La noticia pudo sorprender porque se trata de un campeón del mundo que mantiene su vigencia: Paulo Dybala (30 años) no fue citado por Lionel Scaloni para los últimos dos amistosos que jugará la selección antes de la Copa América, frente a Guatemala y Ecuador en los Estados Unidos. Sin embargo, la mirada del entrenador sobre la valoración (y fiabilidad) del delantero de la Roma se fue perdiendo mucho antes de esta citación.
El delantero de Roma viene de hacer una temporada 2023/24 destacada, en la que aportó 16 goles y 10 asistencias en 38 partidos, contando la Serie A, la Europa League y la Copa Italia. Es un gran jugador que siempre estuvo condicionado por lesiones, pero técnica y tácticamente mereció ser campeón del mundo con la selección. En cada minuto que jugó, le aportó cosas al equipo. Nadie le regaló nada en ese sentido. Tenía una buena relación con Mourinho y la mejoró con De Rossi, pero también llamó la atención que en la vuelta ante Bayer Leverkusen, que la Roma debía revertir un 0-2, nunca ingresó. Tras una victoria por 4-1 ante Monza, De Rossi dijo de Dybala: “Estamos contentos con su actitud diaria. Trabaja y le gusta hacerlo. Cuando se relaja, apoya a sus compañeros en el campo. Además de su profesionalismo y su condición física, está poniendo en juego su talento, que es diferente al de los demás”.
¿Y en la selección? En los últimos partidos oficiales con la selección en 2023, ante Uruguay y Brasil, llamó la atención de que en la Bombonera no ingresara (con Argentina perdiendo) y en el Maracaná no haya integrado ni siquiera el banco de suplentes, con Scaloni sabiendo que Messi llegaba entre algodones (tocado físicamente) a ese encuentro. La convocatoria de marzo de 2024 ante El Salvador y Costa Rica, Dybala se la perdió por estar lesionado. Desde que la selección fue campeona del mundo en Qatar, el equipo disputó 12 partidos, pero Dybala apenas redondeó 53 minutos, 30 con Panamá y 23 ante Curazao.
A Dybala tardó en caerle la ficha de ser campeón del mundo, pero cuando le pasó (en el partido homenaje para el plantel en el Monumental, ante Panamá), se puso a llorar, pensó en su padre, que no lo pudo ver levantando la copa. “No había llorado. Y esa noche lloré. Hacía muchísimo que no lloraba. Y fum… Pensando en el Mundial, en mi viejo, que no había podido estar conmigo alzando la Copa. Y se me vinieron muchos recuerdos porque si alguien merecía estar a mi lado levantando la copa era mi viejo, todo el esfuerzo que hizo cuando era chico, de haberme llevado a cada entrenamiento, cada capricho, los botines que quería, todo. Todo lo que me pudo transmitir él y mi mamá, obviamente, lo usé para mi carrera y para la vida misma. Y ellos fueron claves para darme libertad y que yo pueda seguir mi sueño de ser jugador de fútbol, mis hermanos también. Y lo mejor fue que se dio todo, que era lo que mi viejo quería ¿no? Mi viejo me enseñó que con sacrificio, con trabajo, con ambición, todo llega. Más allá de mis aptitudes técnicas, los valores que él me transmitió fueron claves para que pueda triunfar”.
Hace 8 meses, en una entrevista que le dio a Sofi Martínez para la TV Pública, Dybala –a corazón abierto- hasta se emocionó en reconocer que estuvo cerca de quedarse sin Mundial. Las lesiones lo habían condicionado antes, en los días previos a Qatar y durante el mismo campeonato. “Me encontraba bien físicamente, venía teniendo buenos partidos con Roma, y cuando menos lo espero me pasa algo grave, porque fue una lesión muy grande para el tiempo que necesitaba recuperarme. Al principio no estaba en claro qué tenía. Yo había sentido un pinchazo muy fuerte. Cuando hacemos las pruebas, ellos me dicen que (el desgarro) es el tendón y no el músculo y ahí se me viene el mundo abajo… porque el tendón es más difícil de recuperar que el músculo. Hablaron los médicos de Roma con la selección y la gente que está conmigo y lo único que les pedí es que trabajemos todos juntos para llegar al Mundial”.
Y siguió: “Después de hablar con el médico, hablé con el técnico (por Scaloni) para ver cómo iban a ser los tiempos. Los doctores acá me dijeron… ‘si llegás, es muy jugado, al límite’. Cuando me dijeron eso, sabía que había una posibilidad. Lo hablé también con las dos psicólogas de Roma. Mejoraba y le dije a Mourinho antes del partido con Torino: ‘Me tenés que poner, me tenés que poner’. Y él me dice: “Bueno, ¿cuántos minutos querés jugar?” Yo dependía de ese partido para estar en la lista. Le digo 20, 30 minutos”.
Desde su debut en 2015 en la selección, Dybala jugó 38 partidos, anotó 3 goles y aportó 7 asistencias; suma un promedio de 39,8 minutos por partido
La lista sale antes de ese último partido en Italia y Dybala reconoce, ya con la Copa del Mundo bajo el brazo: “Y yo juego igual, yo quería que vean que estaba bien. Íbamos perdiendo y me puso 30 minutos. Y me sentí bien. Pero llego allá y sigo con la recuperación porque la lesión del tendón no es tan fácil de curar. Yo estaba que iba o que no iba… Scaloni me llamó por teléfono unos días antes de dar la lista para el Mundial. Y me dijo: ‘vas a estar en la lista’. Y bueno, gracias, gracias, gracias. Llamé a los doctores del club, de la selección y les agradecí a todos porque me ayudaron para que yo esté ahí”.
El tema de las lesiones no fue menor, ya que Scaloni se puso firme y por ese motivo había desafectado a los dos Correa (Joaquín y Angel), y previamente a la lista final se había quedado afuera también por lesión Giovanni Lo Celso, a quien el DT consideraba un futbolista titular, o Nico González, que hubiera sido el primer recambio para varios puestos. Incluso luego del partido con Emiratos Arabes, un entrenador enojado había redoblado la apuesta por el tema lesiones: “El que no esté bien o no me diga la verdad, se va”.
¿En la zona de grupos, en cuánto estaba Dybala desde lo físico de 0 a 100? Esta es la confesión que, a la distancia, pudo no gustarle al cuerpo técnico. Está claro que el delantero lo hizo con la mejor intención. Estaba feliz y la película terminó bien, pero así como Scaloni y Samuel hicieron una excepción con él, podrían haberla hecho con los Correa u otros. “Estaba en un 50% físicamente. (Walter) Samuel viene en los festejos y me dice… ‘sos un h… de p…’ ¿por qué?, le digo. ‘Y… porque vos no estabas bien’ Pero vos sabías más o menos cómo yo estaba, le repito. ‘Sí, pero durante los primeros partidos veíamos en las prácticas que vos no te podías mover’, me dice. Sí, te soy sincero, me dolía, no me podía mover. Me dolía, pero yo tenía una frustración enorme, pero bueno, el hecho de que el equipo fue hacia adelante y avanzó… Después yo estaba bien. El ratito que me tocó con Croacia me sentí muy bien; desde Australia ya me sentía al 90-100%. Después a partir de ahí hay que apoyarnos de donde nos toque… Y ellos lo sabían. Siempre tuvieron mi confianza para decirnos las cosas y sabían que yo iba a dar todo lo que me toque. Yo siempre fui sincero con él. Incluso cuando pasa eso, viene el Gringo (Scaloni) en una práctica y me dice: ‘trabajá tranquilo porque estás, vos te vas a quedar’. Cuando me dijo eso me dio una gran tranquilidad”.
Scaloni fue incluso más allá, lo bancó siempre públicamente incluso en pleno Mundial, le dio un gran respaldo pese a que la gente se preguntaba por qué no se lo veía en el campo de juego: “Si él no juega es por decisión mía, pero está apto físicamente”. Dybala reconoció: “Scaloni me cuidó. Porque se estaba jugando el Mundial y yo no había podido jugar. Él y yo sabíamos de mi situación, pero también que -si me tocaba- me iba a tirar de cabeza, como siempre”. Y así fue. Porque Dybala “se tiró de cabeza”. Literal. Pese a que sólo jugó 23 minutos en Qatar, 16 ante Croacia y 7 ante Francia.
Antes de convertir su penal en la definición ante Francia, en el tiempo suplementario cumplido rechazó la última pelota de la final, cuando Kylian Mbappé entraba al área a puras gambetas para medirse con Dibu Martínez. Era un momento de confusión de la selección argentina, que ya defendía con uñas y dientes y con todos volviendo, pero el retroceso de Dybala fue como si fuese un volante central de 35 años de experiencia. Y no quiso líos: el tema era recuperar la pelota, evitar el gol. Y ¡pum!, a otra cosa. Esa fue una de las pelotas del partido, en un partido que tuvo muchas pelotas decisivas. Y eso que había ingresado en el minuto 120 por Tagliafico, más pensado como un eventual ejecutor de penales que meterse en los segundos que faltaban. Pero demostró una concentración, una sangre y una voluntad colectiva como si fuera el capitán del equipo.
Esfuerzo, dedicación y talento nunca le faltaron a Dybala. Si no está lesionado, la ausencia para esta convocatoria de Scaloni es futbolística. ¿Qué pensó el DT? Primero, que por varias razones ya había dejado de ser una primera alternativa mucho antes. Y más acá en el tiempo, por encima de alguna confesión mundial que debió quedar puertas adentro, está la falta de fiabilidad por su estado físico, ya que no debería correr el riesgo con un tercer jugador ofensivo que ya va a asumir con Lionel Messi (en un mes cumplirá 37 años) y Angel Di María, con 36. Ahí necesita un recambio más joven, menos expuesto a los dolores de cabeza y las recuperaciones contrarreloj.