Javier Milei optó por no involucrarse en persona en el plan para disolver la Agencia Federal de Inteligencia y crear la nueva SIDE. Ajeno a casi todos los temas que no tienen que ver con la macroeconomía, el Presidente entendió que no había margen para hacer cambios cosméticos en el área por dos razones concretas: por un lado, por la importancia de reforzar la seguridad nacional ante el rotundo alineamiento con Israel en medio de la guerra contra Hamas en Medio Oriente; pero también en clave interna ante el antecedente de lo ocurrido con el ex jefe de Gabinete Nicolás Posse, a quien desde el propio Gobierno se lo señaló por un manejo cuanto menos desprolijo del área. Por eso, en este contexto, con la premisa de que “no se puede fallar” puso al frente de la reforma a su funcionario de mayor confianza, Santiago Caputo, su principal asesor.
Aunque se venía trabajando en el tema desde hace varios meses, los cambios se aceleraron -según la versión oficial- a partir de algunas amenazas contra el Presidente que se produjeron en las últimas semanas y de las que el Gobierno por ahora quiere mantener en reserva.
Con el control político de la nueva SIDE, que ejercerá a través de su titular Sergio Neiffert, un dirigente de su extrema confianza, Caputo consolida su influencia en los asuntos más delicados de la administración nacional.
Tanto que, según aseguran en el entorno presidencial, Milei le encomendó empezar a trabajar en la reforma de la Inteligencia cuando todavía Posse no había dejado su cargo y, en consecuencia, todavía manejaba el área de la mano del ex interventor Silvestre Sívori, el primero en salir eyectado tras su salida.
La reforma de la Inteligencia, que entró en vigencia con la publicación de los decretos 614 y 615/2024 en el Boletín Oficial, implicó el cierre de la AFI y dividió las funciones del organismo en cuatro: el Servicio de Inteligencia Argentino, la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia Federal de Ciberseguridad y Asuntos Internos. “Todo fue pensado por Santiago y validado por el Presidente”, resumen un funcionario al tanto del bosquejo del nuevo organismo.
“Santiago (Caputo) viene trabajando en esto desde antes que se fuera Posse. Javier (Milei) sabe que es un tema muy sensible, en el que todos los gobiernos fallaron, pero en el que nosotros no podemos fallar. Por eso se decidió hacer una reforma bien profesional, acorde a la elite internacional en esta materia”, sostienen en Casa Rosada.
A este marco se sumó que en las últimas semanas la seguridad del Presidente empezó a ser motivo de un análisis especial en el Gobierno. Si bien desde el inicio de la gestión se tomaron recaudos -en especial en los vuelos internacionales- por consejo de la ministra Patricia Bullrich, en el último mes se empezaron a advertir cambios.
Uno de ellos se vio tras la reunión de Gabinete, cuando Milei se asomó al balcón de Casa Rosada. Mientras el Presidente saludaba a transeúntes con los ministros Luis Caputo (Economía) y Sandra Pettovello (Capital Humano), abajo, sobre Balcarce, entre la puerta de ingreso a Casa Rosada y la reja perimetral, personal de su custodia se dejó ver con rifles antidrone. Una postal inédita, al menos en los 8 meses de gestión y en actividades casuales del mandatario.
Este lunes el vocero presidencial, Manuel Adorni, elogió a la custodia y al personal de Casa Militar, al asegurar que “ha demostrado ser eficiente y ser la seguridad que necesita el Presidente”, pero sorprendió con una definición: consultado si tras el atentado contra Donald Trump, se temía por su seguridad, indicó que es un tema “extremadamente sensible” y esquivó dar precisiones. “No todos los temas se pueden decir públicamente por temas de seguridad”, replicó, enigmático.
Este martes, altas fuentes de Presidencia no esquivaron el asunto: confirmaron que “en las últimas semanas” hubo una amenaza contra Milei, aunque se excusaron de dar mayores detalles con el argumento de que se trata de “información reservada y secreta”. En público, la orden es no hablar del tema.
“Por supuesto que los cambios en la SIDE tienen que ver con que la Argentina tenga una Inteligencia profesional, acorde a prevenir ataques externos y tener un servicio eficiente para auxiliar a la Justicia en la investigación de delitos complejos y dejar atrás el espionaje ilegal a opositores, empresarios y periodistas”, resume un alto funcionario a este diario.
Como una declaración de esa intención, Caputo hizo incluir en los considerandos del decreto 614/2024 que oficializó la reforma una crítica muy dura a la inacción de la AFI ante el atentado que sufrió Cristina Kirchner: “Constituyó un hecho sin precedentes que puso de manifiesto una vez más las dificultades que atraviesa el Sistema de Inteligencia Nacional, por haber sido completamente inadvertido”.
Según confiaron fuentes inobjetables, Milei lo pone como ejemplo de “lo que no puede volver a ocurrir” con los servicios de Inteligencia. Caputo será el garante de eso.