domingo, 17 noviembre, 2024
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Primer mes de tu bebé. Piel con piel, visitas, ropa y vacunas: cómo organizar mejor la nueva rutina

Las primeras cuatro semanas con tu bebé suelen oscilar entre la felicidad de tenerlo fuera de la panza y empezar a conocerlo en familia, y la incertidumbre que trae aparejada la convivencia de 24 horas en casa y una rutina que, lejos de estar prediseñada, se arma y desarma sobre la marcha, a medida que el calendario avanza y la realidad empieza a amalgamar mejor.

En mayor o menor medida, el primer mes suele ser sinónimo de caos. De un caos inevitable, de un mundo nuevo que dista de la realidad que imaginamos o vimos reflejada en TV, revistas o redes sociales. “Hasta que nos acomodemos a esta nueva rutina de la pareja, de nuestro hijo, del bebé, de este ser humano que amamos tanto, pero que conocemos tan poco en los primeros tiempos, hasta que eso se vaya acomodando, es caótico y muy cansador también, y ocurre así en todas las casas. Sabiendo esto, tal vez las familias puedan tener un poquito más de tranquilidad y lo puedan transitar mejor”, asegura la pediatra Jimena Le Bellot (MN 144481), autora del libro Criando con amor y creadora de la exitosa cuenta en Instagram @soymamaypediatra, en el segundo capítulo de “Primerizos, ¿y ahora que?”, el ciclo interactivo y audiovisual de LA NACION + Huggies, Nutrilon y Swiss Medical.

Decodificar las señales del bebé es el mayor desafío que se presenta al comienzo de esta aventura. Y será el propio bebé quien nos dirá, a su manera, qué necesita y cómo lo podemos ayudar. Por eso es tan importante, sostiene, adaptar la casa, preparar el cuarto y dormir en la misma habitación hasta los seis meses, tenerlo cerca y atenderlo cuando nos llama o necesita. “Al principio demanda mucho; mucha atención; mucho de nosotros, porque nos necesita para todo”, enfatiza. Y agrega, en un gesto de complicidad con quienes acaban de convertirse en padres: “Saber que esto que nos pasa, les pasa a muchos, ayuda; es muy difícil encaminarse, pero se logra y se puede. Hay luz al final del túnel”.

-Te propongo remontarnos unas semanas antes de la llegada del bebé. ¿Cómo preparamos esa casa? ¿Cómo preparamos ese cuarto? Entendiendo que primero duerme con nosotros…¿Cómo nos preparamos para este momento?

-Eso es importante, porque nos pasa a muchas personas. Nos ha pasado. A mí me pasó embarazada…Preparamos la casa como vemos en Pinterest o como vemos en las revistas, y después llega el bebé y es una primera confrontación con la realidad que no es tan así. Los primeros seis meses se aconseja que el bebé duerma en el cuarto con la mamá o el papá, con los cuidadores principales, porque tenemos que estar cerca de él, tenemos que atenderlo cuando nos llama o cuando nos necesita.

Sí es importante y lo vamos a ir viendo, más que nada cuando vaya creciendo el bebé, preparar la casa para que sea un ambiente seguro. Muchas veces el principal conflicto es que el bebé llega a una casa que es de adultos y una casa en donde hay cosas que se rompen, cosas que lo pueden lastimar, enchufes que hay que tapar, cocinas con cajones abajo con cuchillos, etc.

Nosotros nos metemos en la cabeza esto de las revistas, pero la realidad es que no lo necesita. En los primeros momentos, el bebé necesita estar con nosotros, en brazos, en contacto con los adultos y nada más que eso.

-En líneas generales, ¿cuáles son esas necesidades básicas de un recién nacido?

-El alimento principal del bebé, durante los primeros seis meses de vida, es la lactancia materna. Hay algunos casos en los que la lactancia materna no se logra, y eso se tendrá que ver con el pediatra y se complementa con otra leche. Pero la realidad es que el alimento ideal para el bebé es la lactancia materna. El bebé puede tomar 20 horas al día, entonces es mucho este tiempo que necesitamos estar alimentándolo.

Como decíamos, el bebé necesita estar en brazos, necesita ese contacto y ese apego con nosotros.

Y también hay que saber que los bebés lloran cuando les pasa algo porque todavía no lo pueden verbalizar. Hasta que aprendamos a saber qué le pasa, hay que atender esa necesidad, ese llamado.

Otro tema importante es el sueño, porque los bebés no duermen como nosotros. No vienen con el ritmo circadiano que tenemos nosotros (que nos despertamos cuando hay sol, nos dormimos cuando es de noche), sino que se despiertan y se duermen en períodos más cortitos. Sabiendo esto ya nos preparamos para dormir menos durante los primeros tiempos. Nuestro sueño tampoco va a ser el mismo.

-Hablemos de los primeros baños. Desromanticemos la idea de que cuando lo bañemos, el bebé va a estar tranquilo, va a sonreír. No suelen ser así los primeros baños…

-No…Con mi primera hija, siendo pediatra y teniendo toda la información, decía: ´bueno, no importa, va a ser así, con la bañera rosa, todo divino´. Y la verdad es que cuando le sacamos la ropa y la fuimos a meter [a la bañadera], hubo llanto, gritos, todos pasándola mal. Y es eso…es fundamental ponerse en el lugar del bebé, que está calentito, tranquilo y, de golpe, lo desnudan todo, lo meten al agua.

Los primeros baños no suelen ser tan de película. Hay que ir sacándole la ropa de a poco, ir al baño y calefaccionarlo, meterlo de a poquito en el agua, mojarle primero el piecito, después el otro piecito, y así. También hay que saber que hasta que al bebé no se le cae el cordón umbilical no es necesario que se bañe. Y una vez que eso pasa, tampoco es necesario que se bañe todos los días, porque el bebé chiquito no se mueve, está a upa y no se ensucia.

-Siendo tan chiquito, ¿qué pasá con el tema del juego? ¿Se puede jugar con él? ¿Se lo puede estimular de alguna manera? ¿O lo dejamos dormir y comer, y nada más?

-El primer mes es comer y dormir, y nada más. No necesitan más que brazos. Esto me lo preguntan siempre: ´¿Cómo lo estimulo?´ Mirándolo a los ojos. Es muy importante el contacto visual, mirarlo a los ojos, hablarle, contarle las cosas que pasan. Le pueden hablar de manera tranquila, de a poquito, para no sobreestimularlo. Siempre se preocupan por los gritos de los hermanos y por los ruidos de los perros. No pasa nada, ya los escucharon cuando estaban en la panza, ya se acostumbraron a esos ruidos.

El primer mes no necesitan más que la voz nuestra, nuestros ojos, nuestras manos, Incluso pueden tocarle la manito. Ellos tienen un reflejo, el reflejo de prensión, que hace que cuando le ponemos el dedo, ellos lo agarran.

-Decidimos dar una vuelta, un paseo. ¿Es bueno hacerlo para el bebé? ¿Qué recomendaciones nos podés dar?

-Sí, la verdad que salir nos hace bien a todos. El aire libre hace bien. No es necesario sacar al bebé o necesario que salga sí o sí, pero si hace frío y va abrigado, pueden hacerlo. Si es verano, cuidándose del sol y los mosquitos. En algún momento pasa que, sobre todo la mamá, que estuvo encerrada en la casa todo el día, necesita ese oxígeno. En cambio, si no lo queremos sacar, el bebé se puede quedar con el otro cuidador o con alguna persona que esté ayudando y salir nosotros. Esto también hay que normalizarlo. Incluso si tampoco queremos separarnos del bebé, también está bien.

-Deslizamos al pasar un tema que a veces trae hasta “discusiones de pareja”: la ropa. ¿Cómo los vestimos? ¿Qué cosas sí, qué cosas no?

-Mirá, la verdad es que tampoco hay que preocuparnos tanto. Lo principal es que [la ropa] no les moleste. A veces pasa que les ponemos vinchas muy apretadas, o un pantaloncito de jean a un recién nacido y está incómodo, se queja, llora y no entienden porqué. Pasa mucho que vienen a la guardia porque el bebé llora. No tiene fiebre, no tiene mocos, no tiene nada, y le sacás el jean o la vincha y se le pasa. Entonces es que estaba molesto. Después de eso cada uno lo abrigará o lo vestirá como quiera. Los adultos somos un buen termómetro. Es importante que no le pongamos cuarenta y cinco millones de capas. Si yo estoy en remerita, mi bebé no puede estar con remera, buzo, campera polar y gorro, porque eso es sobreabrigarlo y no se aconseja.

-¿Y los pies descalzos, enferman?

-No pasa nada con los pies al aire. Los bebés no se enferman cuando nacen. O sea, derribemos ese mito, por favor. Si yo tengo mucho frío y hace frío y quiero ponerle medias porque me da frío, le pongo y ya está, pero sabiendo que no se van a enfermar. La verdad es que se aconseja que los pies y las manos de los bebés estén libres para que puedan explorar el mundo y conocer las texturas, para que les sean familiares.

Controles, vacunas y síntomas médicos

-Vamos al plano estrictamente médico. Nos toca control, un control de rutina con el bebé. ¿En qué consisten estos controles y con qué frecuencia se dan? ¿Y el calendario de vacunas?

-Es muy importante diferenciar cuando el bebé viene con un crecimiento normal o sin ninguna patología de la panza, que cuando no. Acá estamos hablando de un bebé que nació, por ejemplo, en la semana 38, 39, 40, salió de la panza y se prendió bien a la teta. En ese caso, el primer control se hace ahí mismo cuando nace.

Desde ese control, el bebé siempre pierde un poco de peso porque se desembaraza de todo el líquido que tenía en la panza. Es súper normal que baje de peso las primeras horas, los primeros días. Y ese peso es muy importante que lo recupere. Entonces los primeros controles se hacen muy pronto porque justamente queremos ver que el bebé recupere ese peso, que el bebé vuelva a su peso de nacimiento e incluso que siga aumentando.

Se lo suele ver en el consultorio, tras el alta general, a las 48 horas. Y luego, según cómo venga, a la semana y después de esa semana vamos viendo. En general, después de esto, suelen ser mensuales hasta el año.

En cada control se lo va a pesar, se lo va a medir, se le va a escuchar el corazón, se lo va a palpar, se verán algunos reflejos, sobre todo cuando son chiquitos, y también se indican vacunas. El bebé hasta el año tiene vacunas que son muy dolorosas, pero muy necesarias.

Tiene vacunas casi todos los meses, o sea, tiene a los dos meses, a los tres meses, a los cuatro, a los cinco, a los seis, y después entre los seis meses y hasta el año. Son de calendario, es decir, son obligatorias, son un derecho también del bebé y es importantísimo que las tengan.

-Hagamos un breve repaso por algunos síntomas médicos, para que las familias estén alertas y también para llevarles tranquilidad…La primera fiebre, por ejemplo, asusta bastante…

-La primera fiebre asusta mucho. Quiero hacer un paréntesis…La fiebre en un menor de un mes es una urgencia médica. Entonces tal vez nos queda ese miedo porque en el primer mes el bebé no tiene vacunas, no tiene defensas, es muy chiquitito. Entonces un bebé de menos de un mes cumplido con fiebre es un bebé que directamente, no importa que tenga, se interna y se estudia, porque tenemos que ver de dónde viene esa fiebre para ayudarlo rápidamente a combatir ese germen, ese virus, esa bacteria, que le puede estar dando la fiebre.

Después de ese primer mes, el segundo y el tercero, nos pasa que hay un gris, en donde la fiebre nos preocupa y tenemos que ver qué tiene, es decir, tenemos que ver dónde está el foco. Tiene mocos, tiene la garganta roja, tiene otitis, etc. Nos quedamos tranquilos porque viene por acá, le damos el antibiótico o lo que necesite.

Después de los primeros tres meses, la fiebre de un nene de cuatro meses es igual que la fiebre en vos o la fiebre en mí, no puede hacerle nada malo. Es un mecanismo de defensa.

-¿Qué hago si mi bebé de un mes tiene tos y mocos? ¿Cómo lo manejamos?

-Es importante que cuando nuestro bebé menor de un mes tiene algo que nos preocupa, consultemos al pediatra. La verdad es que moquitos puede ser que tenga en algún momento, sobre todo si tiene hermanos mayores que lo contagian.

Pero la verdad es que mocos en bebés chiquititos no suele haber tanto. Sí hay infinidad de toses, infinidad de mocos, en niños y niñas más grandes, y ahí sí habrá que ver cada caso puntual, si es un broncoespasmo, si es una neumonía o qué puede estar pasando.

-¿Qué otras situaciones frecuentes son motivo de consulta?

-Hay que consultar al pediatra si tiene manchitas en la piel; si vemos que está muy dormido o que, al revés, está muy activo y con mucho llanto y no sabemos qué le pasa. Esta última siempre es la pauta de alarma más difícil, porque los bebés suelen estar muy dormidos o a veces llorar y que no sabemos qué le pasa, pero es importante consultar y siempre debemos consultar.

Es importante preguntar si no se está prendiendo bien a la teta, no está tomando mucho, no está mojando suficientes pañales, o si está con muchos vómitos y todo lo que toma, lo vomita y no puede tolerar vía oral.

Como siempre digo, si hay algo que les preocupa a los padres o a las madres, consultar en el momento, para sacarse la duda y sacarse ese miedo. Siempre es primordial el estado general del niño o la niña.

-Traigo a colación una distinción que solés hacer en tus cursos…bebés de verano versus bebés de invierno, bebés de invierno versus bebés de verano. ¿Me explicás qué es eso?

-La realidad es que cuando un bebé nace en verano o un bebé nace en invierno, las madres, los padres, tenemos preocupaciones muy diferentes. Cuando un bebé nace en verano, nos preguntamos: ´¿cómo lo cuido del sol?´ Bueno, saber que hasta los seis meses no se le pone protector solar, que antes de los seis meses, como no vamos a usar protector solar, lo cubrimos con gorritos, con remeras de manga larga o con remeras con protección UV, con pantalones, tapándolos lo más posible. Como tampoco les podemos poner repelente, los protegemos con tul o mosquitero, alejándolos de las fuentes y las flores. También es muy importante la hidratación, mantenerlo húmedo cuando hace tanto calor; darle teta, si es que toma teta. Si tiene más de seis meses, ya se le puede dar agua potable.

En cambio, en invierno, nos preocupa más esto de cómo lo abrigo y cuánto lo abrigo. Una capa más que nosotros y no hace falta más. Es muy importante el cuidado de los virus invernales con un bebé chiquito, por eso hay que recordar ventilar la casa y que haya circulación de aire. Siempre pasa que vienen las visitas y algunas te dicen: “tengo un poco de tos o tengo un poco de mocos”. Las visitas siempre tienen que estar sanas y sin ninguna enfermedad. Sin nada y obviamente sin fiebre. Es sumamente importante que cualquier persona que venga a conocer y sostener al bebé, ayudarnos en lo que sea, se lave las manos cuando llegue, porque muchas veces contagian porque se tocan la nariz y después tocan la mesa o al bebé y el germen se va transmitiendo.

Por eso hacemos la distinción. Para saber qué cosas tener en cuenta y qué cosas saber para estar atentos y prevenidos.

-Muchas gracias, Jimena, por ayudarnos a decodificar en qué consisten estas cuatro primeras semanas de un recién nacido

-Muchísimas gracias por haberme invitado y espero haber podido traer un poquito más de tranquilidad, sabiendo que al principio es un caos. Hasta que nos acomodemos a esta nueva rutina de la pareja, de nuestro hijo, del bebé, de este ser humano, como digo que amamos tanto pero que conocemos tan poco en los primeros tiempos, hasta que eso se vaya acomodando, es caótico y es muy cansador también, y ocurre así en todas las casas. Sabiendo esto, tal vez las familias puedan tener un poquito más de tranquilidad y lo puedan transitar mejor.

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