La abogada-interventora de la Cancillería impuesta por la Casa Rosada para vigilar, y delinear el discurso de la Argentina en pos de una agenda ultra conservadora, “anti zurdos” y anti Agenda 2030, como el mismo Gobierno lo califica, ya tiene despacho en el Ministerio de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto.
Y no solo eso, Ursula Basset, la abogada en derecho de familia que hasta recientemente no tenía destino físico, pero llegó a sentarse en la cabeza de la delegación argentina durante la última Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Paraguay, para explicar la nueva posición del gobierno de Javier Milei ante cuestiones políticas sociales y medioambientales, ya tiene su propia oficina muy cerca de la canciller Diana Mondino. Es en el mismo piso 13 del edificio de Arenales y Esmeralda, donde a diario se viven con terror sus opiniones. De hecho le dicen “la canciller paralela”.
Hasta ahora, Basset era una asesora sin nombramiento. Pero ahora se espera un decreto presidencial que la confirme en algún cargo. Si no es así será difícil que mantenga semejante poder y continúe representando al país, marcándole a la propia Mondino lo que hay que decir en política exterior ante los foros regionales y multilaterales en los que participa la Argentina.
Clarín pudo saber que la nueva posición del gobierno nacional genera preocupación ya no solo por el estilo disruptivo y peleador del presidente Milei con cualquier otro jefe de Estado cuando se ve ofendido, sino también entre los países aliados, y agencias internacionales de las Naciones Unidas.
Recientemente, Basset buscó imponer la posición argentina ante el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra en la misma línea que en la OEA.
En Ginebra el embajador Carlos Foradori y el director de Derechos Humanos de la Cancillería, Christian Machuca, le imprimieron un tono duro a la defensa de la democracia y frente a las violaciones a los derechos humanos de países de la región donde la disidencia está pidiendo ayuda -Venezuela, Cuba, Nicaragua-. Pero no se reforzó la posición histórica de la Argentina, que fue siempre la de acompañar los discursos en favor de la diversidad de género, que se favorezca una política contra la desigualdad y en favor del desarrollo de mujeres y niños, de la agenda LGTBI y que la cuestión del cambio climático o la lucha contra la pobreza estén en los discursos, como el de la Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible.
La nueva agenda del Gobierno cuestiona ante los organismos internacionales el derecho al aborto, el divorcio, y hasta el matrimonio igualitario. Todos temas que incluso son ley en la Argentina.
Ahora, la «canciller paralela» dispuso volver todo ese discurso para atrás y sostener como dice el membrete de los documentos oficiales de la Presidencia: “Año de la defensa de la vida, la libertad y la propiedad».
“No soy yo, es Presidencia», se la escucha decir reiteradamente a Basset, quien dijo internamente que actúa por mandato de Santiago Caputo, uno de los hombres más poderosos del gobierno Libertario -tampoco con despacho como Basset hasta hoy- y de Karina Milei, hermana del Presidente y secretaria general de la Presidencia.
Salvo Paraguay y El Salvador, el Gobierno viene teniendo problemas en ese sentido con aliados como Estados Unidos, Canadá, e incluso con la Unión Europea.
También hay preocupación sobre el curso de Argentina en todas las agencias que orbitan en las Naciones Unidas por la posición ajena o rupturista que puede tomar el Gobierno en cuestiones como Unicef, ACNUR, y todas las que financian proyectos sociales y a su vez precisan de una relación con el Estado nacional argentino, que actualmente no les presta la mínima atención.
También hay preocupación por el nivel de participación en los espacios multilaterales, siendo el G7 el único al que le prestó atenciones Javier Milei. Pero el G7 no es el lugar de la Argentina, porque no tiene rol alguno.
El faltazo del Presidente a la cumbre del Mercosur de Paraguay, y su pelea con Lula da Silva y Luis Arce trajo consigo un nivel de aislacionismo importante del país en temas de alto componente incluso económico por la falta de involucramiento nacional en las decisiones regionales. El presidente optó por visitar a los Bolsonaro en la cumbre conservadora de Brasil, en Camboriú cuando aún Lula no ha llegado al segundo año de Mandato y Milei cursa el primero.
En la comunidad internacional se preguntan si Milei va participar de la cumbre del G20 en Brasil, espacio importante para la Argentina. Será en noviembre.
🤝 EVENTOS | La Fundación Embajada Abierta reunió en Buenos Aires a los embajadores acreditados en Argentina de los países miembros del G20 en un desayuno de trabajo, de preparación para la Cumbre de Líderes que se celebrará en noviembre bajo la presidencia de Brasil. pic.twitter.com/Dp5FtIJfHZ
— Embajada Abierta (@EmbajadaAbierta) July 11, 2024
Nunca hasta ahora recibió a su sherpa en el G20 (representante), el ex senador del PRO, Federico Pinedo, invitado hace unos días a un encuentro importante que logró reunir a los número uno de embajadas como Estados Unidos, Marc Stanley, y de China, Wang Wei. El encuentro fue organizado por la Fundación Embajada Abierta. La dirige el ex representante argentino en Estados Unidos y sherpa de Alberto Fernandez en el G20, Jorge Arguello. Pinedo no puede garantizar en público un compromiso determinado del país porque todavía no lo tiene.
Al mismo tiempo, la Presidencia tiene un discurso refundacional de la Argentina, como lo tenía el kirchnerismo. “El Presidente Javier Milei tiene el compromiso inquebrantable de reconocer a los terroristas por lo que son. Es la primera vez que existe voluntad política de hacerlo” señaló la Casa Rosada el viernes pasado al anunciar el reconocimiento de Hamas como organización terrorista para la Argentina. “Este Gobierno ha reiterado en múltiples ocasiones su convicción con que Argentina vuelva a alinearse a la civilización occidental, respetuosa de los derechos individuales y sus instituciones. Por este motivo, resulta inadmisible que aquellos que atenten en su contra no sean declarados como lo que son: terroristas”, agregaron.
El único en responder desde el macrismo aunque con sutileza fue el secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, Fulvio Pompeo. “En 2019, a 25 años del atentado a la AMIA, @mauriciomacri creó un registro público de personas y entidades vinculadas al terrorismo y su financiación (REPET). Fuimos el 1° país de la región en calificar a Hezbollah organización terrorista.”, recordó.
Pero son muchas las preocupaciones que imperan. Milei apunta a la llegada de inversiones, que aún no se anuncian y que exigen diversos factores estabilidad económica. Karina Milei se llevó la agencia de Inversiones de Cancillería a la Secretaria General de la Presidencia. Pero los diplomáticos apenas podrán actuar con los presupuestos que les han concedido.
Algunas embajadas, como la de España, ni siquiera hicieron festejos por el 9 de julio -algo inédito para la diplomacia y colectividad –. Y no es sólo por la pelea Milei-Pedro Sánchez. Los presupuestos que tienen para un brindis varían por embajada de 300 dolares a 4.000. Eso es poco y nada. Las embajadas de países que ranquean como más pobres tienen mucho más. Se vio en la fiesta por el Día Nacional de Ruanda, en todas sus embajadas alrededor del mundo hace una semana.
Otro aspecto que no deja de llamar la atención es la forma en que el Gobierno se saca a los funcionarios que “no le sirven” de encima. Aunque no lo hicieron saber así, el despido de Nicolas Posse de la jefatura de Gabinete de un dia para otro cayó en Washington muy mal teniendo en cuenta que le habían abierto las puertas de la CIA y los principales organismos de información en los Estados Unidos, poco antes de ser duramente despedido.
Lo mismo pasó hace unos dias con Fernando Vilella, ahora ex titular de Agricultura. Le dijeron adiós sin miramientos en pleno regreso de China, país que se cuida de recibir a funcionarios que estén en condiciones de adquirir y cumplir compromisos.