Después de varias semanas masticando bronca con Javier Milei y Patricia Bullrich, Mauricio Macri tuvo motivos para celebrar en los últimos días, en lo que refiere al siempre cambiante tablero de la política. Desde Europa, de donde llegó este domingo a la mañana en un vuelo proveniente de Roma, el ex presidente terminó siendo un nexo clave en decisiones que tomó el Gobierno nacional.
Primero, el miércoles, tomó centralidad a partir de la consulta que Milei le hizo vía Whatsapp pidiéndole un nombre para hacerse cargo de la subsecretaría de Deportes. Pero el viernes tuvo un triunfo mayor, que tanto Macri como quienes trabajan cerca suyo se adjudican en la intimidad. El Gobierno decidió devolverle a la ciudad de Buenos Aires el 2,95% de coeficiente de coparticipación que le corresponde.
La decisión se dio apenas dos semanas después de que Macri saliera a reclamar por el cumplimiento de parte del Gobierno de la cautelar que dictó la Corte Suprema de Justicia en diciembre de 2022. «No tengo dudas de que cumplir los fallos es la voluntad del Presidente», tuiteó, filoso, Macri, el 3 de julio pasado, cuando instó a todo el PRO a salir en la misma línea que él.
La medida representa un enorme alivio fiscal para el gobierno de su primo, Jorge Macri, a partir del 1° de agosto: unos $ 80.000 millones mensuales extra volverán a ingresar a las arcas porteñas tras el acuerdo sellado entre el jefe de Gobierno y el ministro de Economía Luis Caputo. Pero también un límite a la Casa Rosada, que tuvo que recalcular el costo político que podía significar incumplir con un aliado político clave.
El chat de Whatsapp que desactivó tensiones
Veinticuatro horas antes de la resolución del conflicto de coparticipación, el miércoles, Macri intercambió mensajes con el Presidente que le aseguraron la continuidad de un representante del PRO dentro de una subsecretaría simbólica como la de Deportes, luego de que Milei eyectara a otro delfín amarillo como Julio Garro por sus dichos sobre la polémica surgida a partir de los cánticos racistas del futbolista Enzo Fernández contra Francia, en plena celebración por la Copa América.
Para evitar un cortocircuito en el Congreso, donde el PRO fue clave para aprobarle la Ley Bases, Milei decidió pedirle a Macri, presidente del partido, que le sugiriera un nombre para reemplazar al saliente subsecretario de Deportes. El nombre cayó por decantación y convenció tanto al Presidente como al secretario a cargo del área, Daniel Scioli. «Diógenes de Urquiza», le cantó vía Whatsapp en un escueto mensaje, Macri a Milei. Trato hecho.
De Urquiza no sólo ya era funcionario de la administración Milei, que lo ubicó apenas asumió al frente del Enard, el ente de alto rendimiento que funciona dentro de Deportes. Además, ya tuvo rango de secretario en la presidencia de Macri, entre 2018 y 2019. Dato clave: es uno de los llamados «hermanos de la vida» del ex jefe de Estado, junto a quien, por ejemplo, creó la Asociación de Pádel en 1988.
La designación de De Urquiza debía ser rápida, porque el jueves Milei viajará a París a participar de la inauguración de los Juegos Olímpicos, donde se espera que salude a su par Emmanuel Macron y queden atrás los resquemores que significaron el mini conflicto iniciado por los dichos de Fernández y acentuado porque la vicepresidenta Victoria Villarruel salió a respaldarlos y tildó a Francia de «país colonialista».
Si bien mantienen algunos intercambios esporádicos y el respeto entre ambos perdura, la relación entre Macri y Milei no tiene la misma asiduidad de otros tiempos. Por eso ese chat sirvió para descontracturar tensiones surgidas después de ese tuit crítico de Macri y de que Milei prácticamente lo invisibilizara al ex presidente cuando viajó especialmente desde Londres a Tucumán para ser parte de la firma del Acta de Mayo.
El enojo de Macri, que de allí viajó a Madrid y luego pasó varios días en diferentes puntos de Italia, fue evidente y lo trasladó a quienes forman parte de su círculo más cerrado.
La negociación por cargos y posibles alianzas electorales
Otro mensaje contundente que bajó el PRO durante julio se dio el jueves 4, cuando Martín Yeza fue elegido presidente de la Asamblea partidaria que descartó de cuajo una fusión con La Libertad Avanza, que proponía el otro sector del espacio, con Patricia Bullrich como principal referente.
Días antes de esa caldeada cumbre amarilla, de la que Bullrich sacó a sus representantes en desacuerdo con las decisiones tomadas, Milei había planteado en una entrevista que era necesario cerrar una alianza electoral con el PRO, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. «Llegaríamos a un 57% y le ganaríamos a Kicillof», dijo, palabras más, menos, el Presidente en ese momento.
Milei alimenta esa sociedad en tándem con Bullrich y Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, junto con quien la ministra de Seguridad lanzó hace poco «Apertura Republicana», la facción de los denominados «liberales del PRO». Pero el macrismo salió con los tapones de punta entonces al romper el partido en la provincia de Buenos Aires y terminar ungiendo a Cristian Ritondo como su nuevo jefe, en reemplazo de la esposa de Valenzuela, la senadora bonaerense Daniela Reich.
En la Ciudad de Buenos Aires, la tensión sigue estando también, debido a que los libertarios imaginan competir electoralmente el año que viene con un candidato propio, sin ir a una PASO con el PRO, de cara a un comicio clave porque se ponen en juego tres senadores porteños.
Eso podría significar que Milei lance a Bullrich como cabeza de la lista porteña. Muchos se frotan las manos pensando en un posible cruce con Mauricio Macri, si termina siendo el primer candidato a senador, como quiere Jorge Macri. En el PRO, por ahora, relativizan ese escenario y creen que a la larga habrá un consenso para competir juntos con los libertarios.
En medio de ese contexto, asoman las negociaciones por cargos dentro del Gobierno. Por ahora, no se esperan novedades sobre futuros ingresos del PRO a la Casa Rosada, pero ese sí es el tipo de sociedades que buscará hacer crecer Macri, que se opone por completo a una fusión de partidos pero no tiene recelo a cerrar acuerdos que lo ayuden a Milei con la gobernabilidad.
Acto de Macri con Vidal, y foto con gobernadores propios
En los próximos días, Macri tiene previsto reaparecer públicamente en un acto de la Fundación Pensar, en Vicente López. El think tank del partido es conducido por María Eugenia Vidal, a quien el presidente del PRO premió con ese gesto apenas asumió al frente del partido, en mayo pasado.
La Fundación Pensar, con la firma de Macri y Vidal, sacó un informe con críticas a la gestión de Milei en el primer semestre. Desde el vidalismo buscaron bajarle el tono al documento y explicaron que también «destaca logros de gestión». El acto, que se hará a principios de agosto, servirá para relanzar además a la ex gobernadora bonaerense y actual diputada, a quien Macri quiere «recuperar» en términos de imagen.
A fin de agosto, en tanto, habrá otra foto importante en Entre Ríos, con Macri, el gobernador local Rogelio Frigerio, el de Chubut, Ignacio Torres y el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri.
Los tres mandatarios del PRO y el ex presidente intentarán bajar un mensaje que potencie al partido a nivel nacional, teniendo en cuenta que las últimas mediciones muestran al PRO por debajo de los diez puntos porcentuales, en gran parte por la erosión que le provocó la irrupción de Milei en sus votantes.