La disputa política en Córdoba escaló con fuerza esta semana, con un cruce cargado de acusaciones entre el oficialismo provincial y el senador nacional Luis Juez. El detonante: las declaraciones del dirigente opositor, quien denunció presuntos sobreprecios en obras públicas y acusó al Gobierno de Martín Llaryora de «repartirse la plata con empresas amigas».
«Están construyendo obras millonarias con una mecánica absolutamente corrupta. Se reparten la torta entre tres o cuatro empresas, en procesos dibujados para simular competencia», lanzó Juez en declaraciones radiales, y agregó: «No se bancan una auditoría real. No hay transparencia ni control».
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La respuesta oficialista fue inmediata. El propio gobernador Martín Llaryora lo descalificó, sin nombrarlo directamente, desde un acto en La Falda: «Algunos se creen que cuanto peor, mejor. Pero no les vamos a regalar la estabilidad de Córdoba. Acá se hacen obras, se licitan, se controlan. Y eso molesta a los que nunca hicieron nada», afirmó.
Pero el que fue aún más directo fue el vicepresidente provisorio de la Unicameral, Facundo Torres, quien acusó a Juez de llevar adelante «una campaña sucia, muy poco seria, que le hace daño a los cordobeses». En un mensaje publicado en sus redes, Torres fue al hueso: «Luis Juez siempre encuentra una excusa para cambiar de piel y congraciarse con el poder nacional de turno. Esa es su única coherencia».
Además, lo tildó de «cipayo» y cuestionó su cercanía con Javier Milei: «Su sumisión al presidente avergüenza. Nunca se lo escuchó reclamar cuando el Gobierno nacional retiene recursos que son de esta provincia. No alzó la voz por el transporte, la salud, la educación o las políticas para personas con discapacidad».
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Torres también defendió el modelo cordobés de obra pública. «Todo se hace conforme a la ley, con licitaciones transparentes y todos los controles que marca la normativa. Y eso lo sabe muy bien Juez: el Tribunal de Cuentas de la Provincia está en manos de la oposición, con mayoría juecista», retrucó.
El enfrentamiento ocurre en la previa de las vacaciones de invierno, con el inicio del receso esta semana en la Provincia y Ciudad de Buenos Aires —dos de los principales distritos emisores de turistas— y en medio de una fuerte discusión por el financiamiento nacional de las provincias.