Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, dos de los acusados de intentar matar a la expresidenta Cristina Kirchner, serán indagados hoy en la segunda audiencia del juicio oral y público. La semana pasada, en la apertura del proceso, declaró Fernando Sabag Montiel, el hombre que gatilló el arma y el principal acusado. En su testimonio, Sabag Montiel dijo que Uliarte fue “más una espectadora del momento que una partícipe” y que Carrizo se “autoincriminó injustificadamente”. Se adjudicó de esta manera la responsabilidad del atentato del 1° de septiembre de 2022, en la puerta del edificio de Recoleta en el que vivía la exfuncionaria.
“Es un acto de justicia, no [un acto] por el cual traté de beneficiarme económicamente. Tiene una connotación más profunda, más ética y más comprometida con el bien social que otra cosa“, fueron las palabras que eligió Sabag Montiel para intentar justificar el intento de asesinato. En ese sentido, pretendió responsabilizar a las fallas del Poder Judicial por su accionar: “Soy el resultado o el factor de muchas fallas de la justicia”, dijo, para agregar: “Una parte de la justicia argentina no funciona”.
La fiscal Gabriela Baigún le preguntó a Sabag Montiel en qué consistía el atentado. “Es claro, se contesta sola la pregunta. Matar a Cristina”, respondió. Y sobre el rol de Uliarte, su ex pareja, dijo: “Yo la quería matar y ella quería que muera. Si bien en los chats decía que quería hacerlo, yo nunca le dije o le ordene a que lo haga. Nunca le di el arma para que lo haga. Ella quería ser más una espectadora del momento que una participe”.
Con respecto a su vínculo con los otros imputados, Sabag Montiel sostuvo que con Carrizo, conocido en su momento como el “jefe de la banda de los copitos”, tuvo una relación “breve, fugaz y corta”, y meramente laboral, sin un interés político.
El juicio que se reanudará hoy se realizará con audiencias una vez por semana (todos los miércoles) en la Sala AMIA, en el subsuelo de Comodoro Py 2002. De acuerdo con la calificación de los hechos de la fiscalía, a Sabag y Uliarte, por el intento fallido de asesinato, les correspondería una escala penal que va de los 13 años y 4 meses de prisión a los 20 años. A Carrizo, presunto “partícipe secundario” del intento de homicidio, una escala que va desde los 6 años y 8 meses hasta los 14 años y 8 meses.
Para este juicio fueron aceptados, en total, 277 testigos y se estima que todo el proceso puede demorar un año.
Noticia en desarrollo
LA NACION