Después de estar dos o tres días en el sanatorio y recibir el alta empieza la verdadera aventura, suelen decir las familias que ya pasaron por la experiencia de tener un bebé y conocen de manera más cercana de qué se trata ese mundo tan único.
Sin embargo, suele suceder, que cuando la pareja llega a su casa y traspasa la puerta reemplaza en forma inconsciente esa pregunta por otra que posiblemente la invadirá durante ese primer día, ese primer mes, ese primer año (y más): “¿Y ahora qué?”.
Según la Real Academia Española, primerizo significa “que hace por primera vez algo, o es novicio o principiante en un arte, profesión o ejercicio”. Ocurre que, en este caso, en el de la maternidad y la paternidad, no será una actividad o una situación de una sola vez, sino que habrá muchas primeras veces de muchas cosas y, en cada una de ellas, se abrirán muchas dudas y muchas preguntas.
En la Argentina, de acuerdo con los datos provistos por el último censo, se registraron 533.000 nacimientos al año. Si en un cálculo rápido asumimos que la mitad de ese universo corresponde a familias primerizas, estamos hablando de 260.000 familias en búsqueda constante de información y ayuda sobre el nuevo rol que les toca desempeñar.
“Primerizos” llega a LA NACION con el fin de tender un puente entre esas preguntas y esas respuestas que las parejas necesitan para transitar con más herramientas, confianza y seguridad los primeros años de la vida de un bebé y de un niño pequeño, y poder disfrutar aún más de ese vínculo tan estrecho que comienza a entablarse con los hijos, incluso antes de su llegada.
De la mano de reconocidos profesionales, expertos en las distintas temáticas, el ciclo interactivo y audiovisual, que se estrenará mañana -con partners como Huggies, Nutrilon y Swiss Medical-, será una verdadera guía de consulta, con herramientas y estrategias, para aprender sobre aquellas situaciones que más inquietan a las familias en el día a día y lograr así que puedan aplacar parte de la ansiedad e incertidumbre que esos mismos momentos generan.
Es muy común que los padres, especialmente quienes acaban de estrenar dicho rol, se pregunten cómo transitar el primer tiempo sin sobresaltos. Intentan de alguna manera anticiparse a lo que pueda llegar a pasar en medio del caos inicial, en cómo lidiar con él y atravesarlo.
Un estudio elaborado por Trendsity -consultora boutique especializada en proyectos de investigación de mercado con valor agregado para la toma de decisiones de negocios-, realizado sobre un total de 166 madres primerizas y 51 padres primerizos, con bebés de entre 0 a 9 meses, en marzo de 2024, da cuenta de este tipo de conductas: “El 70% de los padres y las madres primerizas se sienten presionados por sus propias exigencias respecto a la crianza de los bebés”.
Antes de que la ilusión de tenerlo todo bajo control crezca o, por el contrario, se perciba como una misión imposible, alcanza con que los primerizos sepan de antemano que en este contexto no existirán semanas sin sorpresas. Tampoco soluciones mágicas para afrontar los imprevistos que puedan llegar a surgir.
Lo que sí existen son situaciones o factores a tener en cuenta para estar mejor preparados, para armar equipo. Y en esto es fundamental que ese equipo, madre y padre, padre y madre, se constituya desde el inicio. Es decir, en la previa al nacimiento y post nacimiento de ese bebé, y se consolide especialmente durante las primeras semanas, en donde el mayor desafío estará puesto en decodificar las señales del recién nacido, en saber qué necesita y cómo lo podemos ayudar.
En consonancia con esto, el informe de Trendsity destaca que “el 69% de los padres primerizos desean tener una paternidad más activa que la que recibieron de sus padres como modelo”, y también que el 86% de esos mismos padres “cree que en los primeros meses de vida del bebé su rol como padre es tratar de apoyar emocionalmente a la madre”.
Resulta interesante traer a colación aquí una reflexión que nos comparte Maritchu Seitún, psicóloga especializada en orientación a padres y referente en crianza, en torno a la figura del padre y al sostén que ofrece a la familia: “Donald Winnicott, psiquiatra y psicoanalista, decía que el papá cuida a la mamá para que ella cuide al bebé. Esa es una tarea importantísima, pero además le enseña al bebé otra forma de vivir, le presenta el mundo externo para que pueda conocerlo y disfrutarlo, entra en la díada mamá-bebé y los enriquece a ambos con su entrada, porque tiene un manejo diferente de las situaciones, porque juega de otras formas, porque celebra temas distintos, porque acompaña, protege, mima a su manera”.
Asimismo, la especialista retoma la idea de equipo, ese mismo que conforman la mamá y el papá antes y después de la llegada del bebé, y marca la diferencia que reviste criar de esa manera, desde ese lugar. “Es muy rico para el bebé contar con dos figuras de apego, dos referentes, y es muy rico para la mamá ser equipo y no estar sola en la crianza de su primer hijo, con las dudas, preocupaciones, miedos, responsabilidades. Cuando el papá no está presente en el crecimiento de su hijo, ¡todos pierden!”, ratifica Seitún.
Amigarse con la nueva rutina
En una simple imagen, los primeros meses de un bebé y de una familia pueden asociarse con un rompecabezas de miles de piezas, que se va armando y desarmando a medida que pasan los días. Habrá días en los que tal vez no se pueda ubicar ninguna pieza y posiblemente los adultos se sientan mal por eso, y habrá otros en los que se podrá avanzar un poco más y se experimente cierto alivio.
“Las primeras semanas suelen ser difíciles, maravillosas, pero por momentos agobiantes. Las madres dormirán menos y deberán adaptarse a nuevos cambios en su rutina. El apoyo emocional, involucrarse en la crianza y el cuidado del nuevo integrante, apoyar a la madre colaborando en las tareas del hogar y en el cuidado de otros hijos, estar presente y disponible cada vez que la madre lo necesite son roles que los padres pueden ocupar y que los convierte en pilares de apoyo fundamentales. La crianza es así una responsabilidad compartida”, enfatiza Ana Pedraza, jefa de Neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
Y enseguida aclara: “Si bien solo la madre puede amamantar al bebé, el concepto de que proteger la lactancia implica una responsabilidad compartida de toda la sociedad, se centra en la importancia de coordinar esfuerzos para proporcionar un apoyo continuo al inicio, y durante el mantenimiento y la protección de la lactancia materna. En este marco el rol del padre es esencial”.
De a poco, casi en forma imperceptible, la nueva realidad empezará a amalgamarse y se volverá mucho más familiar. Es natural y esperable que eso ocurra. Antes eran dos, ahora son tres. Tres personas que no se conocían entre sí y pasaron a estar juntos por muchísimos años, 24 horas por 7 días a la semana. Como todo proceso, requiere tiempo y conocimiento; paciencia y esfuerzo.
Transitados esos primeros meses, que conviven en forma recurrente con la pregunta de: “¿lo estoy haciendo bien?”, empiezan a aparecer otras situaciones y desafíos para las familias, que disparan nuevas preguntas relacionadas, en general, con el desarrollo del bebé, el descanso, la lactancia, la alimentación complementaria, el estilo de crianza, entre las cuestiones que más preocupan a los padres.
Así lo consigna el estudio de Trendsity citado previamente: “Entre padres y madres primerizas, con bebés menores de 9 meses, las mayores presiones están relacionadas con: la alimentación de los bebés (52% del total de los consultados); cómo dormirlos (42%); y la educación y los límites (39%)”.
Lejos de soltar las riendas, es clave que ese equipo que integra la pareja comprenda que se avecinan momentos en los que no hay que dar nada por sentado; que las decisiones que adopte e implemente en cualquiera de estos casos (y otros tantos más) incluirán avances y retrocesos, ya que su impacto, tratándose de bebés y niños que están creciendo, no será inmediato. La inversión será a mediano y largo plazo.
Con el objetivo puesto en facilitar información, derribar mitos, ofrecer herramientas y estrategias, y presentar los pilares principales que definen a los nuevos paradigmas que existen y adoptan las familias en la Argentina ligados a la maternidad, la paternidad y la crianza, “Primerizos” recorrerá los días viernes, a lo largo de nueve capítulos, todo aquello que atañe al parto -mediante una calculadora se podrá descubrir la fecha posible del nacimiento del bebé-, el parto respetado y las primeras horas del bebé, y las implicancias del puerperio; la llegada del recién nacido y la nueva rutina familiar que eso conlleva; las causas del llanto en los bebés y cómo reconocerlas; la importancia de promover un sueño seguro y de implementar una rutina de sueño; la alimentación de 0 a 6 meses y la alimentación complementaria; cómo organizar la vuelta al trabajo después de una licencia; el modelo de crianza positiva; y la etapa de control de esfínteres.
A grandes rasgos todas estas temáticas reúnen en su definición un denominador común: son procesos y, por ende, no responden a algo lineal o cronológico. Algunos están más vinculados con el desarrollo físico y emocional del bebé / niño, mientras que otros están más ligados a las decisiones o los estilos de crianza que definan las familias. Habrá tantas formas y tantos modelos como familias existan…
Como primera regla de oro, en todo esto es importante que los padres, especialmente los primerizos, no se desanimen ni pierdan de vista que este camino de ser padres es un camino minado por dudas e incertidumbre, con avances y retrocesos permanentes. Está escrito y será así.
Como segunda regla de oro, es fundamental que tengan presente que se puede acompañar con conocimiento e información a los hijos mientras crecen, sin presiones ni exigencias. Lleva tiempo, sí. Lleva dedicación, también. Y es probable que no salga de entrada, que cueste y también frustre. Pero vale la pena, vale la pena intentarlo, una y otra vez, siempre.
TRIVIA
Desde LA NACION, les proponemos a los futuros papás primerizos y a los que acaban de estrenar ese rol, un desafío… ¿Estás preparado para todo lo que se viene?