jueves, 31 julio, 2025
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La joven china que recorrió canchas de fútbol y al fin encontró al «héroe» que la salvó en la final de la Copa América: quién es y cuándo se verán

«China que busca al hincha argentino», anunciaba un mail en el asunto. Doble click y otra frase: «Soy el papá del chico de la nota. Te dejo mi número». Con este correo electrónico se estaba cerrando el círculo del cuento chino más enigmático y sentimental que se recuerde por estas pampas. ¿Acaso, alguien recuerda algún cuento chino? Días atrás, Clarín publicaba la historia de Ailing Hou, una chica china, de Beijing, que volvió a la Argentina por segunda vez para intentar encontrar a su héroe anónimo. La primera vez había sido en marzo último.

Futbolera, muy hincha de Messi, de Maradona y de la Scaloneta, amor por la albiceleste que se inició en el Mundial de Sudáfrica 2010, Ailing viajó en julio de 2024 a Miami, sólo por cuatro días, para ver la final de la Copa América entre Argentina y Colombia. Ida y vuelta desde Beijing a Miami, voló más de lo que estuvo en la ciudad norteamericana. Fue con una amiga aprovechando las vacaciones que tenía en la escuela donde enseña inglés, en la capital oriental.

«Sentí mucho miedo en ese partido y casi nos vamos en el primer tiempo, porque fuimos agredidas por un grupo de hinchas colombianos. A mí me insultaron, se burlaron, nos hacían gestos groseros y otros en los que se estiraban sus ojos… Lo que querían eran sacarnos nuestros asientos, que habíamos comprado desde China«, relataba la chica de 24 años en el primer encuentro con este diario.

Ese 14 de julio de 2024, cuando Argentina salía campeón de América, el encuentro había comenzado más de una hora después de lo previsto por el caos que resultó el ingreso al estadio Hard Rock de Miami, donde miles de personas accedieron sin tener su entrada. «Un grupo de hombres y mujeres jóvenes, con las camisetas colombianas nos volvieron locas con actitudes hostiles. Pretendían que nosotras nos cansáramos y nos fuéramos para quedarnos con nuestros asientos. Estaban con bebidas, probablemente borrachos».

Antonio Villalón (17), el joven que era buscado desde hace más de un año por una chica china que le debía un agradecimiento.

Ailing remarca el acoso de los colombianos como «gestos racistas». Hasta que apareció un chico argentino que se paró frente a ellos y los enfrentó. «Fue muy valiente su actitud y cómo se atrevió a intervenir para proteger a dos personas que ni conocía. El chico primero les gritó y después, en un tono más amistoso, logró que se fueran con la ayuda de gente de seguridad que él fue a buscar. Él estaba ubicado cerca de nosotras y se quedó allí todo el tiempo. Su gesto fue hermoso y nos ayudó a ver el partido tranquilas», dice siempre en inglés.

Hace más de dos semanas que Ailing llegó a Buenos Aires e intentó de todas las maneras encontrar a ese muchacho, a quien no le pudo preguntar el nombre, ni pedirle el Instagram, ni tampoco saber dónde vivía. Fue a distintas canchas de Buenos Aires con una carta y una foto de su héroe anónimo, pidió «socorro» a periodistas deportivos con muchos seguidores y hasta fue a la sede de la calle Viamonte de la Asociación del Fútbol Argentino. Nadie le dio una respuesta.

Antonio Villalón junto a su mamá Andrea y su papá Patricio, aquel 14 de julio de 2024, festejando la Copa América en Miami.

Cuarenta y ocho horas después de que se publicara la nota en Clarín, llegó el mail firmado por Patricio Villalón. «Soy el papá del chico de la nota. Mi hijo se llama Antonio, llamalo». Antonio tiene 17 años, es santafesino, vive en Santo Tomé, a minutos de la capital, cursa el último año del secundario en el Sara Faisal y su proyecto para el año que viene es estudiar Administración de Empresas en la Universidad de San Andrés, en Buenos Aires.

«A través de un conocido me llega una nota de un medio mendocino y este conocido me dice: ‘¿no sos vos?’. Ahí fue que me manda la nota que levantó esta página y empecé a leer la historia. Apenas vi la foto, supe quién era pero no sabía su nombre. Recuerdo todo lo que pasó en la cancha, allá en Miami, claro, tengo todo muy fresco», arranca Antonio, que atiende a este medio desde el jardín de su vivienda en Santo Tomé.

Ailing Hou y una selfie en la que se advierte, detrás, a Antonio Villalón. «Es increíble todo lo que hizo ella para encontrarme», admite el santafesino.

Fue todo tan rápido que Antonio le escribió a Ailing a su Instagram. «Cuando la conocí en la final de la Copa América no hablé una palabra, porque no sabía nada de inglés y ella tampoco nada en español. Pero yo en el verano estudié inglés en Nueva York durante varios meses y hoy tengo conocimiento. Así que estuvimos chateando y estaba realmente contenta, no podía creer que nos hayamos encontrado. Me invitó a ver el último partido de la Selección por las Eliminatorias, que será contra Venezuela en los primeros días de septiembre, y también me dijo que le gustaría invitarme a China, lo que me dejó helado», sonríe tímido.

Por el momento, el encuentro se postergará unas semanas porque Antonio reanudó las clases, aunque no descartan una escapada de fin de semana. «Me contó que quería agradecerme personalmente todo lo que yo había hecho por ella, que se sentía un poco frustrada por no ser lo suficientemente demostrativa y que por eso tuvo la necesidad de hacer esa búsqueda. Me contó un poco las cosas que hizo, como el primer viaje en marzo, cuando fue a la cancha de River en el partido de la Selección contra Brasil, pensando que me iba encontrar. Cuando me comentó de este segundo viaje, yo no lo podía creer, me dejó impresionado todo lo que ella hizo».

Ailing junto a su amiga, que tuvo un pico de angustia por las burlas y los insultos que recibió de un grupo de colombianos durante la final de la Copa América 2024..

Por lo que puedo percibir, dice Antonio, «ella claramente pertenece a otra cultura, no flashea con alguna historia de amor, me parece que va por otro lado. Si fuese latina diría otra cosa, pero acá su necesidad pasaba por agradecerme. Hasta se disculpó varias veces por la movida mediática que hizo pensando en que quizás yo podía estar en pareja. Le dije que no lo estaba, que no se preocupe», describe el hincha de Colón, que reconoce que «Ailing es muy linda».

Sobre lo puntualmente sucedido aquella noche en Miami, en la previa de la final ante Colombia, Antonio recuerda: «En un principio actué de manera espontánea, sin pensar demasiado en las consecuencias que me podía traer. Yo estaba con mi mamá, pero mi papá se encontraba en otro sector. Creo que papá no me hubiera dejado intervenir, o lo hubiera hecho él, porque cuando se lo comenté me dijo que estuve bien, aunque me remarcó que no tengo que tener cuidado y no hacerme el héroe ante una situación que podía haber escalado a mayores. La verdad es que yo nunca me sentí héroe».

Recuerda el muchacho que «la entrada a la cancha fue un caos absoluto. Se colaron cientos de personas y en el sector de plateas donde estábamos nosotros se pudrió… Yo estaba con mi vieja y un par de asientos al costado estaba Ailing con su amiga. Y las vimos angustiadas porque dos parejas de colombianos las boludeaban, les hacían burlas pesadas y las insultaban. Estaban un poco pasados de bebidas… Yo justo me quedé viendo toda la escena y no podía mirar para otro lado, porque además las veía angustiadas… Cuando vi a la amiga llorando, ahí me metí, les dije que pararan varias veces, pero la reacción de los colombianos fue más heavy«.

El objetivo de las parejas colombianas eran adueñarse de las butacas de las orientales. «Ellos se habían colado y estaban sentados en la escalera, que estaba hasta la manija… Nos empezamos a decir cosas, cada vez más fuertes, a los gritos, hasta que en un momento me fui a buscar a un agente de seguridad. Al toque encontré uno, luego vino otro, y los terminaron sacando de la cancha, porque no tenían la entrada. Te imaginarás las caras de los tipos, me querían matar, me dijeron de todo, pero yo me sentí tranquilo porque estaba custodiado por la policía. ‘Te vamos a ir a buscar, vas a ver’, me gritaban mientras se los llevaban».

Andrea, madre de Antonio, se suma al final de la charla. «No se puede creer todo lo que pasó, es un cuento... Pensar que la chica desde hace un año que está pensando en cómo encontrar a Antonio y para nosotros, después de lo sucedido, nunca más, quedó en una anécdota… Ailing lo invitó a China y te confieso que un poco de miedo me da, además es menor de edad, pero bueno, vamos a ver. Por mi hijo me gustaría que tuviera esa experiencia, China debe ser un país muy interesante y la chica tuvo una iniciativa para destacar».

SC

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