La caída de Boca no tiene fin. Además de alcanzar la peor racha en la historia del club (11 partidos sin ganar, algo que no había pasado en los 120 años de vida de los Xeneizes) la derrota 1-0 contra Huracán en Parque Patricios mostró una cara muy preocupante del equipo y «pegó fuerte» tanto en los hinchas como en el plantel, a tal punto que uno de sus integrantes, la Bestia Miguel Merentiel, protagonizó primero un hecho insólito en el campo de juego y luego un verdadero escándalo en la zona de vestuarios. Otro, el recién llegado Leandro Paredes, se habría enojado fuerte con sus compañeros.
El uruguayo Merentiel, uno de los pocos que se salva de la crítica de la enorme legión de seguidores del cuadro de la Ribera, el mismo que hizo el golazo épico contra el Bayern Munich en el Mundial de Clubes (conquista que, por ahora, sigue siendo el último momento de alegría del jugador número 12) fue sorpresivamente reemplazado por el entrenador Miguel Angel Russo cuando terminó el primer tiempo en el estadio Tomás Adolfo Ducó.
La primera mitad había finalizado 0-0 y en la consideración de los simpatizantes había una larga lista de candidatos a salir antes de que lo hiciera «La Bestia». Sin embargo, el dt decidió sacarlo para que ingresara Milton Giménez pero se olvidó de avisarle, por lo que Merentiel salió al campo de juego y se paró «como si nada» para iniciar el segundo período.
Grande fue su sorpresa, entonces, cuando vio el cartelito lumínico que indicaba que debía abandonar el verde césped. Entre asombrado y furioso, corrió para irse pero no se dirigió al banco de suplentes, como hacen habitualmente aquellos que salen, sino que se fue directamente al vestuario visitante del «Palacio» ubicado en el sur de la ciudad de Buenos Aires.
COMO FUE EL BOCHORNO EN EL VESTUARIO DE BOCA TRAS LA DERROTA CONTRA HURACAN EN PARQUE PATRICIOS
Mientras el segundo tiempo empezaba a disputarse, en ese camarín sucedía el caos. Según lo que infirmó el sitio del Canal TyC Sports, Merentiel no aprobó la variante y al llegar al reciento donde debía bañarse y cambiarse le dio una furibunda patada a la puerta de ingreso, lo que provocó la rotura de uno de los ventanales de la puerta y un estruendo que no pasó inavertido.
En otro tramo de la información, el sitio especializado en noticias deportivas informó que rápidamente hubo un pedido de disculpas por parte de la gente de seguridad de Boca y se le solicitó a la dirigencia del Globo que envíen el monto de los daños causados para hacerse cargo y resarcirlos. También se dice que Paredes tomó la voz de mando, aunque hace muy poco que regresó al club, y pegó «cuatro gritos» para pedirles a sus compañeros más actitud, presencia y garra en los partidos, y que sus palabras retumbaron en la zona. Boca está roto y hecho pedazos, como el vidrio del vestuario visitante del Ducó.