La Argentina no debería tener problemas para alcanzar la final de la Copa América. Es el último ganador, el campeón mundial, tiene a Leo Messi (aún en una pierna) y un elenco de estrellas. Sin embargo, la deslucida tarea ante Ecuador, un equipo que se impuso físicamente en todos los sectores, abre el juego de las sospechas. Hay que tener cuidado. Máxima atención, ahora, que se definió el adversario de las semifinales, previstas para este martes, desde las 21.
Canadá, un rival conocido de la primera etapa, juega bien. Es un conjunto duro, con figuras explosivas. El equipo nacional le ganó por 2 a 0 en la primera rueda, pero en varios tramos del espectáculo la pasó verdaderamente mal.
El invitado en las semifinales se resolvió por penales, como Argentina-Ecuador, como Francia-Portugal, en la Eurocopa. Excesiva paridad, aquí en Texas y en el Viejo Continente. Se impuso por 4 a 3 luego del empate 1-1, en el partido de los 32 remates: 16 para cada lado.
Se sacaron chispas, se pareció a un partido de la Eurocopa. Por calidad, intensidad y emociones a granel. En general, Canadá siempre fue superior.
Un toque prudencial a la red de Jacob Shaffelburg abrió el juego: fue una caldera todo lo que ocurrió de ahí en más. Con espacios, Canadá es un equipo peligroso. Y Venezuela, con el renovado entusiasmo, no da una pelota por perdida. El gol (un nuevo gol) andaba dando vueltas, merodeaba las áreas.
No solo el rubio, de 24 años, resultaba una atracción en los metros finales. Richie Laryea y Jonathan David creaban una sociedad ofensiva que sacaba chispas. Venezuela también apuntaba a lo grande, de Soteldo a Rondón, de Martínez a Herrera. Tenía cierta presión: había tenido una primera etapa de colección.
Pleno de nueve puntos en tres partidos. Seis goles anotados y uno sufrido. Cargada de motivación por su impecable primera fase, Venezuela jugó contra Canadá como si fuera un candidato. Pero le faltó pimienta, malicia.
En cambio, Canadá se presentó golpeada por una grave lesión de última hora. Tajon Buchanan fue operado este miércoles por una fractura de tibia, un día después de que el extremo de Inter de Milán abandonara en ambulancia un entrenamiento del equipo de Jese Marsch tras lastimarse la pierna izquierda.
La Vinotinto jamás había podido ganar todos sus partidos en la primera rueda de la Copa América. Desde su debut en el torneo continental en Uruguay 1967, la antigua Cenicienta alcanzó una sola vez las semifinales, en la Argentina 2011, cuando acabó en el cuarto lugar. Quedaron solo tres sobrevivientes de aquel hito en el plantel que dirige Batista: Salomón Rondón, Tomás Rincón y Alexander González.
Batista regresó al banco después de haber formado parte del póker de entrenadores sancionados por la salida tardía de sus equipos a la cancha en el entretiempo de un partido, junto a Lionel Scaloni (Argentina), Ricardo Gareca (Chile) y Marcelo Bielsa (Uruguay). Bocha sufrió demasiado los penales.
El DT contó con algunas de sus piezas claves con buen descanso, pues reservó en el último compromiso al central Nahuel Ferraresi, al lateral izquierdo Miguel Navarro y al volante Cristian Cásseres Jr ante el riesgo de suspensiones por acumulación de tarjetas amarillas. Todos fueron titulares, pero no les alcanzó.
“Nos sentimos bien, venimos de hacer una fase de grupos muy buena, casi ideal, pero aún no logramos nada”, expresaba Batista en la víspera del duelo. La presión los pasó por arriba.
Los jugadores de Canadá pasaron por un momento difícil con el percance sufrido por Buchanan. Por eso, el 1-0 fue festejado de esa manera: con su camiseta bien visible.
Canadá lo tenía controlado, en un desarrollo de alto vuelo, hasta que apareció Rondón, que apenas adelantado de la mitad de la cancha, desde unos 35 metros, levantó la cabeza y le pegó con alma y vida, con el arquero adelantado. Fue un gol para cerrar el estadio. El mejor de la copa. Le habrá arrancado una sonrisa a Martín Demichelis, el DT de River, que siempre confió en su clase internacional, pero el venezolano duró un suspiro, porque nunca se adaptó a nuestro medio. La obra de arte queda como una anécdota.
Canadá asumió la Copa América como un paso decisivo en su preparación para el Mundial de 2026, en el que será anfitrión junto a Estados Unidos y México. El campeón del mundo lo debe saber: nada está dicho.