El video de los cadetes siendo torturados con cal viva, durante un bautismo bestial, en el Regimiento de Paracaidistas de Córdoba, era solo el primer capítulo de una historia que incluye amenazas, humillaciones y castigos. En las últimas horas, se conoció el testimonio de uno de los soldados, que fue víctima de sus superiores, y aparecieron nuevos videos. «Nos dijo que si nos escuchaba hablar del tema se encargaría de callarnos a trompadas», relató uno de los soldados, quien pidió mantener su identidad en reserva, y señaló al mayor Eduardo Paván como el autor de las amenazas.
En una entrevista con Perfil Córdoba, el cadete contó que ingresó a la fuerza el año pasado. Durante un mes -entre abril y mayo- hizo el curso de paracaidista, y realizó cuatro saltos. Al finalizar el primero, hubo una ceremonia de bautismo, que consistió en arrojarles harina en el rostro y sidra en la cabeza. El episodio no tuvo consecuencias gravosas y no trascendió a pesar de que este tipo de prácticas fueron prohibidas por el Ministerio de Defensa después de la muerte del soldado Matías Chirino en Corrientes. «Nunca nos dijeron que estaban prohibidos», relató.
El viernes 17 de mayo, al concluir el último salto, se repitió la escena, pero con un cambio sustancial: en vez de harina, los soldados recibieron cal viva, y esto les ocasionó quemaduras en el rostro, el esófago, el estómago y los pulmones. Hubo un total de 35 jóvenes intoxicados.
«Nos hicieron formar fila, uno al lado del otro. Nos dijeron que nos iban a tirar harina y nos tiraron cal viva. Yo estaba en el tercer grupo. Cuando la arrojaron al segundo grupo, por el viento nos dimos cuenta de que era un polvo más espeso, arenoso. Hasta que llegaron a nosotros. Todos recibimos cal. Los que nos tiraban se dieron cuenta de las reacciones que íbamos teniendo. Nos llevaron a la sección Sanidad del regimiento y nos hicieron lavar la cara. Fue peor porque la cal reacciona con el agua», relató el soldado.
Ya agregó: «En Sanidad atendieron los casos más graves, aunque no tenían muchos elementos para asistirnos. De ahí prepararon un camión y nos llevaron al Hospital Militar. Estuvimos una hora hasta que nos atendió el médico en el hospital. No dábamos más».
Pese a la gravedad de lo sucedido, el hecho habría quedado en el ámbito de lo privado si no trascendía un video, en las redes sociales, que dejó al descubierto la brutal escena.
Hoy, el caso está siendo investigado por la Justicia Federal y se trabaja sobre tres delitos: en primer lugar, la práctica, conocida popularmente como «bautismo», está prohibida en todas las ramas de las Fuerzas de Seguridad; en segundo lugar, la utilización de cal provocó serias lesiones en todos los voluntarios; y tercero, las autoridades castrenses intentaron encubrir el hecho amenazando a quienes fueron víctimas para mantener silencio sobre el episodio.
«El lunes siguiente (20 de mayo) el mayor Paván, cuando hicimos la formación, nos advirtió que no se debía hablar del tema afuera y menos adentro. Nos amenazó. Nos dijo que, si nos escuchaba mencionarlo, se encargaría de callarnos a trompadas. Nadie más quiso hablar. Cuando intentamos llamar a la ART para recibir asistencia médica, el mayor Paván se enteró, nos hizo formar a los 35 y nos dijo con tono intimidante que no debía salir absolutamente nada. Quería que les avisemos antes de pedir asistencia médica afuera», relató el soldado.
Este jueves, serán indagados por el juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja los tres militares – Exequiel Poma (teniente coronel), Eduardo Paván (mayor) y Mario Ortega (cabo primero)-,que habrían participado de la ceremonia y el posterior intento de ocultamiento.
El fiscal federal Carlos Casas Nóblega los individualizó e imputó por presunto abuso de autoridad militar y lesiones leves.
A Paván también pidió investigar por presunta falsedad ideológica y coacción, por la habitual y perniciosa práctica de ciertos organismos públicos de tapar los hechos irregulares y delictivos.
Consultado sobre el desenlace de la investigación y el posible castigo a los responsables, el soldado manifestó que «ojalá se haga justicia, que no quede en la nada».
Otra muestra de la tortura
En las últimas horas, un nuevo video que salió a la luz retrata el momento exacto en el que los soldados del Ejército de Córdoba fueron sometidos al brutal bautismo, en el predio conocido como “La Mezquita”, situado frente al Regimiento de Infantería de Paracaidistas N°14 del Ejército Argentino. La secuencia no dura más de 27 segundos, pero es suficiente para notar el sufrimiento de los jóvenes ante la cal viva: gritos desesperados, tos y cierre de los ojos para contener el ardor.
“Paracaidista”, se escucha decir a los instructores que aparecen delante de los recién egresados, quienes debían responder “siempre” en voz alta. En ese instante, se les arroja la supuesta harina, que resultó siendo la sustancia que les produjo quemaduras tanto externas como internas.
El video será sumado como una prueba más a la investigación que ya está en curso.
Cabe recordar que los rituales de iniciación fueron prohibidos por el gobierno nacional en julio de 2022 tras la muerte del soldado de apenas 22 años, Matías Chirino, en la ciudad correntina de Paso de los Libres.