Es un hombre de mediana edad, de andar cansino, algo retraído y respetuoso pero de mirada fría con el ceño fruncido. Quizás por vergonzoso, suele evitar el «buen día», según le cuentan a Clarín dos empleados del juzgado federal de Lomas de Zamora que lo ven entrar cada mañana.
Ernesto Kreplak es magistrado desde 2015. Fue propuesto por su jefa, Cristina Kirchner. Tuvo suerte ya que consiguió trabajo inmediatamente después de ser un alto funcionario del Ministerio de Justicia kirchnerista.
Kreplak estuvo al frente de la Secretaría Registral del Ministerio de Seguridad durante un lustro. Asumió en el último año del primer mandato de Cristina y se quedó allí durante casi todo el segundo período como Presidenta.
Ya como juez, tuvo varias causas importantes y mediáticas. Pero nunca sufrió tanta exposición pública como la que él mismo quiso hacerse cargo (o le pidieron que quisiera hacerse cargo).
Ernesto Kreplak está mezclado ahora con los supuestos actos de corrupción que se iluminaron tras el escandaloso viaje de placer por el Mediterráneo que Martín Insaurralde realizó junto a la autopercibida acompañante tarifada Sofía Clerici.
El juez de origen, Federico Villena renunció a tomar el affaire Insaurralde/Clerici argumentado haber sufrido «violencia moral… debido a la escalada pública de falsos trascendidos y los reiterados ataques a mi investidura” .
Siendo subrogante del Juzgado Criminal y Correccional Federal 2 de Lomas de Zamora, Kreplak asumió la causa en forma plena y completa. A tal punto que no le permitió al fiscal de la causa, Sergio Mola, estar al frente de la investigación.
Los que recorren a diario los pasillos del Juzgado Federal de Lomas de Zamora, desconfían de la real intensión que tendría Kreplak en lograr una rápida y justa, quizás, resolución de la causa.
Las dudas sobre Kreplak se basan en que decidió quedarse con la investigación y no ordenó casi ninguna medida de prueba.
No solo eso, la fiscalía pidió el allanamiento de la casa y otros bienes de Insaurralde y Clerici y recién se hicieron varios meses después de la solicitud.
Hay quienes aseguran que los casi US$600.000 que le encontraron a Clerici tuvo su propia trazabilidad. Aparentemente informada que le iban a allanar su casa en Nordelta, la acompañante profesional de políticos acaudalados y empresarios multimillonarios habría sacado ese dinero, considerado por ella como un dinero acumulado gracias a los servicios prestados.
Pero como el allanamiento duró casi tres meses y temiendo la seguridad de sus ahorros, Clerici se sentía más segura con la plata en la casa. Pésima decisión.
Ya con ambos imputados por la fiscalía por lavado de dinero, entre otras figuras, Kreplak benefició a Clerici para que blanquee los US$ 600.000. Además de esa plata y la casa de Nordelta, la prominente ex modelo que fue tapa de Playboy, tuvo tanto éxito como acompañante «part y full time», como ella mismo declaró, que tendría al menos otra propiedad y varios vehículos de alta gama, como un Ford Mustang y una camioneta 4×4 Jeep.
Por lo que averiguo Clarín, el juez no tiene sospechas de corrupción. Pero sí de una clara tendencia ideológica.
«Parejito, siembre se equivoca para el mismo lado», bromea un colega de Kreplak. Procesó a toda la supuesta mesa judicial de la ex gobernadora María Eugenia Vidal. Decisión que fue revocada por Casación. Y en vísperas de primer paro general de la CGT a Javier Milei, le prohibió a Patricia Bullrich revisar los micros que llegan del Sur del Conurbano.
Desde sus tiempos de funcionario de Cristina, nadie duda que Kreplak es un militante silencioso del modelo kirchnerista. «Es más vivo y recatado que su hermano, el camporista Nicolás (Ministro de Salud de Axel Kicillof», describe alguien que intimó con él en el Ministerio.