Tenía 78 años y una larga trayectoria tanto en Hollywood como en China, su país de origen. Sufría una enfermedad cerebral degenerativa.
La actriz Cheng Pei-pei, una de las leyendas del cine de artes marciales que trabajó en la mítica El tigre y el dragón, murió este viernes a los 78 años en su casa de San Francisco tras sufrir durante el último tiempo una enfermedad cerebral neurodegenerativa.
De acuerdo a lo que informó el medio Variety que dio la primicia, Cheng Pei-pei tenía desde 2019 un afección que era similar al Párkinson conocida como degeneración corticobasal, por lo que donó su cerebro a la investigación médica, algo que recién ahora trasciende.
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“Nuestra madre quería que la recordaran por lo que era: la legendaria Reina de las Artes Marciales. Le encantaba ser actriz y sabía, incluso con su arduo trabajo, lo afortunada que era de tener la carrera que tuvo”, escribieron sus hijos en un comunicado que trascendió.
Quién era Cheng Pei-pei, una de las leyendas de “El tigre y el dragón”
Cheng Pei-pei había nacido el 6 de enero de 1946 en Shangái y era considerada una pionera de los papeles de artes marciales para actrices. Era tan fuerte su ligazón a estos roles que su figura trascendió con un sobrenombre: la “Reina de las artes marciales”.
Tras mudarse a Hong Kong en 1962, su formación estuvo relacionada al ballet y la danza, hasta que empezó a trabajar en el estudio icónico Shaw Brothers, que producía películos relacionadas con la acción y las artes marciales.
Su debut fue en el drama Lovers’ Rock, pero su revelación sucedió en el film Come Drink With Me de 1966 y en su secuela Golden Swallow de 1968, dos típicos westerns de artes marciales, en el que volaban las piñas y había lucha de sables por todos lados.
Estas películas le abrieron el camino a algo más grande, ya que dos años después, en 1970, se mudó a California. Allí crió a sus cuatro hijos y empezó a estudiar en la escuela de negocios de la Universidad de California.
En 2000 tuvo uno de los roles más destacados de toda su carrera y que la convirtió, en ese momento, en una figura a nivel internacional. En El tigre y el dragón interpretó a Jade Fox, una de las villanas de la clásica película dirigida por Ang Lee.
El éxito del largometraje de acción con toques de realismo mágico fue notable: ganó cuatro Premios Oscar y fue la primera película no hablada en inglés que recaudó más de 100 millones de dólares de taquilla. Después de ese film trabajó en Naked Weapon, Street Fighter: The Legend of Chun Li, Lilting y la versión live action de Mulan.
“Fue una actriz versátil y galardonada cuya carrera en cine y televisión abarcó seis décadas, no solo en Asia sino también a nivel internacional. (…) Nuestra madre siguió siendo humilde, accesible, paciente y amable; siempre generosa con su tiempo, dispuesta a ayudar a los demás cada vez que podía. La extrañaremos mucho”, cerraron los hijos, en el texto que publicaron.
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En los últimos años, Cheng decidió no hacer público el diagnostico que tuvo y les dio una orden a sus descendientes: que en lugar de flores manden donaciones a la institución a la que donaron su cerebro.