Una vida de éxitos deportivos que quedó destrozada. Una condena de nueve años por una violación grupal cometida en 2013, en Italia, sacudió su vida, a pesar de que insiste enque es inocente. Robinho, el astro brasileño a los 40 años, está cumpliendo su condena en el sistema penitenciario brasileño al que definen como “El infierno en la Tierra”.
Tras ser declarado culpable en 2017 por su participación en la violación en grupo de una mujer albanesa en un club nocturno de Milán, se mantuvo alejado de los medios de comunicación. Ante este escenario, el diario británico The Sun pudo charlar con el abogado de Robinho, Mario Rosso, que relató cómo se encuentra el ex futbolista. El brasileño estaría realizando un curso como parte del programa de trabajo penitenciario y sería, por el momento, un preso modelo dentro de la cárcel.
El diario The Sun contó que Robinho está recibiendo en prisión un curso de electrónica básica de 600 horas. Esto forma parte del programa de trabajo penitenciario que está diseñado por el Instituto Universal Brasileño para enseñarles a los reclusos nuevas habilidades en preparación para su futura liberación.
“Es difícil decir si lo está disfrutando o no, pero le está ayudando a pasar el tiempo”, contó Mario Rosso. Y agregó: “Robinho mantiene la cabeza gacha, está siendo un recluso ejemplar y no ha tenido problemas con otros presos”, le comentó el abogado de Robinho al periodista Ryan Parry.
Además, Rosso, explicó que a Robinho le regalaron unos botines para que pudiese participar en los partidos que se organizan en la cárcel. Estas cuestiones le permiten mantenerse ocupado y fuerte en una situación muy compleja por el entorno en el que está cumpliendo su condena.
El sistema penitenciario de Brasil que fue definido como “el infierno en la Tierra”: porque se denunciaron que fueron decapitados varios reclusos, que es un universo en el que domina el tráfico de la droga, que los baños tienen agujeros en el suelo, que hay malas condiciones sanitarias y es común la violencia sexual.
Un informe de Human Rights Watch sobre las prisiones de Brasil denunció que los fondos que reciben son insuficientes para mantener sus instalaciones y se focalizó en la decadencia de las instalaciones: “El hacinamiento es un problema importante en las cárceles de Brasil y en ningún otro lugar es más grave que en Pernambuco… El Estado ha encerrado a decenas de miles de personas en pabellones diseñados para un tercio de esa cantidad, y ha entregado las llaves a reclusos que utilizan la violencia y la intimidación para gestionar los terrenos penitenciarios como feudos personales”, explicó María Laura Canineu, directora de Human Rights Watch.
La cárcel en la que se encuentra Robinho es la de Tremembé, en el interior de San Pablo, que cuenta con diferentes espacios para buscar la reinserción de los presos. Hay una biblioteca, una sala para juegos como el ajedrez, un huerta, una iglesia y hasta varias canchas de fútbol. El ex futbolista pasó diez días en una celda de aislamiento y, tras cumplir este período, pasó a un habitáculo de poco más de ocho metros cuadrados que comparte con otro preso.
LA NACION