viernes, 27 junio, 2025
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Según la UCA, el 45% de los hogares en la Argentina no llega a cubrir sus gastos del mes

El reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), asegura que el 45% de los hogares en la Argentina no tiene ingresos suficientes para cubrir sus necesidades mensuales, situación que la entidad describe en un indicador conocido como «estrés económico». 

El informe «Estrés Económico: Cambios y Continuidades en la Evolución Histórica (2010-2024) y Período Reciente (2022-2024)», a diferencia de la medición directa de la pobreza que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), basado en canastas de bienes totales y básica determinadas por núcleo familiar, depende de la situación económica autoreportada por los jefes y jefas de familia encuestados por la UCA, según explicó el investigador del ODSA, Juan Ignacio Bonfiglio, quien junto con Julieta Vera firman el mencionado reporte. 

En resumen, alrededor del 37% de los hogares entre 2010-2016 y el 45% entre 2017- 2024, declaran percibir estrés económico; es decir, manifiestan que los ingresos que percibe su hogar no les alcanza para cubrir las necesidades básicas. «El aumento de la insuficiencia autopercibida (de ingresos) entre hogares con 1 o más carencias esespecialmente agudo a partir de 2015, reflejando vulnerabilidad estructural frente ashocks recientes», indicó el reporte del ODSA.

Este porcentaje asciende a alrededor del 71%-76% entre los hogares pobres hasta 2016, y a alrededor del 86% o 90% entre aquellos en situación de indigencia. Es decir, hay un mayor estrés económico a medida que aumenta la privación monetaria.

Si bien reconoció que es un indicador subjetivo que mide percepción de ingresos, Vera destacó durante la presentación del estudio en el programa de streaming de la UCA que en todo el período 2010-2024, «vemos que los niveles de estrés económico son siempre superiores a las tasas de pobreza por ingresos. Es una constante, y también vemos como tendencia un crecimiento de ambos indicadores

El reporte ofrece una perspectiva profunda y complementaria al analizar la autopercepción de insuficiencia de ingresos, o «estrés económico», y revela hallazgos clave sobre la vulnerabilidad económica y sus matices en la Argentina urbana durante casi una década y media.

¿Qué es el estrés económico según la UCA?

El informe define el estrés económico como la autopercepción de los hogares respecto a la insuficiencia de sus ingresos para sostener los consumos básicos habituales, mantener los patrones de vida y, además, la imposibilidad de ahorrar. Este concepto va más allá de la medición tradicional de pobreza por ingresos, ya que incorpora dimensiones subjetivas y perceptuales, como las expectativas, trayectorias previas y contextos comparativos de los propios actores sociales.

Estrés Económico 2025 (ODSA-UCA)

El estrés económico se mide a través de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), preguntando a los hogares si el dinero que ingresan mensualmente les alcanza y si pueden ahorrar, si solo les alcanza sin posibilidad de ahorro, o si directamente no les alcanza para llegar a fin de mes.

En ese contexto, el informe de la UCA revela una evolución histórica (2010-2024) de empobrecimiento generalizado y deterioro de los estratos medios bajos. Es resultado de una crisis económica prolongada, caracterizada por alta inflación, precariedad laboral y vulnerabilidad macroeconómica, ha impactado de manera persistente en las condiciones de reproducción de los hogares.

Durante el período analizado, el porcentaje de hogares que perciben insuficiencia de ingresos ha mostrado una tendencia creciente, especialmente en los últimos años. El estrés económico no solo afecta a los sectores tradicionalmente considerados pobres según los umbrales monetarios, sino que se ha extendido a segmentos de clase media que, aunque superan la línea de pobreza, experimentan dificultades para sostener su nivel de vida y ven restringida su capacidad de ahorro.

Factores asociados al estrés económico

El estudio identifica varios factores que incrementan la probabilidad de que un hogar experimente estrés económico:

  • Condiciones laborales precarias: La inseguridad laboral y la informalidad aumentan la percepción de insuficiencia de ingresos, incluso en hogares que no son considerados pobres según los criterios tradicionales.
  • Endeudamiento y fragilidad financiera: El acceso limitado al crédito formal y el uso de mecanismos informales de endeudamiento agravan la sensación de inestabilidad económica.
  • Dificultades de acceso a servicios básicos: Problemas para acceder a servicios de salud, educación y vivienda adecuada contribuyen a la percepción de privación económica.
  • Características demográficas: Hogares con mayor cantidad de miembros, presencia de niños o adultos mayores, y jefatura femenina presentan mayor exposición al estrés económico.

En ese marco, se mide este índice de estrés económico que va más allá de la medición objetiva de pobreza, porque permite captar situaciones de vulnerabilidad como el deterioro de los estratos medios bajos y la imposibilidad de sostener patrones de consumo previos, aún estando por encima de la línea de pobreza.

Estrés Económico 2025 (ODSA-UCA)

Para los últimos tres años en particular, la UCA encontró que: 

  • En los estratos de nivel socio económico más bajos, en comparación al resto de los estratos, predomina la trayectoria estable con estrés económico: casi el 40% de ellos manifiestan sentir estrés económico durante los tres años.
  • En los estratos medios bajos, se destaca un crecimiento de los hogares entrantes (que en 2022 no percibían estrés económico, pero sí en 2023-2024 o que no lo percibían en 2022 ni en 2023, pero si en 2024), reflejando un deterioro coyuntural de los sectores medios bajos.
  • Los estratos medio alto y medio bajo son aquellos que evidencian mayor proporción de hogares estables sin estrés económico. Sin embargo, tal como se mencionó anteriormente, resulta considerable el porcentaje de hogares de estratos medio bajos que empiezan a manifestar una percepción negativa en sus niveles de ingresos durante la coyuntura reciente 2022-2024.

Otro dato clave del reporte es que los hogares con presencia de niños/as evidencian una mayor proporción de estrés económico crónico, mientras que la situación inversa de estabilidad positiva (sin estrés) es más habitual entre las unidades domésticas sin niños/as en el hogar. Ahora bien, los hogares con y sin presencia de niños/as no evidencian situaciones disímiles en lo que respecta al tipo de movimientos (de mejora, empeoramiento, etc.).

Movilidad y persistencia en el estrés económico

El análisis de panel realizado por la UCA permite observar la dinámica de cambios y permanencias en la condición de estrés económico en el corto plazo (2022-2024):

  • Alta persistencia: Una proporción significativa de hogares permanece en situación de estrés económico a lo largo del tiempo, lo que indica una cronificación de la vulnerabilidad.
  • Movilidad limitada: Aunque existen casos de mejora, la movilidad social ascendente es limitada y suele estar asociada a mejoras puntuales en el empleo o el ingreso, que no siempre se sostienen en el tiempo.
  • Factores de cambio: Los principales factores que explican la salida del estrés económico son la mejora en la situación laboral, el acceso a mayores ingresos y la reducción de carencias en salud y alimentación. Por el contrario, la pérdida del empleo, el aumento de los gastos básicos y el deterioro de la salud incrementan la probabilidad de ingresar o permanecer en situación de estrés económico.

El informe subraya la necesidad de repensar las políticas sociales y económicas, incorporando la dimensión subjetiva de la privación y el malestar económico. Las estrategias de protección social deben considerar no solo la transferencia de ingresos, sino también la mejora en el acceso a servicios básicos, la promoción del empleo formal y la reducción de la inseguridad financiera.

Así, el reporte de la UCA sobre estrés económico en la Argentina revela un panorama preocupante de empobrecimiento generalizado, deterioro de los estratos medios bajos y persistencia de la vulnerabilidad en amplios sectores de la sociedad. El estrés económico, entendido como la percepción de insuficiencia de ingresos para sostener los gastos básicos y ahorrar, se ha convertido en una experiencia extendida, que trasciende la línea de pobreza tradicional y afecta a una proporción creciente de la población urbana.

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