A cinco meses de asumir, Javier Milei se vio obligado a dejar de lado su intención de usar vuelos comerciales para sus giras. El Presidente pretendía dar un ejemplo de austeridad en medio de su discurso de que «no hay plata» y se jactaba del ahorro que suponía para las arcas del Estado no usar vuelos privados ni la flota presidencial. Sin embargo, todo cambió esta semana, luego de que escalara el conflicto en Medio Oriente y el ataque de Irán a Israel, uno de los aliados estratégicos que eligió la actual administración, y de un contundente informe de seguridad que le planteó al mandatario 13 «vulnerabilidades» detectadas en los viajes que realiza en aviones de línea.
En el documento reservado que recibió Milei en las últimas horas, y al que tuvo acceso Clarín, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, alerta sobre el riesgo que afronta no sólo el jefe de Estado, sino también los pasajeros con los que eventualmente comparte el vuelo la comitiva oficial, ante «el complejo presente escenario de impacto local y mundial, con amenazas innovadoras en tecnología y diversidad».
El informe, que la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, tiene en su escritorio y que utilizará para disponer de cambios en el área logística de la Casa Militar, recuerda que desde su asunción el 10 de diciembre, el mandatario «ha recibido diferentes violentos mensajes y amenazas de atentar contra su vida y entorno». Y precisa un episodio reciente, en la previa al viaje que realizó a Miami, cuando en la web en la que se debía realizar el check in apareció la leyenda «EZE-Desaparecido en combate» en donde se hacía referencia al vuelo que debía abordar.
Vulnerabilidades detectadas
El documento plantea 13 puntos de posible conflicto a los que se enfrenta el Presidente al utilizar vuelos comerciales. Una advertencia similar había recibido Mauricio Macri durante su gestión, cuando había optado por no recurrir a aviones privados al pasar a desuso al Tango 01. «El Ministerio de Seguridad nos advirtió sobre ciertos riesgos respecto a que el Presidente siga volando en vuelos comerciales comunes», señaló el vocero Manuel Adorni después de la reunión de Gabinete del martes, al anunciar los cambios. Aunque no lo dijo en ese momento, el listado de advertencias, incluidas en el informe, fue el siguiente:
1-Ausencia de custodia armada en los vuelos.
Las líneas comerciales no transportan custodias armadas, en caso de un ataque directo, imposibilita dar respuesta y repeler la agresión. En esta situación se debe considerar el personal de tripulación, por no contar con antecedentes de los mismos como así también la lista de pasajeros que deliberadamente o no, constituyen una posible amenaza contra la seguridad presidencial.
2-Capacidad de acciones y atentados de pasajeros
Pasajeros con manifiesta intencionalidad de producir daño o realizar un acto delictivo contra la figura del Sr Presidente y acompañantes. Estos configuran una situación de alto riesgo, dado que un potencial atacante con un plan predeterminado de provocar un incidente o atentado contra el equipo presidencial, podría confundirse y aprovechar el no chequeo de antecedentes dentro del listado de pasajeros, tanto locales como del exterior.
3-Pasajeros con alteraciones psicológicas
Pasajero con desequilibrio emocional y psicológico a bordo. La situación de hermeticidad del vuelo, y con la máquina en el aire con imposibilidades de descensos de urgencia y emergencia, y en el caso de existir dentro de los viajantes, una persona con patología agresiva, con pérdida de equilibrio emocional, constituye un peligro latente que podría afectar en forma directa la integridad física presidencial.
4-Incertidumbre sobre información de tripulación y lista de pasajeros
Desconocimiento sobre el personal que compone la tripulación de la aeronave comercial. Se desconoce los antecedentes y aptitudes profesionales, como así también el perfil personal de los integrantes tanto de pilotos como auxiliares de vuelo.
No se posee información previa, para el chequeo y verificación de la confiabilidad técnica y personal, en función del rol de cercanía y conocimiento de movimientos, del primer mandatario y su equipo.
5-Interferencia y ataques a componentes de la aeronave comercial
Ataques cibernéticos y del espectro electromagnético, mediante la utilización de sensores, nuevas tecnologías, redes de internet, Wi Fi de la empresa aérea, que afecten los sistemas de controles de la aeronave (radares, comunicaciones, piloto automático, subsistemas de mandos, aterrizaje).
6-Control sobre terminales de ascenso, combinaciones y permanencia
Lugar de custodia, guarda y operación de aeronaves. No se puede controlar la previa, de las actividades técnicas, de seguridad y mantenimiento de la máquina donde viajará el presidente. Los vuelos oficiales, con máquina propia, operan desde bases destinadas para tal fin, con un altísimo nivel de seguridad y de operación según las necesidades presidenciales.
En los vuelos de línea se dificulta la combinación de medios de transporte, entre la vinculación del descenso de pasajeros con los vehículos del equipo presidencial y custodia, y la recepción y/o despacho de equipajes.
7-Control de personal, equipajes y cargas
Ausencia de chequeo con personal propio de equipajes y cargas que se trasladan en el avión comercial.
8-Control de efectos del Presidente y equipo
Ausencia de manejo controlado, por la propia seguridad del presidente, de su equipaje y efectos personales, pudiendo ser sujeto de acciones no controladas sobre los mismos.
9-Modificación de plan de vuelo y alternativas
Imposibilidad de modificación de plan de vuelo comercial según exigencias de nuevos elementos de juicio, que generen la pronta necesidad de modificar el curso de acción y agenda del primer mandatario, imposibilitando un eficaz proceso de toma de decisiones.
10-Dependencia de tiempos, horarios e itinerarios establecidos por vuelos comerciales
Pérdida de la libertad de acción ante situaciones ajenas al equipo presidencial, por escalas, modificación de rutas establecidas, demoras, situaciones con el resto de los pasajeros, generan riesgos con ausencias de previsiones, en ubicaciones locales e internacionales, que pongan en riesgo la continuidad de la seguridad del presidente.
11-Falta de respuesta para vuelos de urgencia no programados
Imposibilidad de retornar, por necesidades de estado de emergencia, situaciones peligrosas, o cambios en el contexto situacional de los países y áreas de influencia visitados.
12-Limitaciones de comunicaciones en vuelo
Dificultad o ausencia de sistemas de comunicaciones durante los vuelos, afectando la capacidad de informar, ordenar e instruir, según necesidades propias de los tiempos de la aceleración de las decisiones y la comunicación.
13-Imposibilidad de establecer procedimientos de seguridad
Dificultad para estandarizar un protocolo y procedimiento, de ascenso, descenso y combinación de medios de transporte, ante la imposibilidad de operar en función del presidente y su equipo, debiendo seguir las normas de las empresas comerciales, no controlando ni el tiempo ni el espacio, lo que incrementa la exposición a posibles amenazas.
Con todo, más allá del anuncio, ahora el Gobierno debe encontrar alternativas a los vuelos de línea para las giras internacionales (para cabotaje usará el T-11 de la flota oficial) y cuenta con el desafío de que el gasto que demande el traslado del Presidente no colisione con su bandera del «no hay plata» que levantó desde que asumió. Incluso, en enero, en su primer viaje, al Foro de Davos, Milei se había jactado de que, al optar por no usar el ARG-01, el avión presidencial con el que Alberto Fernández reemplazó al Tango-01, y sacar sus pasajes en un vuelo de línea, «el modo de viajar elegido ha permitido ahorrar unos 392 mil dólares”.
Bullrich se plantó ante quienes le insistían a Milei no cambiar: «No hay plata, pero hay que cuidar al Presidente».
Aunque fue adquirido el año pasado, en el Gobierno dudan de recurrir al ARG-01 y podrían contratar vuelos privados, algo que, tal como contó Clarín, ya hizo días atrás para poder visitar al magnate Elon Musk en Austin, Texas. Sucede que movilizar el Boeing 757-256, un avión preparado para trasladar a comitivas mucho más grandes que las que suelen acompañar a Milei, es mucho más costoso que otros con similar autonomía y menor tamaño. Era uno de los motivos por los que se objetó a a administración Fernández cuando adquirió por 21 millones de dólares (más el T-01) esta aeronave. Según fuentes aeronaúticas, el costo por hora supera los 14 mil dólares, casi el doble que otros modelos de la misma compañía.
A esto se suma que el ARG-01 debe someterse a un servicio técnico en Estados Unidos para poder volar. Cuando asumió Milei, el Gobierno desistió de hacer esa operación porque implicaba un costo de 500 mil dólares y pidió una prórroga a Boeing que está próxima a vencerse. En junio, cuando deba viajar al G7 de Italia, el Presidente no podría utilizarlo.
En cualquier caso, en la Casa Rosada hacen números y no descartan ponerlo a a la venta.