En una supuesta foto de la escena porteña de hace dos décadas había una línea un tanto marcada entre los directores del circuito alternativo y los del comercial. Por prejuicios, modalidades, búsquedas o lo que sea, figuras claves de la escena indie, como Claudio Tolcachir, Ciro Zorzoli, Daniel Veronese o Mariano Pensotti pocas veces terminaban dirigiendo a figuras populares que suelen habitar los teatros de la Avenida Corrientes. Lo cierto es que aquella diferenciación ya no existe hace años.
A los hechos: los cuatro directores mencionados están a cargo de cuatro verdaderos tanques de la escena comercial actual. Tolcachir, el creador de La omisión de la familia Coleman, que se repone en Timbre 4 a 20 años de su estreno, es el director de Mejor no decirlo, la propuesta que protagonizan Mercedes Morán e Imanol Arias que es un éxito desde sus estreno. A escasas cuadras del Paseo La Plaza, Ciro Zorzoli, es quien está a cargo de la versión de Esperando la carroza«>Esperando la carroza, propuesta con Campi, Paola Barrientos, Valeria Lois y Pablo Rago, entre otros, que realiza temporada en el teatro Broadway. Y del otro lado del Obelisco, en El Nacional, Veronese, como director; y Pensotti, como puestista y dramaturgo, son los responsables de Felicidades, con Benjamín Vicuña, Griselda Siciliani, Adrián Suar, Jorgelina Aruzzi y Peto Menahem. Desde que las tres obras están en cartel en el competitivo circuito comercial, siempre figuran entre los espectáculos con mayor cantidad de espectadores y de mejor rendimiento en las boleterías. Todo ello en manos de creadores formados y criados en las aguas del circuito alternativo.
De los tres tanques mencionados, el último que se estrenó fue el que produce y protagoniza Adrián Suar. Fue él quien reparó en Pensotti luego de haber visto Los años, la última creación del Grupo Marea que integran Pensotti, la escenógrafa Mariana Tirannte, la productora Florencia Wassery el músico Diego Vainer. El germen de ese potente colectivo fue en la edición del FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires) de 2005. En aquella ocasión presentaron un maravillo trabajo que copaba la cuadra del pasaje Rivarola, pleno centro porteño. Se llamó La marea y fue tal la repercusión lograda que tuvo sus versiones en Bruselas, Berlín, Riga, Dublín, Québec, Copenhague y hasta en Yokohama, Japón. En perspectiva, Pensotti junto con Lola Arias son los dos artistas escénicos argentinos de mayor inserción en las grandes y prestigiosas ligas de las salas y festivales internacionales.
Volvamos a la actualidad, a las marquesinas de la Avenida Corrientes. Mientras Benjamín Vicuña, Griselda Siciliani, Adrián Suar, Jorgelina Aruzzi y Peto Menahem hacían las primeras funciones con público para ajustar detalles de esa fiesta de cumpleaños fallida que provocó la inmediata adhesión del público, Pensotti y su grupo estaban haciendo funciones de un espectáculo llamado La obra, en el famoso Piccolo Teatro, de Milán. En esta otra obra actúan Alejandra Flechner, Diego Velázquez, Susana Pampín, Horacio Acosta. Pablo Seijo y Rami Fadel Khalaf, un actor sirio que vive en Alemania.
Luego de las presentaciones en ese teatro histórico fundado en 1947 por Giorgio Strehler, Pensotti volvió a la Argentina para el estreno de Felicidades en el teatro que hace muchos años había adquirido el fallecido Alejandro Romay, al que todos llamaban el Zar de la televisión, en donde se presenta la obra producida por el gerente de programación del eltrece. A los pocos días del debut de Felicidades, la otra obra del director y dramaturgo -que lamentablemente todavía no tiene confirmada su presentación en Buenos Aires- siguió su gira europea por Berlín para terminar en la ciudad portuaria de Klaipeda, Lituania. O sea, a 12.500 kilómetros del teatro El Nacional, en donde el personaje de Griselda Siciliani decide postergar el festejo de su cumpleaños cansada de que su marido repita los errores de siempre, como comprar apenas “50 miserables piezas de sushi” para todos los invitados.
Mientras las funciones en El Nacional continúan con gran éxito de público, Pensotti, ya está en Buenos Aires preparando una nuevo espectáculo cuyo estreno mundial será el mes próximo en el Festival de Aviñón, sur de Francia, en uno de los encuentros escénicos más importantes del mundo. El dramaturgo, director y cineasta ya había presentado una obra suya en la ciudad medieval de puente famoso. Fue en 2015, con Cuando vuelva a casa voy a ser otro. Esta vez retornará a Aviñón con Una sombra voraz, una propuesta producida por el festival. Esta semana, cuenta Pensotti a LA NACION, comenzó la segunda etapa de ensayos con dos los actores franceses (Cédric Eeckhout y Élios Noël) que terminará el 2 de julio, noche del estreno. Todo indica que esta personal propuesta realizará luego un gira por Europa, de un año.
En la grilla de programación del glamoroso encuentro internacional habrá otros dos creadores argentinos: la directora y dramaturga Lola Arias irá con Los días afuera, que actualmente realiza funciones en el Teatro Alvear; y el artista interdisciplinario Tiziano Cruz presentará Soliloquio, propuesta que presentó en el FIBA en 2022. Como en una historia circular -dispositivo dramatúrgico y espacial que es una de las marcas del Grupo Marea- una propuesta casi incalificable de Pensotti fue la que abrió aquella edición del FIBA. Se llamó El público y coincidió, justamente, con el tiempo en que los espectadores volvían a las salas luego de la pandemia.