¿Es posible cambiar nuestros pensamientos? Es posible, sin embargo, puede resultar difícil. ¿La razón? Sin saberlo, todos hemos construido un lazo afectivo que nos une con nuestras creencias o ideas, y debemos deshacerlo. Pero no alcanza con el hecho de saber que un pensamiento ya no nos resulta útil.
Un buen punto de partida para comenzar a transformar nuestra mente es hacer conscientes nuestros prejuicios (las creencias que anteceden a las circunstancias) y soltarlos, pues pueden llegar a ser muy dañinos para nosotros mismos y para los demás. Vivir libres de prejuicios le aportará rapidez y flexibilidad a nuestro universo mental.
La mayoría de nosotros solemos quejarnos de las circunstancias que atravesamos y de las personas con quienes nos relacionamos, culpándolas de que no nos permiten avanzar. Pero lo cierto es que lo único que nos limita en la vida son nuestros propios pensamientos. Es por ello que, muchas veces, frente a un logro importante, nos preguntamos: “¿Por qué no hice esto antes si era tan fácil?”. ¡Porque nuestra mente nos dijo que no se podía!
Otra cosa que debemos soltar a la hora de cambiar nuestra manera de pensar son las vivencias felices del ayer. Seguramente estarás pensando qué hay de malo en conservar los recuerdos lindos. Nada; lo que ocurre es que, a veces, no avanzamos en la vida porque estamos anclados a pensamientos de antaño, de lo felices que éramos en la niñez, o en la juventud, o cuando recién nos casamos. No obstante, como acostumbro repetir: lo mejor siempre está por venir.
Así como vaciamos el celular o la computadora, cuando están llenos de elementos residuales que no les permiten funcionar bien, deberíamos vaciar nuestra mente de todas las creencias antiguas que ya no nos sirven. De esta manera, haremos espacio para abrazar ideas nuevas, creativas, potentes, revolucionarias que nos pondrán en marcha para perseguir nuestros sueños.
Esto, de ningún modo, implica despreciar todas nuestras experiencias vividas, sino más bien hacer buen uso de ellas para renovar nuestra mente. Como reza el dicho: “Renovarse es vivir”. Y la mente, al igual que el cuerpo físico, necesita actualizarse, aprender, ser desafiada y crecer para mantenerse sana, abierta y positivamente activa.
Cuidá tu mente. Sé activamente consciente de cada pensamiento que circula por allí y obséquiate cada día ideas que la nutran y te ayuden a evolucionar hacia tu mejor versión. ¡Lo mejor siempre está por venir!