La noche prometía groove y nostalgia, y groove y nostalgia tuvo. Este jueves, el Luna Park fue testigo de algunos de los mejores momentos musicales de los 70 y de los 80 ante un público que se dejó llevar por esa invitación a revivir el color y el ritmo de la era disco.
El primer número estuvo a cargo de Village People, esa suerte de “boy band” nacida en 1977 que hizo mella primero en el undergound gay neoyorquino y rápidamente se extendió hacia el mundo de la mano de hits como “Macho Man”, “In The Navy” y, claro, “YMCA”. Por supuesto que esos temas estuvieron dentro del setlist, así también como las distintas personalidades con las que el grupo se dio a conocer -un vaquero, un motoquero, un obrero, un militar, un aborigen y un policía-, las coreografías y esos mohines que los convirtieron en un fenómeno que funciona más allá de sus integrantes. De hecho, el único miembro fundacional que integra la banda actualmente es Victor Willis, vocalista principal caracterizado como agente policial del equipo.
“Esta canción es del primer disco que grabé, Village People. Luego publicamos un aviso en el diario buscando cantantes muy masculinos para interpretar a estos chicos”, destacó Willis, hoy de 72 años, al momento de presentar “San Francisco (You’ve Got Me)” ante la audiencia argentina. No fue la primera vez que marcó esa diferencia con el resto del grupo -integrado por Javier Perez, James Kwong, Nicholas Manelic, James Lee y James J.J. Lippold-, que con mayor o menor precisión y soltura lo acompañaba en una segunda línea.
Village People entregó, a lo largo de una hora, lo que se necesitaba para entrar en calor en una noche otoñal: una postal del momento de ebullición de la era disco, sin demasiado espacio para la improvisación o la sorpresa pero con la artillería justa para poner al público a bailar.
Tras un breve intermedio musicalizado por el legendario DJ argentino Alejandro Pont Lezica, fue momento del plato fuerte de la noche. Kool & The Gang, la legendaria banda que -con idas y vueltas- celebra 60 años de vida, fue la contracara de Village People: sin artificios, la banda liderada por el bajista Robert “Kool” Bell, puso rápidamente su maquinaria en movimiento y fue de menor a mayor en un show que trascendió los límites de la música disco.
Como una suerte de celebración a su propia historia -y a su muy demorada pero inminente inclusión en el Salón de la Fama del Rock & Roll-, la agrupación salió a escena a las 22.25, con una intro cargada de frescura funk y mucha precisión. El carisma y la solvencia vocal de Shawn McQuiller quedó inmediatamente a la vista con “Fresh”, ese paso más cercano al pop que la banda abordó en su disco Emergency, de 1984. Siguieron “Misled”, “Too Hot” y “Joanna”, una sucesión de temas que fueron preparando el ambiente hacia la segunda parte del show, donde ya nadie en el Luna Park se mantuvo en su silla.
“Let The Music Take Your Mind” y “Jungle Boogie” -el tema incluido en la película Pulp Fiction que “revivió” a Kool & The Gang luego de un impasse de varios años- puso a punto la afilada maquinaria que lidera Bell, una verdadera leyenda que con muchísima humildad cede el protagonismo a cada uno de los integrantes de su banda en distintos momentos del show.
Michael Ray (trompeta, coros), Curtis “Fitz” Williams (teclados, saxofón, coros), Louis Van Taylor (saxofón, coros), Jermaine Bryson (trombón, coros) y Ravi Best (trompeta), encargados de la sección de vientos, acapararon la atención no solo con sus respectivos solos, sino también con sus pasos simples pero graciosamente coreografiados y su constante interacción con el público. La consigna, claramente, es divertirse pero sin nunca perder la línea; y vaya si lo logran.
“Cherish”, otra de las baladas en clave R&B de la banda, marcó otro de los puntos altos de la noche, en la voz de Lavell Evans. El segundo vocalista de Kool & The Gang se atrevió a entonar algunas estrofas en español, y por supuesto que el gesto fue muy celebrado por el público.
El segmento final se guardó los grandes hits de la “era disco” de la banda, en una trifecta que dio un cierre perfecto para la noche: “Ladies’ Night”, “Get Down On It” y “Celebration”. Ya con las luces del estadio encendidas, y mientras parte de la audiencia comenzaba a abandonar el microestadio, varios miembros de la banda seguían sobre el escenario saludando y recibiendo el reconocimiento de un público que, por un rato, puso a bailar a su propia nostalgia.