ex presidente de la Nación. El martes pasado, en la reunión con Milei en Olivos, el tema fue uno de los muchos que se trató en la charla de cuatro horas entre ambos.
Los primos Macri creen que el Gobierno está buscando que pase todo el tiempo posible para dilatar el pago de la deuda. El Presidente, que en campaña había prometido saldar el asunto apenas asumiera, traslada toda negociación a su equipo.