El escándalo por el fentanilo contaminado en Córdoba sumó nuevas declaraciones de peso. Ignacio Escutti, secretario de la Asociación de Clínicas de Córdoba (CLISA) y director de la Clínica Romagosa, y Claudio Pereira Sueldo, director de la Clínica Vélez Sarsfield, expusieron la gravedad sanitaria y el perjuicio económico que dejó el lote 31.202, sospechado de contaminación bacteriana.
Exigen investigar la distribución de fentanilo en Córdoba tras una muerte y casos sospechosos
Pereira Sueldo confirmó en diálogo con Cadena 3 que actualmente investigan un nuevo caso sospechoso y advirtió que la trazabilidad de los lotes es limitada: «No se registran los lotes de los medicamentos en ninguna institución en el mundo». Recordó el caso del primer paciente afectado en Córdoba, un bebé que «todavía sigue portando la bacteria en su tracto digestivo», y explicó que enviaron muestras al Instituto Malbrán para un estudio genético.
Si bien las ampollas del lote cuestionado ya no están en uso, el médico reconoció que «no hay manera de asegurar que se eviten situaciones similares en el futuro» y pidió que «todos los medicamentos tengan una certificación». Además, remarcó que la clínica se constituyó como querellante y que es «tan víctima como los pacientes» en este incidente inédito. La Justicia ya allanó las instalaciones y secuestró residuos biológicos para la investigación.
Cómo se compra y controla el fentanilo en Córdoba
Por su parte, Escutti detalló cómo se adquirió el lote: «Nosotros compramos, pero se puso en cuarentena en mayo por una disposición de ANMAT. A los dos o tres días, salió otra resolución en la que se notificó que todos los productos de este laboratorio (HLB) debían ser puestos en cuarentena». Luego, la Justicia ordenó que «las clínicas fueran depositarias judiciales de esos lotes que pudieran tener fentanilo».
Fentanilo contaminado: confirman 96 muertes y habló el empresario acusado por el caso
En el caso de la Clínica Romagosa, «unas 300 dosis están en poder de la clínica» y, según Escutti, «por suerte nosotros no hemos tenido ningún caso que esté relacionado con estas bacterias». Sobre el circuito de compra, explicó: «Lo compra una clínica que está habilitada por la farmacia y genera un pedido. Uno dice lo que necesita y en base a eso todas las droguerías cotizan. Uno le compra a la droguería el producto que necesita».
El impacto económico fue inmediato: «Siempre que hay una infección también hay un impacto económico dentro de la institución», afirmó Escutti, y adelantó que «HLB no va a cobrar un fentanilo que vendió en estas condiciones. Es más, las clínicas deberían eventualmente demandar al laboratorio por los daños que les ha causado a los que tuvieron un perjuicio».
Por qué es récord el consumo de huevos en Argentina
Ambos coincidieron en que la contaminación no pudo producirse fuera de la planta de fabricación. «Este fármaco viene en una ampolla que es un vidrio cerrado. No se puede contaminar en el traslado ni en la distribución, salvo en el laboratorio«, sostuvo Escutti.