Los sistemas ganaderos de la región subtropical tienen una gran cantidad de productos y subproductos frutihortícola disponibles, entre ellos, se destaca el banano o plátano. Cuando los frutos no tienen un tamaño adecuado o no cumplen con las características organolépticas deseables para su comercialización, normalmente, se desechan para consumo humano y se pueden transformar en carne o leche.
Los niveles de proteína bruta tanto del vástago o pseudo-tallo (fresco o maduro), es decir, el tallo con la yema central cubierta por hojas que lo envuelven como los de la planta entera (fresca o ensilada) son bajos (4-10%), y no cubren las necesidades nutricionales ni siquiera de una vaca de cría “seca y preñada”, y mucho menos de categorías de mayores requerimientos, por ello, es imprescindible agregar una fuente proteica adecuada (forrajes frescos o subproductos proteicos). Sin embargo, la digestibilidad “in vitro” de la MS, en especial, de los vástagos y de los frutos puede alcanzar valores muy altos (70 a 75%). Mientras que, la proteína de las hojas (frescas o curadas al sol) tiene valores más elevados (20%) con un menor nivel de digestibilidad (60-66%).
En todos los casos, tanto los niveles de grasas (2-4%) como los de las fibras (detergente neutra y ácida) y de lignina son adecuados. Además, las hojas tienen propiedades antihelmínticas (desparasitantes), asociado a la presencia de terpenoides y flavonoides (cerca del 8% de taninos condensados).
Las frutas rechazadas tanto las maduras como las verdes (frescas) representan una excelente fuente de energía para los animales (±70% de almidón, ±30% de azúcares solubles y más del 10% de pectinas). El fruto aporta almidón, cuando no está maduro, y sacarosa, en estado avanzado de maduración.
Ensilado de frutos de rechazo
Cuando se dispone de grandes cantidades de rechazo de frutos, como no se pueden almacenar porque se descompone fácilmente, el ensilado es la mejor alternativa para conservarlo. Para ello se deben triturar o cortar y mezclar con uno o varios alimentos ricos en proteína (hojas de mandioca, etc.),
El proceso del ensilaje se inicia con la recolección del fruto de desecho o muy maduro, ya sea en campo o en la planta procesadora. Todo el material se pica o corta en trozos más pequeños y se compactan muy bien para eliminar el aire interior, finalmente se tapan con cubiertas o bolsas plásticas, similar a los silajes convencionales. Después de 30 días está listo para su uso. Se recomienda aprovechar todo el ensilado, a pesar de que observe coloración negra.
Las vacas lecheras o bovinos para carne pueden consumir grandes cantidades de estos desechos, frescos o ensilados, y lograr resultados productivos, y en especial económicos, muy interesantes, siempre que se agregue una fuente rica en proteína.
Con vacas lecheras se recomienda incluir hasta un 15% (base seca) de hojas. Mientras que de pseudo-tallo o vástago se puede incluir hasta un 25% (base seca) de la dieta, sin afectar la producción de leche (entre 25-30 l/vaca/día).
En tanto, con bovinos para carne la inclusión tanto de hojas como de vástago o pseudo tallos se puede elevar a 25 y 40%, respectivamente, lográndose ganancias de 500 a 700 g/animal/día (como mínimo). En todos los casos, se debe agregar una fuente rica en proteína y de energía, de acuerdo a la categoría de animales que se disponga.
El autor es Doctor en Ciencias Veterinarias, especializado en Nutrición Animal (Ing. Agr. M.Sc. PhD) director ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos (carne y leche). [email protected] //[email protected]. www.nutriciondebovinos.com.ar
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