sábado, 23 agosto, 2025
InicioSin categoríaRuidos en el billonario festival de las super tasas

Ruidos en el billonario festival de las super tasas

Venía cantado, hacía tiempo y últimamente en clave de urgencia, que la gran apuesta del Gobierno pasaba por llegar a las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre con la inflación en baja y el mercado cambiario en calma. Con los datos conocidos, gran parte del mundo libertario empezó a festejar a cuenta, sin detenerse en las formas, ni andar hachando costos o apuntándole a un operativo que pinta desordenado.

Puesto en palabras de especialistas, la consigna oficial fue siempre “secar el mercado”, o sea, que no existiera el riesgo de que un exceso de pesos, ni aún uno moderado, se convirtiera en demanda de dólares y agitara la ola verde. Y la moneda de cambio, apareció bajo la forma de un muy atractivo paquete de bonos del Tesoro Nacional con tasas de interés que en la misma largada rendían 30% anual.

Hay ya para todos los gustos, en ese festival de títulos públicos donde las licitaciones generalmente ampulosas pueden sumar tanto 15 billones de pesos como 20 billones o 9 billones. Una oferta de esas bien atractivas es que las tasas de interés anuales arranquen en 30%, sigan por el 60% o el 65% y escalen al 75%. Sólo por si resulta útil en algún ejercicio, la inflación minorista de julio 24 contra julio 25 anotó 36,6% y la mayorista, un 20,9%.

Y por si hace falta recalcar aquí la magnitud del rendimiento real, lo que sigue de la serie dice que las tasas les ganan a los índices de precios por 45 o 54 puntos porcentuales, según el lugar en que uno se pare. Cosas de este variado universo de grandes ganadores y de antiguos perdedores, el Tesoro Nacional banca la factura, o sea, el Estado cerrado a gastos en jubilaciones o salud que el mileismo más duro pretende desarmar desde adentro.

Más de lo mismo o parecido a lo mismo, los vencimientos de la deuda en pesos marcan 74 billones entre agosto y octubre, en apenas tres meses. Y casi 100 billones redondos hasta fin de año. Siempre sopa, en el menú del ministro Luis Caputo.

Previsible, el festival de las super tasas se proyectó al costo del crédito comercial y frenó la expansión del motor que movía la actividad económica digamos productiva, en un tiempo donde manda la economía financiera. Ocurre, además, que el torniquete monetario tampoco alcanza para evitar que haya pesos libres que busquen refugio en el dólar o que coticen muy cerca de la banda de flotación de $ 1.400 y desajusten un esquema ya bastante desajustado.

Técnicamente incuestionable, otra muestra de esta movida que también suena a parche ancla en el aumento de los encajes bancarios, o sea, de la porción de los depósitos que los bancos deben mantener inmovilizada. En estos días ha llegado al 50%, lo cual luce parecido a maniatar la mitad de la operatoria de los bancos; en las formas al menos, una veda a cambio de nada.

Ponderada como el mayor éxito de la gestión económica libertaria, la baja de los índices inflacionarios tampoco está libre de controversias.

Hijas directas del ajuste fiscal, más concretamente del saque a los subsidios, una de ellas anota una suba del 37,8% en los últimos doce meses: toca a las tarifas energéticas y alude a un saque del 58,7% real entre enero y julio. Con un guadañazo del 43%, el costo del transporte público escaló un 65,4%.

Siempre julio 24-julio 25, fin de la ensalada de números con otro par de los poco encomiables: el aumento del 139,9% en el alquiler de viviendas y el 53,5% en el costo de las prepagas.

Más Noticias