El INTA Río Cuarto, en la mira del recorte: posible cierre y pérdida de autarquía. La motosierra del Gobierno nacional apunta ahora al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y pone en jaque su histórica estructura federal.
Según trascendió, un inminente decreto buscaría eliminar la autarquía del organismo, cambiar el modelo de cogobierno público-privado y cerrar todas las Agencias de Extensión Rural (AER), entre ellas, la sede de Río Cuarto, que emplea apenas a seis personas.
El exdecano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC, Guillermo Bernardes, actualmente con asiento en el Consejo como representante de la academia, reconoció que hay temor a que la reforma se apruebe antes de la próxima reunión del órgano. “Desde 1956, ni siquiera los gobiernos de facto tocaron esta estructura. Ahora se pone en riesgo todo lo construido”, advirtió.
Cómo es el INTA Río Cuarto
La Agencia local depende de la Estación Experimental Agropecuaria de Marcos Juárez y tiene una influencia territorial que supera el millón de hectáreas. De su equipo actual, cuatro son profesionales, uno es administrativo y otro cumple tareas de apoyo. A comienzos de 2024 eran nueve, pero tres ya dejaron el organismo por retiros voluntarios o finalización de becas.
La situación no es aislada. El Ejecutivo proyecta reducir 1.500 puestos en el INTA a nivel nacional antes de fin de año, sobre un total de 6.000 empleados. El propio ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, confirmó que el objetivo es alcanzar una planta de 4.500 personas para 2025. Además, el Gobierno busca avanzar con la venta de entre 50.000 y 60.000 hectáreas del organismo, de un total de 110.000, muchas de ellas en Córdoba.
Desde Córdoba, voces del INTA advierten sobre el impacto de la reforma en el interior del país
Las repercusiones no se hicieron esperar. El diputado nacional Carlos Gutiérrez advirtió que “atacar la autarquía y desarmar la descentralización es no entender cómo funciona el INTA”. En la misma línea, Javier Rotondo, vicepresidente de CRA, alertó que “en muchas regiones de Argentina, el INTA es el único soporte técnico y social para los productores”.
La reforma también propone una reestructuración del Consejo Directivo, actualmente compuesto por 10 miembros, donde perderían representación las universidades y entidades como ACREA. En su lugar, el oficialismo incorporaría un miembro más, lo que garantizaría mayoría automática al Gobierno en caso de empate.
Llaryora: «Al INTA hay que fortalecerlo, no ensuciarlo para vaciarlo»
Mientras tanto, desde las distintas agencias del país comenzó una campaña de difusión de los aportes históricos del INTA, como la creación de la vacuna antiaftosa oleosa polivalente, la primera cepa contra la leucosis bovina, el desarrollo de los silobolsas y la siembra directa, así como la mejora genética en cultivos clave como soja, algodón y girasol.
El futuro del INTA —y con él, de muchas comunidades rurales— depende ahora de una decisión política que podría borrar de un plumazo décadas de investigación, desarrollo y soberanía tecnológica agropecuaria.