¿Qué pasaría si te dijeran que existen “pueblos privados” en los que te tienen que aceptar para poder entrar? El mundo está lleno de sitios interesantes y con diferentes culturas, pero no a todos se puede acceder sin invitación.
A continuación, los lugares en los que si la persona no vive no puede entrar:
Se encuentra en el departamento de Antioquia, en el municipio de Jericó, a tres horas de Medellín y 11 de Bogotá, en Colombia. Para ingresar a esta localidad hay que estar en una particular lista.
Cauca Viejo tiene más de 190 casas y algunos hoteles y se caracteriza por su arquitectura con casas, balcones y puertas de colores.
Para poder ingresar a Cauca Viejo, se debe contar con un inmueble, ya sea alquilado o propio. El lugar no es un municipio en sí, sino un complejo residencial privado de Jericó, donde no cualquiera puede entrar: las únicas formas de ingresar son contar con una reserva en alguno de sus hoteles o casas, o ser invitado por alguno de los propietarios.
2) Fisher Island, Florida: se llega en helicóptero o ferry con invitación
Fisher Island, una pequeña isla en la punta sur de Miami Beach, apenas tiene 90 hectáreas de extensión y es uno de los sitios más exclusivos de Estados Unidos. Solo se puede acceder a ella en ferry o en helicóptero, pero una vez allí no hay necesidad de salir: cuenta con supermercado, colegio hasta octavo grado, campo de golf de nueve hoyos, piscinas y todo lo que una familia millonaria pueda necesitar.
Las 561 personas que, según el censo de 2020 en EEUU, viven allí, tienen el ingreso per cápita más alto que cualquier otro código postal en EE.UU. (US$2,2 millones). No solo para poder vivir en la isla hay que ser millonario, sino que, sus residentes deben ser miembros de la comunidad o invitados por ellos.
3) The Hamptons, Nueva York: tiene restricciones de acceso
Los Hamptons son una serie de comunidades ultra exclusivas en Long Island, Nueva York, conocidas por sus mansiones, playas amplias y vida nocturna de alta gama. Aunque no son pueblos privados en el sentido tradicional, muchas de estas comunidades tienen restricciones de acceso y son hogar de celebridades y personas adineradas.
En esta zona, los residentes de millonarios conviven con artistas, presentadores de televisión y empresarios multimillonarios que disfrutan de las playas, los campos de golf y el anonimato en temporada alta.
4) Jumeirah Islands, Dubái: una comunidad cerrada a residentes
Jumeirah Islands, mejor conocida como la Isla de los Millonarios, es una comunidad cerrada de lujo en Dubái, con propiedades de alta gama construidas en islas artificiales rodeadas de lagos. El acceso está restringido a residentes y sus invitados, y la seguridad es estricta.
Como el nombre lo indica, en aquella zona residencial tienen sus mansiones algunas de las personalidades más adineradas del mundo: como Isabel Dos Santos, la empresaria angoleña de 50 años que tiene el control del cemento y de las telecomunicaciones de su país, el millonario saudí Mohammed Abdul Latif Jameel o el ruso de la siderurgia Andrei Skoch.
5) Portmeirion, Gales; se paga entrada
Cuando se visita Gales, uno de los lugares a los que las agencias de turismo recomiendan ir suele ser Portmeirion, ubicado en el condado de Gwynedd. Fue diseñado en estilo italiano por el arquitecto Sir Clough Williams-Ellis entre 1925 y 1973. El acceso al pueblo está controlado y los visitantes deben pagar una tarifa de entrada.
Portmeirion es famoso por su arquitectura extravagante y sus hermosos jardines. Ofrece tanto edificios donde alojarse como establecimientos de restauración y tiendas.
6) Auroville, India: los residentes deben pasar una prueba para ser aceptados
Auroville es una comunidad internacional experimental en el sur de la India, fundada en 1968 con el objetivo de lograr la unidad humana y la paz a través de la diversidad cultural y espiritual.
El acceso a esta locación está abierto a quien comparta los ideales de la comunidad, pero los residentes deben ser aceptados por las autoridades. Antes de convertirse en ciudadano, las personas interesadas deben pasar por un periodo de prueba entre uno y dos años con un estatus especial llamado Newcomer (recién llegado).
LA NACION