«Nido de ratas», había despreciado Javier Milei a un Congreso que despeinó y recortó su mentada Ley Omnibus pero que terminó por aprobarla. Las rencillas, zancadillas y golpes bajos no parecen verse sólo entre los moradores del Palacio Legislativo.
Los gestos de discordia aparentan proyectarse desde la primera fila de butacas de un Gobierno donde las internas amagan con dominar la cartelera. Por estas horas, las protagonistas de esos desencuentros serían las dos mujeres más poderosas que rodean al Presidente de la Nación, Karina Milei y Victoria Villarruel..
En el Gabinete todos creen haber hecho un curso intensivo sobre el carácter de Karina Milei. Salvo Economía y, quizás Seguridad, las demás áreas del Poder Ejecutivo aparentan estar permanentemente monitoreados por La Jefa. «Si fueramos aviones de la flota presidencial, ninguno volaría con suficiente autonomía sin el permiso de la comandate Karina», bromea uno de ellos. .
La única que, indican, habría logrado cierta independencia es Patricia Bullrich. Resaltan que su diálogo directo con el Presidente y que fue el propio Milei quien la llamó personalmente e hizo el acuerdo político para que se sume a su gobierno sin pasar por el filtro de Mauricio Macri.
Como a todos, a Victoria Villarruel no le gusta sentirse ninguneada. Desde que asumió, siente que la hermana del Presidente opera para restarle poder. En esa misión, que no sería una fuerza del cielo si no mucho más terrenal, contaría con la ayuda del no funcionario más poderoso que cualquier funcionario, Santiago Caputo.
Peculiar caso el del joven sobrino del Ministro de Economía, Toto Caputo. «Nunca o pocas veces ha ocurrido que un consultor externo como este pibe acumule tanto poder en un Gobierno democrático. Por un lado se niega a asumir formalmente en un cargo pero por el otro se comporta y da órdenes como si fuera uno de los dueños del Ejecutivo. Se mete en áreas donde hay cajas y hasta hace echar a otros funcionarios que no le agradan. Cómo pasa con Karina, muchos más que respetarlo, le temen», señala un legislador oficialista que estuvo y suele estar tan cerca de ellos como de Javier Milei.
En la jefatura del Senado maldicen por la última que le habrían hecho a Villarruel, pegándole con un tema muy sensible para ella. El mal trago ocurrió este martes, en un homenaje a los policías caídos en el cumplimiento del deber. La bartender, según señalan, habría sido la hermana presidencial.
En las fotos que oficialmente se difundieron desde la cuenta de la Oficina del Presidente no aparece Villaruel. Arriba del escenario, en la imagen aparecen el Presidente, Patricia Bullrich, Karina Mieli y un algo descolgado Carlos Ruckauf. También el portavoz Manuel Adornis y el jefe de la Policía Federal.
Al lado de Javier Milei, hay un suspicaz espacio vacío. Era el que después ocuparía la Vicepresidenta, quién subió al estrado un minuto y 35 segundos empezado el acto.
Villarruel no se tomó el episodio con soda. Y lejos de ser recibido como una simple equivocación de los que manejan la cuenta presidencial, también bajo el telebeam de Karina Milei, ven «otro» ataque hacía la figura de la titular de la Cámara Alta.
«Es cierto que Viqui se demoró unos segundos en subir al escenario. Primero, la deberían haber esperado ya que sabía que estaba caminado al hacía el estrado. Segundo, arrancar el acto dejando ese espacio para que todo el mundo lo viera aparenta mala leche. Para colmo, publican la foto oficial del encuentro sin su presencia. Si tiene cuatro patas y ladra…», ironizan desde la Vicepresidencia.
El chisporroteo entre Victoria y Karina se conoce cuándo arrancó aunque nadie sabe bien hasta cuándo durará y, sobre todo, cuánto puede escalar. En una contienda donde no importaría tanto si el horno económico y social estaría o no para bollos. Las diferencias aparecieron el mismo día del festejo de la victoria del balotaje contra Sergio Massa.
Durante la noche de la elección, en la puerta del hotel Libertador donde Javier Milei vivió casi tres meses, llegaron partidarios de Villarruel con carteles de su conductora. «Todavía retumban los gritos de bronca de la Karina ante lo que fue tomado como una desubicación de Víctoria», recuerda uno de los poquísimos protagonistas que tenía permitido el acceso al piso donde moraba el futuro mandatario.
La última gota al caldo de desencuentros entre ambas mujeres que ya perecen rivales habría sido la decisión de la Vicepresidenta de frenar los ascensos de seis integrantes de la las Fuerzas Armadas.
Nadie sabe bien el por qué, pero como muchas otras medidas del Gobierno, los militares nominados necesitaron el visto bueno de la hermana del Presidente. Desde el Ministerio Defensa le indican a este diario que «la mayoría de los ascensos venían de la gestión anterior que no los trataba y nosotros mandamos una tanda», bajándole un tono a la disputa.