Una escena insólita sacudió a la localidad de Las Lajas cuando un camión que transportaba 20 toneladas de salmón eviscerado fue “saqueado” por decenas de personas en el basurero municipal. La carga, proveniente de Chile y destinada a Brasil, había sido inutilizada tras un siniestro vial y debía ser descartada por orden de SENASA. Sin embargo, antes de que se completara el protocolo de enterramiento, fue interceptada por vecinos que se llevaron las cajas de pescado.
El hecho se originó a partir del accidente ocurrido el pasado Viernes Santo, cuando un camión brasileño volcó en la Ruta Nacional 242, cerca del paraje Liu Cullín, a ocho kilómetros de Las Lajas. El vehículo, un Iveco Hi-Way, se desvió del camino para evitar chocar con otro auto y terminó volcando sobre uno de sus laterales. Como resultado, toda la carga de salmón quedó expuesta a temperatura ambiente durante más de cinco días.
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Por protocolo sanitario, el SENASA determinó que la mercadería debía descartarse por haber perdido la cadena de frío. Así, se autorizó el traslado al vertedero municipal con la intervención de la Municipalidad de Las Lajas. No es la primera vez que se aplica esta medida en accidentes viales con carga perecedera, pero en esta ocasión el procedimiento fue interrumpido por un grupo de personas que se acercaron al lugar y comenzaron a extraer las cajas antes de que fueran cubiertas con tierra.
El momento del “saqueo” quedó registrado en un video que rápidamente se viralizó en redes sociales. La usuaria Belén Palma compartió las imágenes con un duro mensaje de advertencia: “Si te ofrecen salmón de Las Lajas no compres ni consumas. Fue saqueado hoy 23 de abril del basurero y tiene más de 5 días sin la cadena de frío”. En su publicación también denunció que hubo gente que se cortó al romper el camión y que incluso tiraron piedras para evitar que el vehículo se retirara del lugar.
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El episodio generó indignación en parte de la comunidad y abrió un debate sobre el límite entre la necesidad y la salud pública. Aunque algunos lo interpretaron como un acto de desesperación, otros apuntaron a la irresponsabilidad de consumir un producto que representa un grave riesgo sanitario. “No es hambre, es miseria humana”, escribió Palma en su descargo.