El sector textil nacional atraviesa una situación crítica que en el corto plazo podría derivar en el despido de 50.000 trabajadores porque «el negocio en este contexto se hace insostenible», explican los empresarios del rubro.
Esta semana la Fundación Pro Tejer, convocada por la comisión PyME de Diputados, expuso sobre el impacto de la apertura económica en la producción: solo en el primer bimestre del año, el volumen de importación de telas e indumentaria creció un 79 por ciento interanual.
Los industriales del rubro cuestionan la política oficial que facilita el ingreso de mercadería, sostiene costos altos en dólares y destruye el poder adquisitivo de los salarios.
«Se proyecta una agudización de esta situación por factores comerciales externos y la reducción arancelaria local. Se estima un efecto de las reducciones arancelarias prácticamente nulo en precios al consumidor (máximo 2 por ciento) y pérdidas significativas en empleo (50.000 puestos a corto plazo)», afirmaron los integrantes de la entidad.
La crisis en números
*Contracción del consumo debido a la disminución del poder adquisitivo (afectado por aumentos en servicios públicos –promediando 209 por ciento entre diciembre 2023 y febrero 2024-, transporte y medicina prepaga).
*Incremento de costos en dólares desde diciembre de 2023: el gas industrial tuvo subas del 70 a 190 por ciento; la electricidad industrial del 75 a 250 por ciento y la nafta del 140 a 150 por ciento.
*Aumento del 52 por ciento del índice de precios mayoristas en textiles y del 63 por ciento en prensa, durante el mismo período.
*Incremento del 79 por ciento de la importaciones en el primer bimestre del año, respecto a 2024.
*Reducción del 33,9 por ciento de la capacidad instalada en enero 2025, que indica una caída de 9,2 puntos porcentuales a nivel interanual en relación a un enero 2024 de baja productividad y ventas.
*Retracción del Índice de Producción Industrial durante el año pasado 2024. Cerró con una caída del 9,4 por ciento en la industria manufacturera: 17 por ciento en la actividad textil y de 6,2 por ciento en indumentaria.
*Pérdida de 100 mil puestos de trabajo asalariado privado el año pasado. La industria perdió casi 26 mil y el textil, indumentaria, cuero y calzado redujo 9 mil empleados registrados.
*Caída productiva consecutiva durante 12 meses por la falta de ventas, en 2024.
Desde Pro Tejer presentaron los datos y advirtieron sobre las consecuencias de las medidas ejecutadas por Javier Milei, frente a las estrategias que predominan a nivel mundial.
«Mientras en las economías desarrolladas hay un resurgimiento de las políticas industriales y el reshoring como respuesta a las crecientes tensiones comerciales, Argentina avanza hacia una mayor apertura comercial. Esta política coincide con una apreciación cambiaria que incrementa los costos en dólares y afecta la competitividad-precio de la industria nacional, sumándose a factores estructurales preexistentes (impuestos, costos logísticos, financieros, alquiler)», explicó Marco Meloni, vicepresidente de la Fundación.
Por su parte, Luciano Galfione, presidente de la organización remarcó la necesidad de llevar a cabo «reformas alineadas con la producción en un país federal» y cuestionó a la administración libertaria por aplicar medidas «en sentido contrario» como la apreciación cambiaria, el desmantelamiento de controles aduaneros para evitar maniobras desleales y, recientemente, la baja de aranceles textiles/calzado. «Esto reduce la competitividad productiva local frente a productores extranjeros» con consecuencias para el sostenimiento del empleo, subrayó.