Tras cuatro meses de audiencias, el martes próximo el juez Juan Ramos Padilla dictará el veredicto en el juicio contra José Alperovich. Llega así a su fin un juicio oral y público histórico que empezó el 5 de febrero. Nunca antes un personaje que supo amasar tanto poder enfrentó un proceso oral por delitos similares: nueve hechos de abuso sexual –tres en grado de tentativa y seis, agravados por acceso carnal– en perjuicio de una sobrina segunda, hija de un primo hermano, y secretaria suya. El exgobernador de Tucumán –en tres períodos, durante 12 años– y exsenador nacional por el justicialismo, millonario, podría quedar preso.
Mientras la defensa pidió su absolución en los alegatos, la querella se inclinó por 22 años de cárcel y la fiscalía, 16 años y medio. Tanto la querella como la fiscalía además solicitaron que Alperovich sea detenido inmediatamente, en calidad de prisión preventiva el mismo martes, si el fallo es condenatorio.
Alperovich llegará a escuchar la sentencia seguramente acompañado por sus cuatro hijxs, como cada vez que estuvo en la sala de audiencias del TOC 29, sobre la calle Paraguay al 1500 en la Ciudad de Buenos Aires –y su esposa, la exsenadora Beatriz Rojkes, siguiendo la audiencia de manera remota–, apretando entre sus dedos de la mano derecha una medallita con inscripciones en hebreo. Y con la custodia policial que le impuso el lunes Ramos Padilla, otro de los pedidos de la querella y la fiscalía para evitar el riesgo de fuga. ¿Hay pruebas contundentes en su contra? ¿La denuncia fue parte de un complot para destruirlo políticamente como sostiene la defensa? En diez claves, los aspectos más significativos del juicio más trascendental por violencia sexual en el ámbito de la política después del femicidio de la adolescente catamarqueña María Soledad Morales.
1. Las frases que más resonaron del alegato de la querella
“Ella nos contó también que para evitar esos tocamientos solía intentar bloquearle el acceso poniéndose cosas encima, como por ejemplo la cartera entre las piernas, o una toallita para que piense que ella estaba indispuesta, o se dejaba crecer los pelos de las piernas, o se metía la remera dentro del pantalón para que no se la pueda levantar con facilidad. Pero no servía de nada porque aun estando al volante y con su mano libre, le corría el cinturón y le tocaba por debajo de la ropa”, enumeró la abogada Carolina Cymerman, que comparte la querella con su colega Pablo Rovatti, coordinador del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación. Cymerman también relató cómo el tres veces gobernador “atormentaba” a la joven delante de terceros con frases de doble sentido que hacían referencia a los abusos, como “levántate que te voy a hacer transpirar”, o pidiendo que le pongan música del mismo violinista André Rieu al que se comparaba cuando la estaba abusando, por su habilidad con las manos, o advirtiéndole “pórtate bien porque si no te voy a tocar las tetas” o saludando al nuevo novio de la víctima diciéndole “¿así que te estás comiendo la comida del jefe?”. “Humoradas de doble sentido que para F luego se concretaban en la realidad”, dijo la abogada.
2. La frase más estremecedora del alegato del fiscal Sandro Abraldes
“Alperovich no la quería para trabajar con él. La quería para la cama. El concepto es primitivo. Manda el señor feudal. Al gran mandón no se le discute. Se hace lo que él quiere. Ella estaba en un escenario de sometimiento. En una situación de cautividad».
3. Los ejes de los alegatos de la querella y la fiscalía
Los hechos denunciados ocurrieron en un contexto de marcada asimetría de poder, y violencia de género y laboral.
4. ¿Cuántos testigos declararon?
Más de setenta testigos. Entre ellos la madre, el padre y amigos de F, que contaron que ella les había hablado sobre aquellos episodios que denunció y vieron su abrupto deterioro físico: caída de pelo, ataques de pánico, decaimiento, pérdida de 10 kilos, entre otros cambios significativos. También declararon dirigentes políticos de Tucumán, como el exgobernador Juan Manzur, el concejal de la capital provincial David Mizrahi –a quien Alperovich señala como instigador de la denuncia, en el marco de un supuesto complot–, choferes, guardias y otros empleados del exmandatario, y una de sus hijas, Sara Alperovich.
5. ¿Qué dijo la perito oficial del Cuerpo Médico Forense sobre la denunciante?
La psicóloga Mónica Herrán sostuvo que la joven presentaba un daño psíquico y “trauma cristalizado” compatible con una víctima de violencia sexual. Y además dio detalles del mecanismo de disociación, que les permite a quienes sufren este tipo de situaciones seguir en un vínculo atravesado por el abuso sexual, hasta que en algún momento la cabeza de alguna forma les explota y deciden denunciar a su agresor. El testimonio de Herrán y la declaración de F son las pruebas más fuertes contra Alperovich.
6. El alegato de la defensa
Augusto Garrido, del estudio del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, encabezó la defensa y apuntó a descalificar a la denunciante. Buscó fundamentar la teoría de la “causa armada”, inventada, como parte de una operación política para destruir a Alperovich, promovida por el concejal tucumano David Mizrahi –que fue pareja de F– y el diputado nacional Carlos Cisneros, su enemigo político. La querella rechazó esta teoría recordando que, cuando F hizo la denuncia, ya habían pasado cinco meses de su derrota electoral. Garrido alegó que F había construido su relato con palabras del libro de Belén López Peiró Por qué volvías cada verano, donde la escritora narra, en un relato de no ficción, los abusos sufridos entre sus 13 y 16 años de parte de un tío, comisario bonaerense en un pequeño pueblo de la provincia donde ella iba a pasar vacaciones cada año. Y también, con frases de la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthés como la famosa “mirá como me ponés”. Le respondió el fiscal Abraldes, el mismo miércoles, cuando fue el momento donde el juez Ramos Padilla dio lugar a la réplica de las partes: «La frase ‘mirá cómo me ponés’ es parte, lamentablemente, de la poesía machista».
7. ¿Cuánto tiempo trabajó la denunciante con Alperovich?
Fue secretaria suya y le manejaba la agenda, entre fines de 2017 y mayo de 2019, en el marco de la campaña electoral por la gobernación, en la que el entonces senador perdió estrepitosamente frente a Juan Manzur. Los comicios fueron en junio de 2019 y Alperovich salió cuarto. Para sumarse a la campaña electoral de Alperovich, F renunció al puesto que tenía en la gobernación de Tucumán.
8. ¿Cuándo presentó la denuncia contra Alperovich?
Seis meses después de renunciar como secretaria privada suya, en noviembre de 2019. En ese momento, ella tenía 29 años. Dijo que hizo la denuncia para sanar y buscar justicia. También como una manera de protegerse, porque le había dicho a uno de los hombres más poderosos de Tucumán que renunciaba por todos los abusos sufridos. Por eso, además, necesitaba fortalecerse y conseguir un profesional que la representara. Algo que le llevó un tiempo considerable, porque era muy difícil que alguien quisiera tomar el caso contra Alperovich. Por eso la querella tiene defensores oficiales.
9. ¿Dónde habrían ocurrido los abusos sexuales denunciados?
En un departamento de Alperovich en Puerto Madero, en la casa que usaba para sus reuniones políticas en Tucumán, en una mansión en las afueras de la capital provincial y hasta dentro del auto donde se trasladaba.
10. ¿Qué dijo Belén López Peiró de este juicio?
En mayo de 2022, cuando Alperovich fue procesado, su esposa y exsenadora Beatriz Rojkés dijo en una entrevista con Radio con Vos, en referencia a la denunciante, hija de un primo hermano del exgobernador: “Esta chica venía a casa, jugaba con mis nietos, usaba la casa de José para hacer sus cumpleaños. ¿Por qué volvería si se sentía tan mal y sería abusada?”. Ese día López Peiró citó la frase y agregó: “Esto dice la esposa de Alperovich. Parece una cita casi textual de Por qué volvías cada verano. ¿Hasta cuándo van a seguir defendiendo abusadores?”.