Torno peronista
El cierre de listas del peronismo en la provincia de Buenos Aires fue un verdadero quirófano. A tono con la jerga que habla de «operaciones», «heridos» o «sacrificios», las últimas horas previas a la presentación de las nóminas para competir en la elección legislativa del 7 de septiembre tuvo momentos de crisis que llevaron a la principal fuerza opositora a acordar pero en el marco de una desconfianza absoluta entre las distintas partes.
El sábado a la tardecita, sucedieron dos hechos determinantes: a las 19 horas, cuando quedaban 5 horas para el cierre determinado por la Justicia Electoral, desde el entorno del gobernador Axel Kicillof comenzaron a llamar a intendentes afines: «Prepárense, esto se rompió, vamos con lista propia». Esa alarma llevó a un curtido barón del conurbano a comenzar a confeccionar una lista que le respondiera al mandatario bonaerense y a pedirle a su hijo que hiciera una alternativa pero para responderles a Cristina y Máximo Kirchner. Pragmatismo al palo…
Luego llegaron los dos cortes de luz que se registraron en distintas zonas de la ciudad de La Plata (donde se llevaba a cabo la negociación peronista), uno sucedido a las 22:40 horas y el otro, a las 22:52. A eso se debió sumar una interrupción de suministro en alimentadores de la Estación Transformadora de Tolosa pero a las 23:30. Todos esos sucesos verídicos sirvieron de excusa para los curtidos negociadores peronistas de reclamar la extensión del plazo para entregar las listas que no estaban terminadas, en medio de la tensión de los tres sectores involucrados: el cristinismo, el kicillofismo y el massismo. Prende y apaga…
Con cronómetro
La Legislatura bonaerense tuvo su clímax a la 2 y media de la mañana cuando, como ya se contó, hubo gritos entre el intendente Leonardo Nardini y el insaurraldista Juan Pablo de Jesús con Carlos Bianco, el jefe de Gabinete provincial peronista, cuando los cristinistas descubrieron que el kicillofismo había confeccionado una lista alternativa bajo el nombre del partido PARTE, como contó Fabián Debesa en Clarín.
Mientras tanto, una camioneta circulaba sin parar de una casa que ocupaba Máximo Kirchner en La Plata a la Legislatura y a la Gobernación: Sergio Tomás Massa, acompañado de Sebastián Galmarini, iba de un lado al otro, con el traje de «componedor» pero celoso de cuidar lugares expectables para su Frente Renovador.
Máximo Kirchner arribó al centro de decisiones cuando la Justicia ya había alargado el plazo de entrega de listas para el lunes a las 14 horas. Llegó de mal humor y tomándose el rostro: «Me sacaron 2 muelas del juicio», se excusaba. El percance odontológico le sirvió, unas horas más tarde, para escaparse del lugar. Pero antes de su partida, cobró fuerza una nominación que pasó de posible reemplazo de Cristina Elisabet Kirchner en la primera posición en la Tercera Sección Electoral a ubicarse en el tercer lugar de la lista de diputados provinciales: Mayra Mendoza fue a la lista en una no muy lucida tercera ubicación por orden de la propia CFK desde San José 1111.
¿La razón? La campaña -y la posterior elección como legisladora provincial- le dará a Mendoza un escenario y libertad para caminar la Provincia y mostrarse como la sucesora de Kicillof en la gobernación bonaerense. Pero a la vez, le abre un flanco de exposición negativa pues su salida de la intendencia de Quilmes a fin de año sería con la sucesión de Eva Mieri, una de las procesadas por la jueza Sandra Arroyo Salgado por tirar estiércol y colocar una bandera amedrentadora en la casa del diputado nacional libertario José Luis Espert. Para el cristinismo, no tiene costo y por eso, el delegado de Máximo Kirchner, Facundo Tignanelli (también candidato) defendió la postulación de Mayra Mendoza ante los negociadores kicillofistas Gabriel Katopodis y Carli Bianco.
Entre tanto, otro intendente que asistía a la tensa negociación, rezongaba en voz alta: «Medí en mi distrito y el 40% de la gente, no tiene idea cuándo se vota ni qué se vota en la provincia de Buenos Aires».
Pero los distintos dirigentes a cargo del cierre final y dificultoso del peronismo no pensaban en eso en el último tramo de la negociación: para que no les pasara lo mismo que el sábado (donde no llegaron a acordar en el horario preestablecido), el lunes se pusieron un timer que marcaba el tiempo lo que faltaba para entregar las listas. Llegado el momento, Facundo Tignanelli, Mayra Mendoza, Carlos Bianco, Gabriel Katopodis, Rubén Eslaiman y Sebastián Galmarini -los encargados de la rosca final- subieron todo a Internet y se miraron: «¿Habrá cargado?». Peronistas en apuros…
Las Fuerzas del Descenso
El cierre de listas de La Libertad Avanza también tuvo sus bemoles internos pues el joystick lo tuvo Sebastián Pareja, el delegado de Karina Elizabeth Milei para el armado político bonaerense, pero eso no impidió que quedaran heridas. Los jóvenes cercanos al asesor plenipotenciario Santiago Caputo no pudieron colocar puestos expectables, salvo el que le tocó a Nahuel Sotelo, el secretario de Culto nacional, que logró un magro quinto lugar en la Tercera Sección.
Eso hizo que los Menem (Martín y Lule, fieles karinistas) dijeran en voz baja en la Casa Rosada que se esperaban otra «operación» desde las redes sociales donde ven a los seguidores de Santiago Caputo participando activamente. Tal vez sea para acallar el rumor de que la empresa Tech Security -vinculada a la familia del ex presidente riojano) quería ampliar sus tentáculos a la Superintendencia de Riesgos de Trabajo a nivel nacional; esa firma está -desde 2019- en delegaciones de la SRT de Córdoba, Santa Fe y La Pampa pero no en el ministerio nacional. «Dicen» que la ministra Sandra Pettovello no quiere saber nada con sumar ese lío interno dentro de su comarca ministerial.
De todos modos, en el esquema karinista se habla de que Lule Menem cobre relevancia en la cartera de Interior, la que podría elevarse a la categoría de Ministerio otra vez, en la próxima etapa libertaria, que sucederá tras la elección de octubre cuando se elijan diputados y senadores nacionales y el Gobierno tenga un nuevo mapa político delante.
Habrá que ver, en ese entonces, el rol que ocupará el activo Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete, quien responde a Guillermo Francos, quien tendría nuevas funciones en esa nueva etapa donde Manuel Adorni ya dejará de ser «portavoz». ¿Viva la libertad?