En medio de una de las semanas más tensas de la historia reciente de Medio Oriente, el rey de los persas en el exilio, el shah Reza Pahlavi, y figura central del exilio opositor, emitió un mensaje contundente contra el régimen islámico: “La República Islámica ha llegado a su fin”.
En una declaración dirigida “a todos sus compatriotas”, Pahlavi afirmó que el régimen de Ali Jamenei se encuentra en un proceso de colapso irreversible. «Jamenei, como una rata asustada, se ha ocultado en la clandestinidad y ha perdido el control de la situación«, expresó.
La declaración de Pahlavi se produjo en el marco de los ataques israelíes contra instalaciones estratégicas de Irán, entre ellas bases militares y sitios nucleares. En su mensaje, lamentó las consecuencias que esta guerra ha traído para la población civil, pero fue categórico al señalar que «el fin de la República Islámica es el fin de su guerra de 46 años contra la nación iraní«.
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Según el líder opositor, el aparato represivo del régimen “se está desmoronando”, y solo resta un levantamiento nacional para poner fin a lo que llamó “una pesadilla”. Convocó a la acción en todo el territorio iraní, desde ciudades del norte como Tabriz y Mashhad hasta el sur como Bandar Abbas y Shiraz, en un llamado a la unidad nacional frente al colapso del régimen terrorista islámico.
Pahlavi también se dirigió directamente a los militares, las fuerzas de seguridad y los funcionarios del Estado, muchos de los cuales, aseguró, ya le han enviado mensajes de apoyo. Les pidió no oponerse al pueblo, abandonar al régimen y unirse al proceso de transición.
“No se sacrifiquen por un régimen en decadencia”, instó, afirmando que quienes apoyen al pueblo pueden salvar sus vidas y jugar un papel histórico en la reconstrucción del país.
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El mensaje incluyó una promesa clave: la existencia de un plan para el “día después”. Reza Pahlavi aseguró que un equipo de expertos y líderes opositores ya ha diseñado los primeros cien días posteriores a la caída del régimen, con vistas a establecer un gobierno nacional y democrático, “por el pueblo iraní y para el pueblo iraní”.
Con un cierre marcado por el tono esperanzador que lo caracteriza, concluyó: “Un Irán libre y floreciente nos espera. ¡Viva Irán! ¡Viva la nación iraní!”.
El mensaje de Pahlavi se da en un momento donde la presión internacional, el caos interno y las fracturas dentro del propio régimen iraní abren la posibilidad de un cambio histórico.