El temor se instaló en las aulas y las clases ya no son un espacio seguro. La comunidad educativa de la ESRN 23 de Cinco Saltos vive horas de angustia tras los violentos episodios protagonizados por un estudiante de quinto año que, según padres, “tocó al director, amenazó con trompadas a sus compañeros y sembró el pánico en la institución”.
La situación escaló al punto de que la escuela ahora tiene custodia policial permanente. Los padres ya realizaron una denuncia formal en la Fiscalía, exigen la suspensión total de las clases y advierten que sus hijos están aterrados. “Mi hija de 17 años no quiere dormir sola desde que esto pasó”, confesó una madre con la voz quebrada por el miedo.
Todo comenzó el jueves pasado. El alumno llegó al aula “saltando, bailando, con una actitud extraña”, según relatan testigos. Durante la clase, comenzó a proclamarse nazi, insultó a sus compañeros y se mostró cada vez más agresivo. Cuando el director intentó intervenir, fue atacado. “Le tiró una patada a la cabeza, le terminó provocando hematomas en el brazo. Un preceptor perdió una uña en el forcejeo”, describió una madre.
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La situación se volvió incontrolable. El alumno intentó ingresar a otras aulas, rompió puertas a patas y volvió a amenazar a los estudiantes. Todo mientras las autoridades del colegio, docentes y preceptores no podían contenerlo. “Estaba fuera de sí, con una fuerza que no parecía humana”, aseguran.
Los padres denuncian que el joven fue trasladado desde otra escuela, sin legajo, diagnóstico ni advertencias previas. “Nos enteramos por nuestra cuenta que ya había tenido episodios similares en Catriel, incluso su madre fue denunciada por amenazas”, relata.
Además del miedo por el alumno, hay una fuerte preocupación por su entorno. «La madre empezó a escribirle a padres y alumnos, hostiga a una compañera por redes sociales, crea grupos para insultarlos . Nuestros hijos están encerrados, no quieren volver a la escuela», lamentó.