«Javier (Milei) tiene la decisión tomada desde antes de asumir, te diría desde antes de ser candidato». Un alto funcionario, del riñón presidencial, exagera al referirse a la fuerte señal que dio el Gobierno en las últimas horas cuando reconoció «conversaciones» con «varias compañías» para ceder la operación de Aerolíneas Argentinas, una instancia previa a la privatización, una medida que la Casa Rosada se vio obligada a postergar para aprobar la Ley Bases pero que ahora, al cabo de los reiterados paros en el sector aeronáutico, parece creer posible de concretar.
Pero mientras en el Congreso la Libertad Avanza y el bloque aliado del Movimiento de Integración al Desarrollo (MID) le dará impulso a un proyecto de ley presentado por el diputado del PRO Hernán Lombardi, que habilita la privatización de Aerolíneas, y ya inició las charlas preliminares con sectores del radicalismo para reunir consenso, la prioridad en Balcarce 50 es destrabar el cepo a los vuelos que generan las constantes medidas de fuerza.
De eso se habló en la mesa que este jueves a la mañana reunió a los principales arietes de Milei en matería política y económica: la secretaria general de Presidencia, Karina Milei; el asesor todoterreno Santiago Caputo; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, y el secretario de Interior, Lisandro Catalán.
En el despacho de este último, recibieron al titular de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, para discutir los pasos a seguir en el corto plazo en medio de un conflicto que ya complicó a más de 40 mil pasajeros y que, según aseguró el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, «se va a poner mucho peor».
Más allá de que por esta afirmación se decidió denunciar a Biró por amenazas y extorsión, el Gobierno entiende que los gremios aeronáuticos «se pasaron de rosca y tiraron demasiado de la cuerda» ante la gente. Y que «no queda otra que responder con firmeza».
Por eso, antes de sumarse a la reunión, el vocero presidencial Manuel Adorni se encargó de subir el tono y ser el portavoz de la seria advertencia a los gremios: «El Gobierno nacional ha iniciado conversaciones con varias empresas privadas latinoamericanas para que se hagan cargo finalmente de la operación de Aerolíneas Argentinas, en caso, por supuesto, que las extorsiones que están recibiendo los argentinos con este tipo de medidas continúen», lanzó. Según dejaron saber cerca de Milei, las negociaciones son «tres ó cuatro empresas» que podrían absorber los vuelos de cabotaje.
Aunque genera prurito, se trata de una suerte de concesión no formal de la operación de la compañía. «Mientras que no se pueda privatizar, serían acuerdos con distintas empresas que se harían cargo de trasladar a los pasajeros que no pueden viajar por culpa de los gremialistas», aclaran en el Gobierno. «Legalmente lo podemos hacer», afirman.
En la cumbre no estuvo el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo. La propuesta convence a todos pero en especial a Lombardo, quien considera que en este escenario de conflicto es difícil que una empresa se interese en comprar Aerolíneas y que ve cómo el plan para hacerla redituable se complicada cada día más.
«Si se consolida la protesta y vamos a paros por tiempo indeterminado, como dijo Biró, vamos a buscar garantizar la operatividad para que los pasajeros no se queden sin viajar», anticipan.
«Hasta el 17 de octubre, ¿por qué no?»
A sabiendas del impacto del anuncio de delegar el control de la operación, en privado los principales funcionarios no dan rodeos a la hora de admitir que se les puso un plazo a los gremios: «Les damos tiempo hasta mediados de octubre a que arreglen la paritaria. Se puede llamar presión, les estamos diciendo que no es una amenaza vacía», dijo una fuente inobjetable, que no le escapó tampoco a marcar un día emblemático para el peronismo: «Hasta el 17 de octubre, ¿por qué no?».
«Vamos a sepultar los piquetes gremiales y los privilegios de la casta aeronáutica. Vamos a ir a fondo con los piquetes aeronáuticos», completó Adorni.
De todos modos, advierten que esto le abrió una posibilidad inmejorable al Gobierno de avanzar con el proyecto de privatización de Aerolíneas, una misión que había quedado pendiente luego de que naufragara en el debate por la Ley Bases y fuera excluida del listado de empresas que se le permitió privatizar al Presidente.
Un importante funcionario con acceso al despacho de Milei apunta un dato que refuerza el cambio de clima: «Ya hay diputados y senadores que pidieron sacar del listado a Aerolíneas que están dispuestos a discutir la privatización, estamos muy cerca de tener el número, es ahora ó nunca». Es que, si bien no las muestran, dicen tener encuestas que marcan que por primera vez el 50 por ciento convalidaría el pase a manos privadas de la compañía y que 3 de cada 4 argentinos tienen una mala imagen de los gremios aeronáuticos.