Días atrás, un trágico incidente sacudió a la comunidad de Texas, donde un niño de nueve años sufrió un paro cardíaco en medio de un partido de béisbol juvenil. El pequeño, identificado como Tyson Hernández, se encontraba jugando en Bullard, el pueblo donde vive, cuando recibió un pelotazo en el pecho y posteriormente se desplomó en medio de la cancha.
Todo ocurrió en una de las primeras jugadas del torneo que disputaba el equipo de Tyson, cuyo entrenador es su propio padre, Armando Hernández Jr. Fue este hombre el que ingresó al campo para ayudar a su hijo a reincorporarse. Aunque logró ponerse de pie, se desvaneció mientras caminaba hacia el banco de suplentes.
“Dio tal vez uno o dos pasos, suspiró y cayó de rodillas. Estaba tratando de hablar con él y no respondía. Escuché a alguien decir que no tenía pulso y ahí sentí que lo perdía”, expresó el padre del pequeño, según informó KLTV.
Ante la consternación de sus compañeros, rivales y de todos los presentes en el predio, los demás entrenadores comenzaron a socorrer al niño con maniobras de reanimación. Según detallaron, Tyson recobró el aliento luego de una decena de compresiones torácicas. “Todo lo que escuché fue ‘ha vuelto’, así que regresé allí de inmediato. Estaba aturdido y confundido”, expresó Armando.
El servicio médico llegó al lugar aproximadamente diez minutos luego de que Tyson fue reanimado y los especialistas no tardaron en atenderlo. Una vez en la ambulancia, lo llevaron al hospital local y luego fue trasladado al Centro Médico Infantil de Dallas, donde le hicieron estudios. Tras someterse a una serie de pruebas, el niño fue dado de alta.
Días después, su familia recibió la información de que su diagnóstico era commotio cordis, es decir, una fibrilación ventricular precipitada por un traumatismo cerrado en el lado izquierdo del tórax. “Es una lesión en el pecho que descompone el ritmo del corazón. A menos que haya una RCP inmediata o una descarga con un desfibrilador, generalmente la persona pierde el compás y podría ser fatal. Lo primero que nos vino a la mente fue el caso de Damar Hamlin”, expresó Brittani Hernández, madre de Tyson.
Hamlin es un jugador de los Buffalo Bills de la NFL que volvió a jugar recientemente tras sufrir un paro en enero pasado y ser diagnosticado con la misma condición cardíaca que el niño.
Hernández, madre del niño implicado en este hecho, contó que el pequeño practica béisbol desde hace años, pero que nunca sufrió algo similar. “Practica el béisbol como disciplina y también lo hace de forma recreativa aquí, en Bullard. Incluso hemos elegido algunos juegos en Jacksonville en diferentes equipos”, contó.
En ese sentido, remarcó que su hijo juega béisbol desde que tenía tres años. Según trascendió, Tyson volvió a practicar ese deporte luego de recibir el aval médico, pero lo hace con una placa pectoral para prevenir un incidente similar.
LA NACION